Guillermo "El Chacal" Rigondeaux (10-0-0, 8 KOs) es, por distancia, el mejor de los pugilistas cubanos que decidieron culminar su historia amateur y ahora buscan fortuna en el boxeo profesional. Pero en esta aventura la suerte no le ha acompañado.
Sí..., la suerte, porque mantiene intacta la maestría y las condiciones físicas que le permitieron ser doble campeón olímpico (Sydney 2000 y Atenas 2004), que se le colocará en el mismo pedestal junto a los tres "monstruos" sagrados del pugilismo amateur: el húngaro Lazlo Papp y sus compatriotas Teófilo Stevenson y Félix Savón, y que ahora en las filas rentadas conquistara el título supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) con apenas nueve pleitos.
Pero el boxeo rentado tiene situaciones incomprensibles, que le hacen perder credibilidad y espacios ante otras disciplinas -como el UFC- más transparentes. !Cuatro campeones "mundiales" en la misma división, cada uno por su lado! Perdonen mí ignorancia, no lo comprendo.
Tampoco entiendo por qué algunos tienen la prerrogativa de escoger rivales y evitar a otros, utilizando subterfugios que no convencen a nadie. Bueno, no es que les importe mucho lo que piensan los demás. Su propósito es ganar dinero y como reza el viejo adagio: el fin justifica los medios.
En esta telaraña de oportunistas está enredado El Chacal, que a sus 31 años y a sabiendas de que dispone de poco tiempo en plenitud de facultades, clama por peleas importantes, pero simplemente le cierran las puertas.
¿El motivo? Yo diría que los restantes campeones supergallos temen que su reputación y anatomía reciban una legendaria paliza. Mientras, sus respectivos promotores evitan que su inversión se desmorone. Unos y otros se escudan en frases inverosímiles que bien pudieran incluirse en una "enciclopedia" que recopile famosas estupideces y gazapos.
Entre esas perlas de la estupidez suprema se encuentra la lanzada por el filipino Nonito Donaire (campeón supergallo de la Organización Mundial de Boxeo), a quien no le agradó que El Chacal lo emplazará, cara a cara, a unificar coronas.
"Una pelea contra Rigondeaux no reportaría una bolsa tan lucrativa como la que nos brindaría una ante Nishioka. No podemos olvidar que el boxeo es un deporte, pero también es un negocio", subrayó.
Reitero ¿negocio o miedo? ¿Qué le aportó al filipino la pelea frente al sudafricano Jeffrey Mathebula? Por cierto, ni en youtube había imagenes de combates del africano, situación que habla a las claras de su "arrollador" impacto mediático y el jugoso negocio que hizo el filipino.
"Esto es absurdo y hasta cómico, se supone que son ellos quienes deberían de mencionar mi nombre y retarme para poder obtener una corona" dijo en una ocasión Rigondeaux.
Sacrílego sería obviar el papel de las televisoras. Dicen que el que paga manda y la televisión en esta historia es determinante. El estilo de Ringondeaux, que respeta el precepto esencial del boxeo: es el arte de pegar y no recibir, no responde al patrón de gusto. Vende más el boxeador que embiste aunque le cueste soberanas pateaduras. El morbo de la sangre, los moretones y ojos completamente cerrados prevalecen por el de la esquiva, de movimientos de torso y piernas. En fin la real elegancia e inteligencia del Arte de Fistiana.
A pesar de los inconvenientes, El "Chacal" sigue entrenando en el gimnasio del adiestrador Jorge Rubio, ubicado en Hialeah. Allí, junto a otros prospectos cubanos, realiza su trabajo de formación y preparación técnica. "Aquí estoy yo, esperando por todos esos chiquiticos", aseguró Rigondeaux al sitio Boxeomundial.com. Esperemos que lleguen las oportunidades, por el bien del Rigo y del boxeo rentado.