España cautiva. No hablo de arquitectura, de fútbol ni de baloncesto. Hablo de béisbol, puntualmente de su desconocido equipo mayor, que acaba de realizar la proeza de clasificarse a la tercera edición del Clásico Mundial de Beisbol, el torneo más importante a nivel de selecciones nacionales del deporte.
A esta "Furia Roja" no la siguió nadie en la península ibérica, más preocupada por su situación económica (algo natural) y el sabotaje en el estadio de Vallecas que impidió que se jugara el partido Real Madrid- Rayo Vallecano.
Pero este domingo los héroes de la Furia no vistieron pantaloncillos cortos, pero se entregaron con el mismo fervor para derrotar en entradas extras, 9x7, a la poderosa novena de Israel, integrada por prospectos estadounidenses de origen judío y que llegó invicta al juego decisivo.
En el estadio Roger Dean de la floridana ciudad de Júpiter pocos apostaban por estos españoles de rasgos y acento latino, pero al final un sencillo del cubano-español Yunisky Sánchez remolcó las dos carreras decisivas y provocó el éxtasis en un grupo que ya sabe que estará en el certamen de marzo de 2013.
"Si te digo la verdad, no lo podía creer", dijo visiblemente emocionado Mauro Mazzotti, director de la escuadra ibérica. "Sabíamos que, como dije desde el día inicial, en un domingo cualquiera, cualquiera puede ganar. Y lo hicimos".
Fue un juego loco, pero que se disfruta ver. Los nervios, en uno y otro bando, a flor de piel. La muestra: 18 bases por bolas, siete bateadores golpeados y 16 carreras anotadas; lo opuesto a lo acontecido el viernes. Entonces hubo duelo de pitcheo y el desenlace favoreció a Israel 4x2.
Los israelíes marcaron pronto, en la parte baja del inning de apertura. España ripostó y tomó la delantera. Los hebreos igualaron y volvieron a tomar la punta, aunque tampoco pudieron aguantar la ventaja y necesitaron de un pasball del receptor español Adrián Nieto para empatar en el octavo.
El cerrador Josh Zeid retiró el noveno a ritmo de uno-dos y tres y los israelíes tuvieron la oportunidad de dejar tendido en el campo o su oponente. El relevista zurdo Iván Granados (venezolano-español) impidió ese desenlace en la parte baja de ese capítulo y cerró sin contratiempos en el décimo. De esta manera se acreditó el triunfo más importante en la historia del béisbol español.
"Fue un juego raro, pero es una final", dijo el segunda base español Paco Figueroa, nacido en Miami y de padres cubanos. "No sería una final, si no fuera así".
"Es un sueño hecho realidad, dijo el jugador del cuadro español Gabriel Suárez.
El sistema de doble eliminación provocó que Israel, invicto hasta la última jornada, no clasificara al Clásico. "Ellos merecen el triunfo. No hay uvas agrias. Sabíamos que el formato era así. Pudo ser al revés, así que no vamos a quejarnos ahora. El equipo español nos superó a nosotros esta noche. Tan simple como eso", declaró en la rueda de prensa el manager israelí Brad Ausmus.
El propio Ausmus, con cierto tono de resignación, expresó "aparte del hecho de que hemos perdido el último partido, fue una experiencia muy positiva en todos los ámbitos. Es una píldora difícil de tragar, pero me parece que hay un montón de cosas positivas que pueden salir de esto; espero que una de ellas sea la prosperidad del béisbol en Israel."
Del otro lado de la trinchera, y en medio de la alegría, Mazzotti señaló que de inmediato comenzarán a diseñar la preparación rumbo al Clásico: "mañana, probablemente vamos a empezar a trabajar en ello", sonrió Mazzotti. "Si hemos trabajado mucho para esto, no puedo imaginar el trabajo por el otro."
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