La selección de Israel derrotó 4x2 a su similar de España y dejó bien claro quién es el "guapo" en esta historia que se desarrolla en la floridana ciudad de Júpiter y es de tránsito obligatorio rumbo a la tercera edición del Clásico Mundial de Béisbol, previsto a celebrarse en marzo del año entrante.
Dos cuadrangulares, con un hombre en circulación en cada caso, del inicialista Nate Freiman definieron el encuentro celebrado en el estadio Roger Dean y colocaron a su equipo en la final del domingo, donde se disputará el único boleto disponible del grupo clasificatorio, el cual reúne, además, a Francia y Sudáfrica.
"Fue agradable contribuir con par de jonrones", dijo el líder indiscutible de la novena hebrea, quien también había pegado una pareja de vuelacercas en la victoria inicial frente a Sudáfrica (7x3).
"El béisbol es un juego donde tienes suficientes turnos al bate y sucederán cosas buenas y cosas malas. Es bueno ver que las cosas están saliendo bien", explicó el pelotero que jugó esta temporada en Ligas Menores (AA) con el equipo San Antonio Missions de Texas, pero es propiedad de los Padres de San Diego.
Durante las cinco primeras entradas el derecho israelí Justin Schumer y el zurdo español Richard Salazar se enfrascaron en un duelo de ceros. La pizarra se activó en la parte alta de la sexta entrada cuando Freinman aprovechó un descuido de Salazar -lanzó seis innings completos- y disparó cuadrangular con un hombre en circulación.
Mauro Mazzotti, director español, admitió en la rueda de prensa que Salazar debió ser más cuidadoso con Freinman, sin dudas el bateador más temible de la tanda israelí. "Probablemente debió tener más cuidado", espetó.
El golpe no amilanó a España, que descontó en la parte baja de la propia entrada. Allí combinó un sencillo productor de Rafael Álvarez y un error del jardinero central Ben Guez. Esa tentativa expulsó del box a Schumer (ganador del partido), pero sus rescatistas: David Kopp, Richard Bleier y Josh Zeid, pusieron el cerrojo.
"Francamente, (Schumer) podía haber lanzado más. Solo tiró 5 y dos tercios porque la diferencia en el marcador era muy estrecha. Estoy orgulloso de los cuatro chicos que lanzaron por nosotros. Hicieron un gran trabajo", comentó el manager israelí Brad Ausmus.
La puntilla llegó en el octavo capítulo cuando Freinman volvió a desaparecer la bola con un hombre en base, esta vez frente a los envíos del cerrador Iván Granados.
"Nuestro trabajo no ha terminado. No podemos darnos el lujo de perder el domingo", alertó el toletero que está consciente de que ambas novenas pueden volver a verse las caras el domingo en el partido definitorio.
España se jugará la vida esta noche -en el propio escenario- contra el vencedor del partido entre Francia y Sudáfrica, que tuvo que ser suspendido por lluvia cuando marchaba igualado a dos carreras en nueve entradas completas.