El cuerpo cambia con la edad

A los siete años descubrí que tenía artritis. Me daban unos dolores en las piernas tremendos, pero mi mamá decía que eran dolores de crecimiento, algo bien latino.
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Llegando a los cuarenta, aprendí lo importante que es llevar una vida sana, con una dieta balanceada y ejercicio diario. Ahora, con sesenta y seis, sé que el peso, el cuerpo y el tipo de ejercicio van cambiando con la edad. Y eso es importante comprenderlo y aceptarlo.

A esta edad no pretendo tener el cuerpito que tenía hace treinta años, pero sí pretendo verme bien y mantenerme saludable. Por ejemplo, adelgazar para la televisión, para la imagen, para la sesión de fotos es muy diferente a la razón por la cual tengo que adelgazar hoy en día.

¿Por qué ahora es importante para mí no pesar doscientas libras? Porque las rodillas no me funcionan con doscientas libras.

Si tengo sobrepeso no puedo caminar, es así de simple. Tener unas libras de más es más difícil mientras más edad tienes.

Muy difícil. De jovencita, con dieta y ejercicio, perdía diez libras en una semana. Ahora, perder diez libras me toma mucho más tiempo y esfuerzo.

La realidad es que con la edad, uno tiende a subir de peso. Nada puede detener eso. Muchos te recomiendan que vayas al gimnasio y hagas una cantidad de ejercicio anormal y dietas locas, todo para detener el correr del tiempo y obtener el cuerpo de tu juventud.

Pero eso lo que hace es acabarte.

Tienes que aceptar tu cuerpo y los cambios que vienen con la edad, y adaptar tus rutinas alimentarias y de ejercicio a la capacidad física que tienes a tu alcance hoy.

Yo ya no puedo correr, ni las rodillas ni las caderas me dan para eso, así que tuve que buscar otras alternativas para seguir ejercitándome. Tampoco pretendo tener el cuerpo que tuve de jovencita.

Lo que quiero es estar feliz con quien soy y cómo me veo hoy. Mira, como ejemplo, a Celia Cruz. Nunca fue gorda de joven, pero con la vejez le vinieron también unas libras de regalo.

En vez de rebelarse, aceptó que era parte de esa etapa de su vida y se compró unas batas africanas y se veía y sentía divina. Y cuando se le empezó a caer el pelo, se ponía pelucas espectaculares y no le importaba nada. Se sentía como un millón de dólares, estaba contenta.

Esa es la clave. Para sentirte como un millón de dólares, no sólo es importante aceptar la etapa en la vida en la que te encuentras junto con sus limitaciones, sino que también debes cuidar de tu salud y adaptar tu vida a los achaques de la edad para que estos no te paralicen.

De esto hablaremos más a fondo en el siguiente capítulo, pero el punto que quiero hacer aquí es que debes prestarle atención a tu cuerpo, siempre, sin importar en qué etapa de tu vida te encuentres. A los siete años descubrí que tenía artritis. Me daban unos dolores en las piernas tremendos, pero mi mamá decía que eran dolores de crecimiento -algo bien latino-.

Pronto me di cuenta de que la única manera en que me podía dormir, para quitarme el dolor, era tomando dos aspirinas y amarrándome mis suéteres alrededor de las piernas -eso me daba un calor que me aliviaba-. Así fue que empezó mi osteoartritis, que en aquel momento ni sabía lo que era. En Cuba, en esa época, el diagnóstico te lo daba algún familiar: "Tienes reuma, igual que tu abuela". Así que esta artritis la he tenido toda mi vida.

Mi hija Titi también la tiene y corre maratones. Pero ya, a mi edad, es más avanzada y debo tomar las medidas necesarias, como la terapia física, para estar bien. Por eso es importante prestarle atención a lo que te dice tu cuerpo. Titi tiene artritis y corre maratones, y yo hago terapia física, entre otras cosas, para combatir el dolor. Todas debemos escuchar a nuestros cuerpos y mantenernos sanas de acuerdo a la etapa que estamos viviendo en nuestras vidas.

El secreto es estar satisfecha con quien eres, buscar estar lo más saludable posible sin convertirlo en una obsesión y seguir creciendo espiritual y mentalmente.

Extracto de ¡Pa'rriba y Pa'lante! Mis secretos para triunfar en tu carrera, tu relación y tu vida, el nuevo libro de Cristina Saralegui ya está a la venta.

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Cristina Saralegui

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