Legalizar las drogas ¿Cerrar los ojos o abrir los brazos?

Pensar en rutas alternas a la penalización absoluta de la venta y consumo de drogas todavía es un tabú en El Salvador,
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Por David Ernesto Pérez/Diario digital ContraPunto

SAN SALVADOR - Pensar en rutas alternas a la penalización absoluta de la venta y consumo de drogas todavía es una tabú que, en El Salvador, se debate en mantenerse anquilosado en la concepción meramente punitiva o, sumarse a los vientos renovantes de América Latina, con países que están adoptando opciones que evitan la violencia que provoca el narcotráfico.

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Desde que asumió la presidencia de Guatemala, Otto Pérez Molina inició la promoción del debate de la despenalización de narcóticos, en vista de la penetración de cárteles de la droga mexicanos en suelo chapín.

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El mundo de la droga: ancho y ajeno

Así, en septiembre del 2012, Molina fue el primero en poner las cartas sobre la mesa de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), advirtiendo que era el momento de "replantear" los 40 años de lucha contra las drogas.

En dicho entendido, en la cumbre de la Organización de Estados Americanos (OEA) el mandatario guatemalteco empujó nuevamente el debate, y es cuando la posición hegemónica de Estados Unidos - siempre cerrada a discutir los rumbos de la política antidrogas en el continente - giró; el secretario de Estado, John Kerry admitió: damos la bienvenida a una discusión sana.

Con ese cambio de postura, el país - tradicionalmente influido por los derroteros que toma la nación norteamericana - entra a un ciclón de preguntas y respuestas que no puede ignorar: ¿es conveniente quedarse atrás en el debate? ¿Es realmente efectiva la lucha policial contra el narcotráfico y el paso de drogas sobre suelo salvadoreño? ¿Quiénes son más beneficiados con el paso de sustancias prohibidas?

De ese modo, repensar las rutas es necesario, y por eso ContraPunto preguntó a políticos si es necesario entrar a la discusión ya planteada en el Triángulo Norte o, simplemente quedar en silencio y continuar con la política meramente represiva que desborda la violencia.

El primer consultado fue el candidato a la vicepresidencia por el Frente Farabundo Martí (FMLN), Óscar Ortiz quien de tajo declaró que el país no puede estar cerrado al debate.

"Yo no creo que debamos estar cerrados al debate", expresó el alcalde de Santa Tecla, agregando que América está divida en dos sectores: productores y consumidores de sustancias.

"Ahí tenemos dos problemas muy grandes, uno no podría decir quién es el principal responsable de la situación, pues es muy difícil cargar la balanza hacia un solo lado, lo importante es que este debate establece un nuevo momento histórico para abordar el tema", expresó.

A mediados del siglo XX se decretó la penalización de la producción y consumo de sustancias como la marihuana, la cocaína, el opio, entre otras.

Sin embargo, su prohibición no provocó la interrupción en su producción, al contrario, desde la irrupción de los capos colombianos Griselda Blanco y Pablo Escobar Gaviria, en la década del 70 en adelante, las ventas se masificaron y, Estados Unidos se convirtió en el mayor consumidor en el mundo.

Años después, países como México, y ahora Guatemala y Honduras, sufren graves embates de violencia a consecuencia de las guerras internas por el dominio de la venta de drogas.

Para el caso, en México fueron asesinadas en el sexenio del expresidente Felipe Calderón, aproximadamente 60 mil personas - cifra equiparable al número de víctimas que dejó la Guerra Civil de El Salvador en doce años - mientras los cárteles de la droga continúan en una lucha tenaz por el control de la venta.

Contrario al munícipe efemelenista, el diputado por GANA, Mario Tenorio rechazó siquiera la posibilidad de abrir la ruta a nuevos caminos en la venta y consumo de narcóticos.

Según Tenorio, el país está "muy atrasado" para tocar el tema, y por el contrario, hablar de despenalización potenciará la dependencia.

"Creo que no estamos preparados en ningún momento para hablar de legalización de drogas en el país, estamos muy atrasados, en ese sentido creeríamos que en El Salvador, en lugar de minimizarla, la estaríamos potenciando y por lo tanto, le puedo manifestar que no estamos de acuerdo (en abrir el debate)", externó Tenorio.

Uruguay fue uno de los países más radicales en el Cono Sur en la legalización de la marihuana, con un solo propósito: el control estatal sobre la venta.

Con su peculiar estilo, el presidente José Mujica presentó al parlamento de la nación charrúa un proyecto de ley que, pretende quitarles las ganancias a los narcotraficantes y disminuir la violencia por el consumo y la venta.

La propuesta uruguaya fue aplaudida por Mario Vargas Llosa, el nobel de literatura que calificó la iniciativa de "valerosa".

A juicio de Antonio Almendáriz, diputado por el Conciliación Nacional - antes PCN - las ganancias que el monopolio de la venta de drogas pueda dejar al Estado, solo pueden ser comparables con los lucros que a los sicarios les deja matar por dinero.

"Imagínese toda la gente consumiendo marihuana y cocaína, piense en la desesperación que provoca la dependencia de estas drogas, esto ha llevado a gente a que... cuando no tiene dinero hasta mata (...) eso de que el Estado tenga dinero de la droga es como tener recursos del sicariato", expresó, aclarando que su reflexión es a título personal.

En el 2008, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la OEA, afirmó que en El Salvador, el consumo de sustancias ilegales iba en aumento, mientras el paso desde el Sur al Norte se incrementaba.

Centroamérica, por tanto, es un puente que sirve para que las drogas lleguen al Norte; en la ruta, los traficantes pagan por el paso en dos formas: especias o dinero en efectivo.

En el país, según informaciones oficiales, el control del paso está monopolizado por unas pocas personas organizadas en cárteles, que ubican sus puntos estratégicos en las zonas norte y oriental, donde aprovechan pasos ciegos fronterizos y corrupción policial y militar.

Empero, en el país las autoridades de seguridad pública niegan que la presencia de cárteles de drogas sea alarmante o pueda llegar a tener la relevancia que tienen en países como México o Honduras, no obstante el incremento en el consumo y el número de casos de muertes violentas relacionadas con la venta.

En dicho sentido, el diputado Benito Lara, del FMLN, también a título personal afirmó que se deben buscar nuevas rutas en el combate a sustancias prohibidas, porque cree que "las políticas implementadas en el pasado son un fracaso".

"Abrir la discusión nos puede llevar a otras propuestas, hay países que tienen enfoques distintos, no únicamente el enfoque criminalizador, un enfoque claro, sanitario, hay que tener un enfoque organizado, es otro tipo de política la que se debe hacer", declaró el legislador de la Comisión de Seguridad y Combate a la Narcoactividad.

Lara aclaró que hablar apresuradamente de despenalización "es una conclusión muy ligera".

La despenalización es un tema que el Triángulo Norte deberá abordar en los próximos años, debido a la violencia que genera y, la producción y consumo no se detendrá debido a las abundantes ganancias que genera el negocio.

Muestra de ellos es el reciente anuncio que hizo el ex presidente mexicano, Vicente Fox quien dijo que si la marihuana fuera legal "entraría al negocio".

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