Por Gloria Morán/Diario digital ContraPunto
SAN SALVADOR - "Cómpreme chicles muchacha, cómpreme", me dijo mientras yo pasaba por una de las aceras cercanas a un centro comercial de San Salvador. Me resistía, pero el chico de diez años de edad fue bastante insistente y decidí comprarle su producto.
Me tardé unos minutos en encontrar una moneda para pagarle, empezamos una conversación que duro unos diez minutos, porque después de eso me quedé esperando que pasara el bus en el que debía ir para llegar a mi casa.
Mientras eso pasaba, le pregunté cuál era su nombre, él dijo tímidamente - Josué.
¿Estudias? - pregunté, la conversación fue en la parada de buses con decenas y decenas de personas pasando, como a las seis de la tarde.$1-
No, no - dijo Josué, a lo que siguió un intento de explicación - Porque mis papás no puede con todo y la ayudo, soy el más grande- lo dijo con un gesto que demostró su grado de responsabilidad en algo que no le corresponde a él, sino a su madre y padre.
Josué es el mayor de tres hermanos, él tiene nueve años, los otros hermanos seis y tres años, según me dijo. Vive con sus padres, ambos vendedores ambulantes, uno vende dulces y el otro cepillos de dientes.
Mientras hablaba conmigo de vez en cuando ofrecía chicles a quienes pasaban cerca de nosotros. Algunos ni lo volvían a ver, otros los miraban con lástima y otros con desprecio. No vendió más que 0.75 centavos de dólar en esos diez minutos. Josué me contó que a veces vende cerca de cinco dólares al día, cuando bien le va siete.
Le pregunté si sus padres le dicen algo sobre retomar sus estudios:
-Sí, a veces me dicen que sí, que el otro año, pero me va a dar pena. Solo hice hasta segundo grado. Voy a ser bien grande para el grado que me toca- dijo y sonrío como quien se imaginó la escena de ser el más grande en su salón de clases. "La verdad que a mí me gustaría usar un uniforme, hacer mis tareas y siempre ayudar en mi casa".
Oír esa última frase "... y siempre ayudar en mi casa", no me hizo más que recalcar que Josué ha tomado una responsabilidad que no le toca a su corta edad. Sus hermanos ¿correrán la misma suerte?
Josué no es el único niño que trabaja en El Salvador, eso ya se sabe, pero lo último que el Ministerio de Trabajo (Mitrab) dio conocer es que al menos 191.599 niños y niñas menores de edad trabajan en el país.
La cifra refleja un aumento de 3.256 infantes entre 2011 y 2012, según el informe oficial presentado el pasado 12 de junio, en el marco del Día Internacional contra el Trabajo Infantil. Los datos se basan en el informe "Situación del Trabajo Infantil en El Salvador", realizado por la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC).
Historias diarias
El viajar en transporte público da la oportunidad de conocer muchas cosas y de ser víctima de otras, también. Una vez, hace varias semanas, un sábado por la tarde en un bus de la ruta 101-D se subió un hombre disfrazado de payaso, junto él iba su hija, él la presentó así.
La pequeña parecía tener ocho años, también iba disfrazada de payasa, era notorio en su mirada la pena, la tristeza en sus ojos llamaba la atención.
La dinámica era que ella contestara a lo que el payaso preguntara, un dúo para hacer reir a los ocupantes del bus. Poco reímos. La voz de su padre era enérgica cuando hacía una broma, pero la de la niña era apagada, no se correspondía uno a otro.
Al terminar su show, ambos pasaron pidiendo colaboración a cada uno de los pasajeros, la niña no veía a quien le pedía, bajó la mirada, solo estiraba la mano. No recibieron muchas monedas. Como esa payasita hay muchos niños que junto a sus padres andan en las calles trabajando. Algunos corren la suerte de estudiar, otros solo deben dedicarse a laborar para poder comer, sin hablar de otras necesidades que deben cubrir
De los 191.599 menores laborando, registrados en 2012, entre las edades de cinco y 17 años el 72.7 por ciento son niños y el 27.3 por ciento niñas.
Los resultados de la Encuesta de Hogares d Propósitos Múltiples (EHPM) de 2009-2012, muestran que la proporción de niños, niñas y adolescentes disminuye 1.13 puntos porcentuales respecto al año 2011. En general, para el año 2012 la población infantil salvadoreña es de 1.744.657.
En el 2012 se contabilizaron 110,626 adolescentes de 14 a 17 años en trabajos peligrosos ; 87,898 niños y 22,728 niñas. En 2011 fueron 103,774, es decir, el año pasado hubo 6,852 casos más.
El titular del Mitrab, Humberto Centeno, también presidente del Comité Nacional para la Erradicación de las Peores Formas de Trabajo Infantil, dijo que la DIGESTYC desde el 2005 incluye en el censo que realizan preguntas que reflejan la cantidad de infantes que trabajan en el país a partir de los cinco años.
El director adjunto de Organización Internacional del Trabajo (OIT), Leonardo Ferreira, expresó que "el trabajo infantil por debajo de los 14 años ha venido bajando", pero "se debe mejorar la parte educativa y los programas de transferencia monetaria condicional, así como los que proveen materiales educativos. Pero en el caso de los adolescentes, se debe poner más atención porque es donde se está concentrando el trabajo infantil en El Salvador".
Centeno externó que con la empresa privada existen convenios de sacar a los niños de la peligrosidad. "Pero lo que tenemos que hacer con los empresarios es buscar trabajos adecuados para jóvenes entre 14 y 17 años", dijo que debe haber más coordinación con la empresa privada.
Datos revelados por el Ministerio de Trabajo sobre infantes que trabajan con familiares
Trabajo doméstico, una forma de violencia
Según la representante del secretario general de las Naciones Unidas sobre la violencia contra los niños, Marta Santos Pais, el trabajo infantil doméstico también es una "forma de violencia" contra la niñez.
"Cuando contraviene las normas internacionales, es una forma de violencia cometida contra las niñas, los niños y los adolescentes", destacó Santos Pais y añadió que "no existirá un mundo sin violencia contra la niñez, si no acabamos con esta forma de explotación infantil y en particular, con las peores formas de trabajo".
Según la EHPM 2012, ese año se registraron 4,909 niñas y niños en El Salvador realizando trabajo doméstico en casa de terceros, de los cuales, el 83.8 por ciento eran niñas. Del total de casos identificados el 6.3 por ciento no sabían ni leer ni escribir y solamente el 28 por ciento asistían a la escuela.
Según el comunicado de las Naciones Unidas las niñas, los niños y los adolescentes que trabajan en el servicio doméstico son vulnerables a la trata, el trabajo forzoso y otras peores formas de trabajo infantil.
Santos Pais reconoció que muchas niñas y niños trabajan como consecuencia de la pobreza, para ayudar a sus familias a obtener ingresos. No obstante, "esta situación se vuelve inaceptable cuando las niñas, los niños y los adolescentes están siendo víctimas de violencia verbal, física o abuso sexual, se ven obligados a las formas más peligrosas de trabajo, cuando faltan a la escuela, cuando están en peligro o su salud y bienestar se deterioran".
Áreas del trabajo infantil
Según el MITRAB el concepto de trabajo infantil comprende tres categorías. Entre ellas está la que implica el trabajo realizado por un niño que tenga menos de la edad mínima de admisión al empleo. En el país la edad mínima es 14 años, normado en la Constitución de la República Artículo 38 numeral 10º y en la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA), específicamente en el Artículo 59 Edad mínima para el trabajo.
También comprende otra área que es el trabajo peligroso para niños de 14 a 17 años. Este es entendido como aquel que, por su naturaleza o por las condiciones en que se realiza, pone en peligro su bienestar físico, mental o moral. Este tipo de trabajo es prohibido.
Para su medición se tomó como base el Acuerdo Ministerial 241 "Listado de actividades y trabajos peligrosos en los que no podrán ocuparse niños, niñas y adolescentes", según el MITRAB.
En esa segunda categoría, la del trabajo peligroso, además las entidades toman como criterio las largas jornadas de trabajo y comprende también la prohibición de trabajo nocturno, esto según el artículo 60 de la Ley Lepina y en el Código de Trabajo en el artículo 116, inciso 2°.
El tiempo permitido como jornada de trabajo en el caso de los adolescentes menores de dieciséis años (14 a 15 años), en cualquier clase de trabajo, no podrá ser mayor de seis horas diarias ni de treinta y cuatro horas semanales. Para el caso de los de niños de 16 y más, éste no podrá ser mayor de 8 horas diarias ni 44 horas semanales.
La tercera categoría es las peores formas de trabajo infantil no designadas como trabajo peligroso, las mismas que son consideradas delitos que cometen quienes usan, reclutan y mantienen a cualquier persona menor de 18 años en estas formas de explotación.
La corta de caña de azúcar, la pesca, la pepena en botaderos de basura y la explotación sexual comercial son algunos de los peores trabajos que puede realizar un niño, es precisamente ese tipo de trabajo el que el comité se ha trazado eliminar para el año 2015. Mientras que para el 2020 tienen previsto eliminar toda clase de trabajo infantil en El Salvador.
Artículo publicado originalmente aquí