Recién inicié las sesiones privadas de coaching, en donde comparto con quienes confían en un servidor para apoyarse y lograr sus objetivos o descubrir por qué no han logrado sus metas o bien, simplemente desatorar algo que quizás saben o que tienen que descubrir y no les deja vivir tranquilos.
Como es usual, gracias a Dios, las personas que ya han gozado de los beneficios de esas sesiones, me recomiendan con otras personas y así sucesivamente. Fue así como llegó Paola, una joven ejecutiva de 35 años quien ha logrado el éxito material, pues goza de una posición privilegiada como profesional, posee un coche de lujo, una casa digna de salir en cualquier revista de arquitectura y diseño, viste de marca, carga los tres últimos modelos celulares de algunas marcas, y todo eso que para la mayoría del mundo es símbolo éxito y poder. No obstante, a pesar de todo eso, vino porque se sentía ofuscada, qué digo, frustrada más bien, porque su relación de pareja no funcionaba del todo bien. Bueno, para ser específicos, su novio le reclamaba que, sin darse cuenta, él ya no podía competir con el trabajo de ella y las reuniones sociales consecuencia de su profesión.
El ideal de este novio, como el de muchas personas, es gozar de estabilidad laboral y sentimentalmente hablando con una pareja. Sin embargo, Paola estaba dedicando, sin percatarse, porque ya era un estilo de vida, entre 10 a 14 horas a su profesión y la situación es que cuando nos enfocamos demasiado en el trabajo, la carga laboral interfiere en el tiempo que debemos dedicar a la pareja y es lo mismo que si hubiera en el medio un o una amante en competencia por la atención del otro. Esto empobrece la calidad y cantidad de tiempo que pasamos con la otra persona, la intimidad, el intercambio afectivo, el compartir y seguir construyendo y avanzando en un proyecto en conjunto a pesar de la individualidad que debemos tener.
Por esta razón, los hombres y mujeres que tienen una vida saludable en pareja, suelen mantener un equilibrio en ambos terrenos, haciendo eficiente sus tiempos en el trabajo, para así, tener armonía en los tiempos de pareja.
Siempre platico de estos temas con Selene Berrecil que, como les he comentado, pertenece a Seis Grados, agencia líder en la realización de Encuentros Inteligentes entre solteros (www.seisgrados.com.mx). Ella me explicaba que hombres y mujeres que viven en pareja poseen un mejor desempeño en sus trabajos ya que la vida en pareja generalmente indica un compromiso más profundo, y estar en una relación comprometida significa una red de apoyo social constante y duradera.
John Gallacher, un académico de la Universidad de Cardiff, analizó distintos estudios europeos, concluyendo que las parejas que viven juntas, en especial, las felizmente casadas, eran más propensas a comer de forma saludable, mantener relaciones amistosas más estables y preocuparse por su autocuidado de manera general y más precisa. Al estar saludable, la persona lo proyectará y se verá reflejado en las diversas áreas de su vida, incluyendo la laboral.
Asimismo, un estudio internacional realizado en 14 países, analizó la relación que tenía la vida en pareja con los salarios percibidos, y concluyó lo siguiente:
- El matrimonio capacita de manera empírica a las personas para puestos orientados a Recursos Humanos. (Y cómo no si es una gran empresa, después de todo)
- El 68% de las personas con mayor productividad están casadas o viven con sus parejas.
- Las personas casadas incrementan su salario en 3.2% anualmente, mientras que las solteras solo lo aumentan en un 1.4%.
- Los hombres que viven con sus parejas ganan más que los solteros. Sin embargo, las mujeres que viven con sus parejas ganan menos que las mujeres solteras.
La relación entre el productividad y el matrimonio siempre ha sido analizada por distintos estudiosos, por lo que la Universidad de San Diego, la Universidad de California y la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos, se unieron para estudiar este fenómeno.
Los investigadores reunieron a un importante grupo de gemelos idénticos, donde uno estuviera casado, y el otro no, justamente para medir la correlación entre matrimonio, productividad y salario. Los autores argumentaron que eligieron este particular grupo porque poseen las misma características, tanto física como mentales, por lo que debían desempeñar un grado de productividad similar.
Selene me comentó que el estudio reveló que los gemelos solteros poseían una escala de productividad menor que sus hermanos. Y al analizarlos por estado civil, los gemelos casados ganaban 19% más que los gemelos solteros. Este resultado sugiere que el matrimonio tiene un impacto directo en la productividad y el salario.
En este contexto, la Organización Internacional del Trabajo recomienda lo siguiente:
- Tener tiempo suficiente para compartir en pareja para dejar a un lado las tensiones y asuntos laborales.
- Comunicar a la pareja todas las situaciones de tipo laboral que impliquen cambios, permitiéndole participar en las decisiones.
- Identificar cuando las condiciones laborales repercuten en la pareja o la familia, evitando que el vínculo se deteriore por asumir cargas que no le corresponden.
- Que la pareja no sea la receptora de las frustraciones o los conflictos derivados del contexto laboral
La fórmula es sencilla: Las personas que viven con sus parejas poseen un mayor nivel de responsabilidad y compromiso, mejorando su capacidad de reacción a corto plazo. Asimismo, su nivel de desempeño laboral, satisfacción y motivación en el trabajo es directamente proporcional a la estabilidad que tienen con sus parejas.
Paola lo tuvo que entender y además descubrimos cuáles serían los pasos para lograr un equilibrio y atender no solo su trabajo sino su vida familiar, con amigos, y sobretodo dedicarle un mayor espacio de calidad y frecuencia de tiempo a su novio. Ha sido grande el giro que ha tenido que dar a su vida, no obstante, lo está logrando.
Si deseas información sobre las sesiones privadas de coaching de vida con un servidor, puedes escribir a info@abrazatuvida.com.
Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!
¡Gracias por existir, compartir y estar!
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