"Son tus decisiones y no tus condiciones lo que determina tu destino..."

Recuerdo que el maquillista del noticiero en el que trabajaba en Costa Rica --quien había trabajado con Jennifer López cuando vivió en Estados Unidos-- repetía constantemente que, ella siempre le decía: "en esta vida no se tiene lo que se merece, sino lo que negocia".
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Recuerdo que el maquillista del noticiero en el que trabajaba en Costa Rica --quien había trabajado con Jennifer López cuando vivió en Estados Unidos-- repetía constantemente que, ella siempre le decía: "en esta vida no se tiene lo que se merece, sino lo que negocia". Viendo recientemente un capítulo de una de mis series actuales favoritas, "Suits", la dueña del bufete le dice a uno de sus abogados estrella que en la vida "no basta con ser bueno y tener talento". Qué gran verdad.

Con todo lo que he aprendido en carne propia en mis ya pasadas cuatro décadas de vida, en talleres, seminarios y cursos de desarrollo personal y liderazgo, me queda claro que para obtener lo que deseamos, o lo que muchos llaman "alcanzar el éxito", además de los títulos universitarios, de la perseverancia, de la constancia, esfuerzo y dedicación, son las decisiones que tomamos y las acciones que emprendemos con base a esas decisiones, las que nos llevan a vivir o no lo que deseamos. Es decir, lo que nos atrevamos o no a decir, a negociar, a luchar o a replantear.

Definitivamente, en gran parte, somos resultados de nuestras decisiones, tanto en el aspecto personal, --en familia, con la pareja, con los amigos, compañeros de trabajo-- como en el profesional, económico, de desarrollo personal, espiritual y demás áreas de nuestra vida. Muchas de las decisiones que de pronto le costaron trabajo tomar, le llevaron a ser quien es ahora usted y a obtener lo que ahora vive. También, muchas de las que no tomó o quizás no resultaron ser lo que usted esperaba, le han llevado a vivir también lo que usted es hoy y quizás por eso todavía no esté experimentado algunas situaciones que usted desea y que en su corazón siente que son anhelos que le serán concedidos. (Eso que usted siente que se le dará, no los caprichos del ego.)

Pues bien, debemos tomar en cuenta que las decisiones, pueden llevarnos a lugares correctos o retrasar nuestro avance hacia a la meta anhelada. Inclusive las decisiones que consideramos equivocadas pueden llevarnos a lugares que ni imaginábamos podías alcanzar. Ahora bien, TODAS las decisiones, están basadas en las creencias que tenemos. Creencias que hemos aprendido del entorno, de la familia, los amigos, los hermanos, los padres, los profesores, de los medios de comunicación y demás influencias.

Las creencias son asociaciones que hacemos respecto a lo que hemos vivido o con base en las referencias de lo que los demás te han dicho que, por su experiencia, les ha sucedido, llevando a cabo o no determinada acción. El asunto es que esto es como las pastillas, hay quienes al tomar un medicamento les funciona y les elimina el dolor y a otros no les hace ni cosquillas. Por ejemplo, hay quienes asocian el ejercicio con la creencia de un gran esfuerzo, desgaste, tiempo perdido, cansancio y agotamiento, mientras que para otros el ejercicio es vida, plenitud, energía, actitud, mejor humor y cantidad de buenos significados.

Por eso, cada quien, debe atreverse a vivir su propia vida y tomar las decisiones que desea y que supone son las más convenientes basadas en su propia y única experiencia o en sus deseos, que por más similares que sean a los de otros, al ser todos únicos e irrepetibles, nunca nadie tendrá la misma experiencia de vida, sentimientos ni emociones desde nuestra perspectiva.

Hay que tomar en cuenta que las personas son el resultado de sus experiencias y basados en las mismas dan sus pasos a través de las creencias. Cuanto más aprendizaje tengamos, es decir, experiencias de prueba y error --porque de los errores se aprende-- más posibilidades tenemos a la hora de elegir, de tomar una decisión. No es lo mismo alguien quien llegó a un puesto ejecutivo o de director gracias a influencias en días, que alguien que ha tenido que aprender en años abrirse paso para que se le otorgue esa responsabilidad. Entre más consideraciones tomemos en cuenta a la hora de una decisión, tendremos mayor rango de posibilidades de acertar, más seguridad y demás.

Las creencias o nos impulsan o nos limitan. En mi caso, por ejemplo, sin darme cuenta por muchos años yo asociaba el que para obtener dinero tenía que prácticamente vivir para trabajar, tener varios trabajos y sin horas para mí y no al contrario, trabajar para vivir. Entonces me partí literalmente el lomo por aquí y por allá de sol a sol para poder generar lo que luego comprendí que podía generar en un solo lugar, tomando la decisión de así hacerlo. Otra de las creencias que me limitó hacia mis metas por muchos años fue no hablar ni negociar lo que deseaba, creer que las personas tenían que ver en mí lo que yo quería y entonces, como la gente no es psíquica, no se daba cuenta. Aprendí que si no hablas, si no negocias, no llegas a donde deseas.

¿Cuántas creencias tienes que pueden estarte limitando a la hora de avanzar en la toma de tus decisiones? Si no te gusta lo que encuentras, al analizar esta pregunta las puedes cambiar. El chiste es encontrar y comprobar si las creencias que tenemos suman o restan a nuestro favor, si nos impulsan hacia nuestras metas o más bien nos limitan. Piensa ahora mismo en unas 6 creencias que te han limitado en los aspectos de vida que son importantes para ti.

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Piensa ahora en unas 6 creencias positivas que te pueden llevar obtener lo que deseas:

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Dedícate ahora a trabajar en reemplazar las creencias limitantes para dar los pasos hacia tus metas de una manera más segura.

Algo que me funciona demasiado y te lo comparto porque quizás, simplemente quizás, pueda ayudarte es pedirle a Dios, a la vida, al Universo, al Creador, a la fuente, a mi intuición, que me de las señales de si eso que deseo es bueno para mí, que si la decisión, que considero tomar estará bien para mí me abra las puertas me de las señales y es impactante la manera en que te deja ver si es adecuado o no. Siempre pido que se me den los recursos, se pongan en mi camino las personas necesarias, las condiciones y sucede eso y más. En otros momentos, todo indica que mejor espero porque la decisión debe ir por otro lado, que debo replantarme el asunto.

Ante todo, recuerda que:

-Las decisiones de Dios son misteriosas pero siempre a nuestro favor. Así que todo nos ayuda a llegar a donde deseamos o a obtener más. Doy testimonio de ello.

-Bien dicen que al final de tu vida lo que más lamentarás serán las decisiones que por miedo o indecisión dejaste de tomar. Aún estás a tiempo. ¡Hazlo! Atrévete a tener algunas experiencias que has querido tener y que nos has realizado. Cambia tus creencias, que no te limiten, que te impulsen más bien. Si dominas lo que sientes, estás capacitado para tomar decisiones correctas.

-Las decisiones son muy importantes como para librarlas al azar. Evita entones, tomar decisiones basadas en emociones inestables, mejor tomas distancia, respiras, y cuando estés en calma, razonas y consideras lo mejor para ti, basado en tus deseos, anhelos y análisis no en lo que los demás te digan que sucederá o no. Por favor, no permitas que nadie tome decisiones por ti, haz lo que creas correcto, confía en ti.

-Eso sí, toma en cuenta que siempre para triunfar, es bueno seguir los pasos, los patrones, consejos, de quienes ya lograron lo que tú, lee, infórmate, investiga sobre qué hicieron y cómo lograron quienes han triunfado en lo que deseas, para llegar a donde están.

-Muchas personas dicen que los actos y decisiones dejan saber qué clase de persona eres. Recuerda que lo más importante es que tú sepas quien eres. Y no olvides que no es la decisión sino lo que actúas, lo que ejecutas al respecto lo que hará el cambio en tu vida.

-Todas las decisiones al inicio son buenas, es hasta después que muestran los resultados si lo eran o no. Si no resulta como deseas y de pronto la vida te dice que es fue un error, haz que tus errores te sirvan de lecciones para tus próximas decisiones. Ve todo positivamente, no te encajes en lo que no sucedió como deseabas o en el porqué a te sucede a ti. Ten muy presente además que a veces las decisiones equivocadas nos llevan a lugares adecuadas. Busca el lado bueno y haz como el GPS que si tomas por otra calle, reconsidera la ruta para llevarte a tu destino.

-En el campo sentimental, recuerda que una buena pareja toma decisiones pensando en un "nosotros", no en el beneficio individual.

-Jamás juzgues las decisiones de los demás, si no conoces sus razones.

-Las buenas decisiones vienen con la experiencia. La experiencia viene de tomar malas decisiones... Así que errar es de humanos, no te detengas ni gastes energía en juzgarte, la vida es corta y es mejor seguir adelante. Cambiar tus creencias es básico.

En muchos libros, textos y en internet, abundan consejos a considerar a la hora de tomar decisiones. Te dejo con estos 5 de Luis Fallas, del Centro de Superación Personal:

- Al momento de tomar alguna decisión, olvídese de cualquier tipo de temor a fracasar, recuerde que el peor fracaso es el no intentarlo nunca, por eso espere siempre lo mejor y arriésguese a triunfar sin pensar en las consecuencias negativas.

- Enfóquese en observar detalladamente cada una de las opciones que tiene, analice cuál de todas es la opción que más le conviene y póngala en marcha sin ningún temor.

- Escuche consejos de las personas que le rodean, pero a la hora de tomar decisiones finalmente procure escuchar siempre su corazón, la persona que hace lo que realmente ama, indiscutiblemente logrará sus objetivos.

- Cuando se tienen varias opciones para decidir es necesario reducir el número de estas escogiendo solo las más productivas, para que de esa manera se facilite tomar la decisión correcta, recuerde que el tener muchas opciones en mente puede tender a perjudicarnos.

- Se debe tener siempre presente que difícilmente se podrá estar 100% seguro de la decisión a tomar, por lo tanto si las cosas no salen como se imaginaba en un principio siempre se tendrá la oportunidad de cambiar de parecer.

Ten presente que siempre, cualquier decisión es beneficiosa. Si vemos el lado bueno de las cosas y qué quiere la vida que aprendas de eso, sacarás el mayor de los provechos. ¡Haz que tus decisiones valgan la pena!

Y recuerda: ¡Sonríe, agradece y abraza tu vida!

Sobre todo: ¡a despertar a la vida, gente! Para VIVIR.

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