¿Qué clase de huella dejas en los demás?

Una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Y si bien es cierto que, somos nosotros quienes le damos poder a los demás para que lo dicen o hacen nos afecte, a veces es inevitable.
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Cada vez me toca interactuar con más personas cuyas reacciones son agresivas, andan paranoicas pensando que el mundo y los demás están en contra de ellos y no se miden ni en sus palabras ni en sus actos. Todos cargamos basura emocional y tengo claro que la gran mayoría usamos territorio ajeno para desalojarla, no nos dedicamos a hacer limpieza interior. La situación con esto, es que no solo estamos mal nosotros, sino que arrastramos y dañamos a nuestros seres queridos, familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, porque no nos percatamos de que lo que hacemos o decimos deja huella en los demás. Es como una cadena, otra persona con carga emocional va ir a desalojarse a donde otra y así sucesivamente.

Gente, una ofensa verbal es tan dañina como una ofensa física. Y si bien es cierto que, somos nosotros quienes le damos poder a los demás para que lo dicen o hacen nos afecte, a veces es inevitable.

Por eso, te quiero compartir una famosa parábola que te puede hacer reflexionar más que todo lo que yo te pueda decir. Bueno, si decides entrar en consciencia y analizar cómo andas y reaccionas contigo mism@ y los demás en la vida. Porque ojo, también la ofensa y las consecuencias puede ser porque tú mism@ andas criticándote, juzgándote, auto saboteándote y no amándote. Se llama la "Clavos que dejan huella":

"Ésta es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter. Su padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.

El primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez menos clavos detrás de la puerta.

Un día descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la puerta. Llego el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.

Después de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que lograra controlar su carácter.

Los días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos para retirar de la puerta...

Su padre lo tomó de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo:

-'Has trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta. Nunca más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices exactamente como las que aquí ves'".

La reflexión es que tú puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo devastará, y la cicatriz perdurará para siempre.

Mantén tus pensamientos positivos porque tus pensamientos se convierten en tus palabras. Mantén tus palabras positivas porque tus palabras se convierten en tus acciones.

En un proceso maravilloso aprendí recientemente 5 pasos muy buenos que te comparto para poner en acción antes de reaccionar a lo que sea o antes de decir o hacer lo que sea. Los pasos son: el primero es parar, analizar qué sucede, qué debes decir y cómo debes de reaccionar sin perjudicarte ni perjudicar a los demás. Luego miras, consideras todas las posibilidades y entonces eliges qué debes hacer para tomar la decisión y hacerlo. Si todos siguiéramos estos pasos, cuántas situaciones incómodas evitaríamos y cuantas huellas menos dejaríamos en los demás.

Tú decides si las huellas que dejas en los demás, son positivas o no tanto.

Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!

¡Gracias por existir, compartir y estar!

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