Cuida tus pensamientos, los negativos te debilitan el alma

Es como tener pesadillas pero despiertos, te hacen maquinar sólo dificultades, interfieren con la habilidad de atraer el bien en nuestras vidas, nos impiden alcanzar nuestro potencial...
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Es como tener pesadillas pero despiertos, te hacen maquinar sólo dificultades, interfieren con la habilidad de atraer el bien en nuestras vidas, nos impiden alcanzar nuestro potencial, te estresan y te roban energía, te debilitan, más de lo que piensas. En realidad, ¡son la madre! ¡Un fastidio! ("Cónchale Chama", dirían en lenguaje de telenovela venezolana).

Y es que ¡ni tus peores enemigos o tus opositores pueden hacerte tanto daño como los pensamientos negativos!, que producen barreras, bloqueos, límites, para poder recibir lo que la vida tiene para ti.

Recordemos que los pensamientos generan sentimientos, emociones, y desde éstas tomamos decisiones. Si pensamos positivo, nos vamos a sentir muy bien y con todo lo necesario para realizar acciones con buenos resultados en nuestra vida. Si pensamos negativo, ya sabrás por dónde el oscuro resultado.

En lo que nos enfocamos, en lo que pasamos pensando, es a lo que le damos importancia, lo hacemos grande. Si estamos pensando en los problemas, en lo negativo, en cuando alguien nos dijo que no podemos, en lo que los demás hacen en contra de nosotros, en lo que los compañeros de trabajo, el jefe, la esposa o alguien cercano nos mencionó o nos hizo, en un reporte médico nada alentador, eso va distorsionar nuestra realidad, porque nos estamos enfocando en lo que nos limita, en lo que nos detiene, en creer que todo está mal o acabará mal, sin ver el otro lado más importante y que todo siempre tiene una salida. (Menos la muerte, claro está.)

Hay personas tan negativas que se enfocan en autocriticarse y pasarse diciendo lo que nos les gusta de ellos mismos, se viven criticando su pelo, estatura, condiciones. Si te enfocas en lo que no te gusta de ti eso bloquea todas las bendiciones. Magnifica lo bueno, no lo malo en tu vida.

Según Pedro Jara, psicólogo y autor de "Adicción al pensamiento", en declaraciones al diario El País, de España: "El cerebro está conectado con todo el organismo y las respuestas emocionales a pensamientos negativos tienen preferencia por algunos órganos: cuando hablamos de tener 'nervios en el estómago', 'acumular tensión en la espalda', o sufrir 'quebraderos de cabeza' estamos haciendo metáforas sobre la inmediata respuesta corporal de las emociones que generamos con nuestros pensamiento".

"Así como hay productos que dañan la capa de ozono, espiritualmente los pensamientos negativos dañan nuestra aura, nuestro escudo metafísico", comenta la directora del Kabbalah, Kareng Berg.

En Internet, encontré algunos de los pensamientos que nos pueden generar problemas, citados por Isabel Serrano:

-- Deberías: "debo ser una buena persona", "debo hacer bien mi trabajo", "debo tener la casa arreglada", "debo ayudarlo a solucionar su problema", "debo ser más abierto".

Lo pensamientos dentro de esta categoría son vividos como normas de obligado cumplimiento, siendo más adecuado cambiar el deber por el querer, "quiero ser una buena persona", "quiero hacer bien mi trabajo".

-- Etiquetación: "soy tonto", "soy aburrido", "soy nervioso".

Lo que creo de mí mismo me va a acompañar el resto de mi vida, lo que me digo a mí mismo me condena a comportarme de la forma que pienso que soy.

La etiquetación no se ha de limitar a aspectos que considero negativos; es recomendable ampliar las etiquetas positivas de uno mismo, todos las tenemos.

-- Lectura de pensamiento: "seguro que hablan mal de mí", "a ellos les caigo mal", "no me ha llamado, eso es que no quiere estar conmigo".

Adivinar lo que otra persona piensa es mucho más que arriesgado ya que no disponemos de poderes sobrenaturales ni de una bola de cristal que nos lo permita.

-- Visión catastrófica: "me va a pasar algo horrible", me duele la cabeza, tendré algo grave".

Pensar en la peor opción posible lo único que me permitirá es dejar de hacer cosas que quiero hacer por miedo y normalmente, las cosas finalmente no son tan horribles como creemos.

-- Generalización: "he fracasado en esta relación por lo tanto nunca tendré pareja", "he suspendido este examen, nunca aprobaré la asignatura".

Estos tipos de pensamientos solo nos muestran una parte de la realidad, casos puntuales los convertimos en generales.

-- Todo o nada/ Blanco o negro: "solo hay dos formas de hacer las cosas, la correcta y la incorrecta", "o consigo este trabajo o mi vida va a ser una ruina".

Mirar únicamente en dos direcciones limita mucho las oportunidades, la escala de grises y los puntos intermedios pueden ayudarnos a no ser tan rígidos.

"Cuando tenemos un problema o estamos enfrentando un desafío, una de las peores cosas que podemos hacer es pensar demasiado. Es casi imposible pensar demasiado en algo y no caer en pensamientos negativos. Si no tienes la respuesta en el momento, simplemente continúa. Las soluciones vendrán a ti cuando menos lo esperes, si limpias tu mente de pensamientos negativos, cosas buenas llegarán a ti", comenta el líder mundial de la Kabbalah, Yehuda Berg.

Cambia tu perspectiva hacia lo positivo. Permite que la magia de los pensamientos positivos abrace tu vida. No pienses en los problemas como dificultades, sino como oportunidades de acción.

Los pensamientos negativos nos impiden alcanzar nuestro potencial. Ellos siempre van a aparecer, pero podemos optar por no darles energía.

Si puedes mantenerte libre de pensamientos negativos durante unos segundos, puedes lograrlo durante minutos, horas, días... una Vida.

No desperdicies otro minuto en pensamientos negativos sobre ti mismo. Deshazte de ellos. Ya no te sirven.

Una mente entrenada corregirá sus propios pensamientos negativos. No dejes que el pesimismo te abata, plantea la lucha desde tu mente.

¿Cómo cambiar los pensamientos negativos a positivos? En un artículo de motivación, Ana Muñoz, recomienda:

1. Sé consciente de lo que estás pensando. El pensamiento se genera a menudo de manera automática en base a esquemas de pensamiento creados hace muchos años, que usamos para interpretar lo que nos sucede de manera rápida y automática. Por desgracia, a veces esos esquemas son erróneos y debemos cambiarlos para hacerlos más realistas y sanos. Por eso, el primer paso es conocer lo que pasa por tu mente cada vez que reacciones de un modo exagerado o inadecuado en vez de dejar que sea un pensamiento automático y, en gran parte, inconsciente, el que decida por ti.

2. Pregúntate: ¿qué he pensando que me ha llevado a sentirme o comportarme así? Hazte esta pregunta cada vez que reacciones con unas emociones o conductas exageradas, inapropiadas o dañinas, pues esas emociones y comportamientos son las que te indican que no estás usando un pensamiento del todo adecuado y constructivo.

3. Una vez que tengas claro lo que has pensado y cómo tu pensamiento te ha llevado a sentir esa emoción exagerada o tener esa reacción o comportamiento indeseado, cuestiona tu pensamiento. Es decir, hazte preguntas como: ¿De verdad es esto así?, ¿Estoy exagerando?, ¿Estoy cometiendo algún error de pensamiento?, ¿De verdad es tan terrible?, ¿Realmente pasaría esto que creo?, ¿Es cierto que lo ha hecho a propósito?, ¿Existe otra explicación posible?, y otras preguntas similares. Se trata de preguntas destinadas a poner en duda tu pensamiento para no creerte lo primero que te venga a la mente y hacerlo más lógico y racional.

Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!

¡Gracias por existir, compartir y estar!

En Twitter, @ChrisBarquero.

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