Ser altamente efectivo significa hacer cosas diferentes, cambiar teorías, actitudes, carácter y por encima de todo, desarrollar principios, que permitan la eficacia y eficiencia día a día. De eso trata el libro los "7 hábitos de la gente altamente efectiva", de Stephen R. Covey. Desde su publicación inicial, se han vendido más de 25 millones de copias en 38 idiomas.
En esencia, el libro lista treinta y dos principios de acción, que, una vez establecidos como hábitos, ayudarán al lector a alcanzar un alto nivel de efectividad en los aspectos relevantes de su vida. Covey argumenta que dichos hábitos están basados en principios de carácter ético, que --a diferencia de los valores--, son atemporales y universales.
El autor expone herramientas necesarias para autoevaluarse y emprender un nuevo modelo de vida personal y organizacional. El libro aporta herramientas para aprender a conducir la vida de manera efectiva mediante el proceso de desarrollo personal e interpersonal, donde los tres primeros hábitos se orientan hacia el éxito propio, y los siguientes tres sobre los logros para con el entorno, y el finalmente el último de los siete hábitos sobre capacidad y necesidad de mejora.
En esta columna te resumo los 7 hábitos con algunas apreciaciones personales como coach en cada uno de ellos que espero que te aporten.
El primer hábito se refiere a la proactividad, la capacidad de tener iniciativa para emprender proyectos y efectuar las tareas, así como ser responsable de nuestros actos y decisiones, sean estas buenas o malas. Esto es básico, porque a diario, desde que nos levantamos estamos eligiendo en todo sentido, desde la comida, cómo invertir el tiempo, con la familia, los seres queridos, hasta en nuestro trabajo o cuando tomamos una carretera u otra. Una persona que sabe que la vida se basa en decisiones será consecuente con lo que la vida misma le presente más adelante producto de lo que ella misma se generó.
Un segundo hábito es empezar siempre con un Fin en Mente; éste se refleja al iniciar un propósito se debe conocer el fin que se pretende lograr, conocer con claridad la visión, metas, filosofía, a qué distancia están y cuánto falta para lograrse. Esto es básico ya que algunas personas cuando les pregunto en sesión de coaching, qué es lo que realmente desean, no lo tienen claro, quizás desean una circunstancia producto de algo, pero desconocen qué puede llevarles a eso que desean y si no tenemos claro el objetivo, el fin, cómo vamos a trazar el mapa de posibilidades para llegar a ese lugar.
El tercer hábito se denomina Poner Primero lo Primero. Es el resultado de ser proactivo y empezar con el fin en mente se orienta a las tareas, actitudes, se organizan por grado de importancia. Es aquí donde inicia la transición hacia adopción de principios, la conversión de la efectividad, apertura de auto descubrimiento y a asumir sentido común de manera organizada. Siempre le digo a la gente que primero se gatea, luego se dan pasos, se camina, se corre, se entrena y se hace la maratón, sin embargo, hay quienes no se han puesto los tenis y ya pretenden ganar la carrera, todo en la vida requiere de pasos, no podemos quemar etapas que son necesarias para cuando lleguemos al objetivo que deseamos, en realidad, eso lo que más vale, el camino hacia la meta.
El cuarto hábito es Pensar Ganar - Ganar, el cual se orienta hacia el beneficio mutuo, capacidad de cooperación mutua, compartir de conocimientos. De esta manera, todo lo que se hace es para las partes involucradas, con lo que se evita la pérdida de tiempo. Gerencia moderna y capacidad de reconocimiento del que piense diferente. Muchas personas creen que no necesitan la mano de nadie ni el conocimiento de nadie para lograr lo que desean. Todos somos uno. Entre más nos apoyemos y descubramos cómo han logrado los que han llegado a estar otros a donde nosotros deseamos, mejor preparados estaremos para ese trayecto.
El quinto hábito denominado Entender, luego ser entendido. Se inicia la comunicación interpersonal, un camino hacia la comunicación empática en donde se debe aprender escuchar antes de enseñar. Significa dejarse influir de manera correcta que es el punto de partida para influir en los demás.
Ése es un fiasco de muchos líderes, y cuando digo líderes no solo me refiero a personas en posiciones de gerencias o presidentes de empresas, sino que en sus propias casas, hogares o vidas no saben escuchar ni escucharse. En la columna de la semana pasada ofrecí 11 pasos para aprender a escuchar a los demás que puedes rescatar y revisar en este paso.
El sexto hábito se refiere a Sinérgica, la cooperación creativa, comunicación respetuosa en donde las partes asumen la base del ganar - ganar, una en la cual el resultado es mayor que la suma de ambos; además mejora en conocimiento y se aprovechan las diferencias. Muchos creen que la vida se trata de imponerse o tener la razón, y la idea es aprender, entendernos y sacar provecho al máximo de las oportunidades a través de una comunicación efectiva.
Por último el séptimo hábito se define como afilar la sierra. la capacidad de renovar con equilibrio, de revisar los seis hábitos anteriores y corregir, innovar y mejorar continuamente. La renovación es el principio y proceso que nos permite ascender en crecimiento y cambio. Ya lo dije en una columna, muchas personas no avanzan porque piensan que si ya tienen cierta posición o títulos universitarios ya la hicieron y no importa la edad, la condición social, económica o cultural, siempre hay qué aprender, es básico para llegar a donde deseamos.
Revisa cada punto antes de tomar decisiones o emprender un proyecto, tanto de vida como personal la próxima vez. Si ya lo emprendiste, revisa qué te ha faltado o en que parte del proceso te encuentras.
Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!
¡Gracias por existir, compartir y estar!