Muchas situaciones no tan gratas de la vida diaria, de las relaciones de pareja, en nuestro trabajo, con los amigos y en general se podrían evitar si tan solo supiéramos escuchar mejor. Escuchar tanto a los demás, como a nuestra voz interior. ¿A poco no? Y es que la mayoría de las veces, por estar sumergidos en el caos o rapidez de nuestras rutinas , pensando en todo y en nada a la vez, no prestamos realmente atención a lo que sucede, a lo que nos están diciendo los demás y menos lo hacemos con nosotros mismos, nos dejamos llevar en automático.
Está comprobado que la mayoría de las personas sólo escucha cerca de un 25% de lo que dicen los demás. Una práctica frecuente es escuchar solo las palabras y no los sentimientos expresados o la intensión de lo que la otra persona trata de decir. Es más, antes de que la persona termine, por lo general, tenemos una respuesta, encimándonos y evitando permitir que externen el sentimiento o la necesidad completa.
Luis Fallas, del Centro de Superación personal, comenta que entre otras razones, esto se da porque las personas ya han tomado decisiones antes de escuchar argumentos; tienen prejuicios sobre lo que se les dirá; tienen expectativas sobre lo que quieren que se les diga; les falta concentración, pierden el interés, hay ruido en el ambiente o en su mente, tienen demasiadas presiones de tiempo.
Nos falta el hábito de entender que conversar es escuchar la necesidad de la otra persona, de prestarle la atención y ponernos en sus zapatos para entender, desde su perspectiva, qué es lo que necesita o que es lo mejor para esa persona que nos está comunicando un deseo, un anhelo, una necesidad, una situación a resolver. Es necesario dejar de ser egoístas y pensar solo en nosotros. Bien dicen que la mejor manera de salir adelante es dándonos la mano los unos a los otros y además que si quieres olvidarte de tus problemas, dedícate a ser útil a los demás.
A continuación te comparto algunos consejos y técnicas que el especialista en desarrollo personal citado anteriormente brinda. Me atrevo a sugerirte que apliques estos pasos no solo para escuchar activamente a los demás, sino para escucharte a ti mismo cuando tengas que resolver o meditar sobre alguna decisión o paso importante en tu vida.
Estos son algunos pasos para escuchar activamente según Luis Fallas:
1. Ponga mucha atención: Deje de lado lo que está haciendo. No hable, mantenga las manos lejos del teléfono, suelte el bolígrafo. Siga escuchando aunque le parezca equivocado o irrelevante.
2. Relájese y deje a la otra persona que se relaje: Si logra que su interlocutor se relaje, tiene la mitad del camino recorrido. Lo ayudará a decir mejor lo que venía a decir. No haga uso de su autoridad.
3. Utilice lenguaje corporal: Exprésele interés en lo que dice, asintiendo, sonriendo o con gestos similares.
4. No interrumpa: Escuche detenidamente sin interrumpir. De esta manera, la persona sentirá que tiene alguien en quien puede confiar, y le revelará sus sentimientos reales.
5. Muestre simpatía: Deje bien claro que está interesado. Pídale a su interlocutor que le ayude a entender el problema.
6. Repita lo que le dijeron: Hágalo repetidamente hasta que su interlocutor le diga "sí, exactamente". Parafrasear aclara el significado y estimula el entendimiento. Use las mismas palabras que le dijeron --no agregue palabras suyas.
7. No le tema al silencio: El silencio permite reflexionar sobre lo que la otra persona ha dicho. Aunque parece incómodo, no le debe temerle.
8. Enfóquese en el problema, no en la conducta: Las emociones pueden distorsionar cualquier situación.
9. Responda: Diga al menos "entiendo". (Otras técnicas para escuchar activamente más abajo.)
10. Exprese sus sentimientos: Dígale lo que siente, no sin antes entender cómo se siente la otra persona. Sin embargo, no se involucre sentimentalmente en el asunto.
11. Ponga atención a la actitud: Cualquier gesto, sentimiento o temas que evada el interlocutor pueden dar claves acerca de lo que realmente quiere decir.
Y éstas, son algunas técnicas, pasos claves, para saber escuchar:
- Estimule: Demuestre interés para lograr que la persona siga hablando. Conteste "entiendo...", "ya veo...", "ajá...", o "eso es interesante...".
- Reformule: Demuestre que está escuchando y entendiendo. Repita lo que la persona dijo, haciendo énfasis en los hechos. Digas cosas como "si entiendo correctamente, tu idea es..." o "en otras palabras...".
- Reflexione: Demuestre que entiende lo que el interlocutor siente. Conteste "sientes que..." o "eso te tiene molesto".
- Resuma: Haga un breve resumen de los hechos importantes, enfatizando el progreso hasta el momento, y estableciendo las bases para seguir hablando. Diga cosas como "en resumen...".
Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!
¡Gracias por existir, compartir y estar!