Afirma y avanza en positivo

Hace ya algunos años que a pesar de estar "disfrutando" en mi país - Costa Rica-- de lo que socialmente han establecido como "éxito profesional", decidí abrazar una oportunidad que se me presentó para iniciar una nueva vida profesional - y por ende personal-- en México. Llegué a esta hermosa tierra con las maletas cargadas de ilusión, sueños y deseos, pero, las cosas al principio - en realidad, los 3 primeros años-- no resultaron ser lo que yo esperaba o más bien, no elegí ver lo bueno de cada situación que sucedía y el aprendizaje que implicaba
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pensamiento positivo

Hace ya algunos años que a pesar de estar "disfrutando" en mi país - Costa Rica - de lo que socialmente han establecido como "éxito profesional", (pues tenía mi propia editorial con una revista acogida por cantidad de lectores que circulaba ahí y en Centroamérica; recién me habían otorgado un premio nacional de radio; participaba en algunos segmentos de televisión-- tras haber estado varios años en el noticiero de la mejor cadena por allá -- y tener mi propia empresa de asesorías) decidí abrazar una oportunidad que se me presentó para iniciar una nueva vida profesional - y por ende personal - en México.

Llegué a esta hermosa tierra con las maletas cargadas de ilusión, sueños y deseos, pero, las cosas al principio - en realidad, los tres primeros años - no resultaron ser lo que yo esperaba o más bien, no elegí ver lo bueno de cada situación que sucedía y el aprendizaje que implicaba.

Nunca pensé que llegaría a permanecer un mes por acá. Cuando cumplí el mes, jamás me imaginé llegar a los tres o seis meses y cuando de pronto había pasado un año, decidí dejar de contar. Cada día fue una tortura, al menos desde mi experiencia o perspectiva de vida en ese momento, un gran peso encima que merecía irse marcando en el calendario. Cada día que pasaba era uno más "superado" o mejor dicho, "sobrevivido".

Me envolví en lo negativo, estaba frustrado, resentido, dolido, triste, deprimido y, para variar, al vibrar así solo situaciones negativas atraía. Literalmente me llovía sobre mojado. No salía de una situación para entrar en otra. Tanto mis pensamientos como mis palabras decretaban solo situaciones que empeoraban las cosas, pero yo no era consciente. La queja era mi deporte.

Me mantuve solamente porque algo en mi interior me decía que permaneciera, que no abandonara la misión. Aclaro que NO por el ego o la preocupación de qué pensarían en mi país si me devolvía -al fin y al cabo yo me vine por mi propia decisión y no era un representante olímpico o parecido que tenía ese gran peso y responsabilidad de representar a una nación.

Fue sin duda un llamado de la intuición, además de las palabras de fe y esperanza que me brindaba un guía espiritual. Así tomé el impulso a seguir, así me sostuve y empecé a sacar fuerzas que no sabía que existían en mí. (Posteriormente me di cuenta que todo en la vida pasa para algo y tiene un propósito, así como que existe un plan divino proveniente de Dios, la fuerza, la energía, la vida, la divinidad, como quieras llamarte, algo superior a nosotros). Había una fuerte razón oculta para permanecer en México: iniciar un camino hacia un encuentro conmigo mismo.

Por azares del destino, un día llegó a mi vida el libro de "El Secreto" y luego la película sobre la tan conocida ley de atracción. Eso desató que me empezara a interesar y estudiar temas como la metafísica, inteligencia y desarrollo emocional, autoayuda, terapias de sanación de vida, kabbalah, budismo, meditación, yoga, crecimiento personal y espiritual y empecé un viaje sin fin a talleres, seminarios, charlas, conferencias hasta terminar por estudiar coaching para certificarme como coach de vida y en otras áreas. Claro está que es un camino de aprendizaje que no acabará hasta el último de mis días. Pero definitivamente me di cuenta que necesitaba transformar mi vida en muchos aspectos y sobretodo encontrar mi propósito, mi misión.

De no leer pero ni la sección de espectáculos de un periódico -que supuestamente me debía interesar por trabajo-, pasé a devorarme libros de libros. Y hasta hoy lo hago con emoción.

Entendí entonces que la felicidad no es una etapa que llega a nuestra vida, es una etapa que se decide vivir y que todo cambiaría de acuerdo a la actitud que asumimos ante lo que la vida nos pone en frente. Entendí que todo es un proceso y todo tiene su tiempo.

Así que no pasa nada si lo que te comparto ni tan siquiera te hace cosquillas, quizás no es tu momento. Pero lo comparto porque así como me cambió la vida hasta el punto de motivar a otros, quizás también te sea útil.

Algo que me quedó muy claro desde el principio es que muchos obstáculos son creencias que residen en nuestra mente y que nosotros los percibimos como externos. Que escuchamos voces internas que nosotros mismos creamos llenas de temor que nos desvían de nuestras metas, que nos hacen compararnos, sentirnos inferiores y alejarnos del amor propio y de esa seguridad de que podemos realizar todo lo que deseamos.

Aprendí que no existen los problemas, sino más bien las situaciones de aprendizaje y depende de nosotros ver lo bueno que hay detrás de todo lo que sucede y sobre todo entender para qué está pasando, -no porqué- pues eso es lo que nos impulsa o nos hunde en esta vida. Es nuestra elección que las situaciones o lo que los demás hacen o dicen nos afecten. Nosotros somos quienes abrimos las puertas para darles permiso a que nos destrocen o simplemente los vemos pasar y no nos lo tomamos personal.

Además, siempre tomo en cuenta algo y es que como me dijo un día mi querida amiga Itzel - un ángel en esta tierra que la vida me ha concedido en el camino -, hay muchas personas que cargan con tantas cosas que su vida parece un camión de basura repleto y su frustración es tanta que desean descargarla en uno. Esa situación me estaba sucediendo en ambos sentidos, estaba permitiendo que otros descargaran en mí sus desechos y yo descargando mi basura en mis compañeros de trabajo y colaboradores de mi empresa, familia, amigos y demás alrededor. Definitivamente así no podía seguir...

Decidí, como primer paso, desechar la negatividad que me estaba asfixiando este regalo tan hermoso que es la vida.

Fue cuando aprendí que la mente es como un disco duro y que aunque uno lleva años repitiéndole lo mismo en base a lo socialmente aprendido, si entrenamos fuerte como se hace en el gimnasio para lograr quemar grasa o sacar músculos, así mismo, con dedicación lograría desterrar los pensamientos negativos y cambiar de actitud ante la vida. NO es algo fácil, pero tampoco imposible. Solo requiere de disciplina, y la vida te cambia, te lo aseguro. Las personas te empiezan a ver diferente, te sientes otra persona y atraes a tu vida mejores situaciones. Llega el momento en lo que algo que te hubiera sacado de tus casillas hasta risa te provoca.

Y es que está comprobado que los pensamientos negativos generan emociones negativas, y entonces el mal humor, la ira, el odio, el rencor, resentimiento, enojo hacen su aparición estelar y, teniendo una sola vida, no es justo pasárnosla en esas, ¿no crees?

Ser negativo nos lleva al pesimismo, impaciente, tener poca constancia, poca confianza... Vaya que puedo dar fe de ello.

Por el contrario, si le pensamiento es positivo generamos emociones positivas tales como alegría, paz, entusiasmo, ganas de emprender, bienestar, optimismo - lo bueno es que también puedo dar fe de ello y esto es lo que trato de abrazar a diario.

Está comprobado que nuestra mente no es algo sobre lo que no tengamos el control, que podemos elegir conscientemente qué pensamientos tener. Esto si tomamos en cuenta además que nuestros pensamientos nos llevan a acciones, tomar decisiones y hacer cosas a partir de las emociones que generan.

¿Cómo he hecho para cambiar aquella negatividad y avanzar en positivo?. Resulta que después de haberme leído cantidad de títulos de Louis L. Hay -los cuales te recomiendo- entendí que cualquier pensamiento negativo que venga a mi mente debo cambiarlo por uno positivo, afirmando además con mis palabras y teniendo cuidado de lo que digo, reforzándolo además con una pequeña película al visualizar en mi mente de lo que deseo en todas las áreas de mi vida.

Empecé hace años a afirmar o decretar, como todavía lo hago, que tengo salud, que soy próspero, que tengo éxito, que merezco lo mejor y cantidad de cosas que he deseado. Esto de afirmar lo he encontrado mucho en libros de autores como Joel Osteen, Joyce Meyer; Anthony Robbins, gran maestro y precursor del coaching; de Conny Méndez, una de las grandes maestras de la metafísica; Weyne Dyer; Nick Warren, por citarte algunos, así que no es algo inventado y está comprobado.

Es una buena práctica que al ejecutarla va alejando los pensamientos negativos y además te da empoderamiento, es decir, crees y sientes que eso que deseas es posible y se manifiesta en tu vida.

Por ejemplo, si te la pasas diciendo: "tengo miedo de quedarme sin trabajo, con qué voy a pagar las cuentas, qué pasará con mi familia..", debes reemplazar ese pensamiento por algo así como: "tengo la fe de que un nuevo trabajo cuyo salario superará mis gastos llegará a mi vida y mi familia disfrutará de abundancia económica". Siempre además en presente, como si ya fuera real.

Y no solo debes repetirlo como un loro, debe salir de tu corazón, con intención, fe, convicción, sino de nada vale. Otra cosa: esto es una práctica diaria, así como si hoy te bañaste, mañana tendrás que volverlo a hacer, es una cuestión de hábito. Lo bueno es que cuando lo has hecho y le dedicas tiempo, quizás teniendo las afirmaciones en papelitos en tu oficina, en tu computador, en el baño, ya se torna una costumbre y unido a otras técnicas, logras cambiar tus pensamientos y cada vez aparecerán menos en tu vida.

Está comprobado que las afirmaciones positivas a diario, modifican la energía y los patrones de conducta de quienes las practican, esto porque el cerebro humano, tiene la capacidad de enfocar en un único sentido cada vez. Si se enfoca en positivo no puede enfocarse en negativo simultáneamente.

Te repito, la motivación no es permanente, así que no basta con afirmar, ver una película, leer algo inspirador, hay que estar en eso todos los días. Recuerda que quienes se esfuerzan por dar lo mejor, suelen terminar produciendo grandes resultados. Comienza ahora mismo, conviértete en un apasionado de la vida y créeme: las cosas van a empezar a suceder. ¡Doy testimonio de ello!

Recuerda: sonríe, agradece y abraza tu vida.

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