5 actitudes fundamentales para tener éxito en tus relaciones interpersonales

Para lograr nuestras metas, para vivir, necesitamos de los demás en diferentes tipos de relaciones. Todo en la vida es intercambio e interrelaciones.
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Nos guste o no, todos somos uno. Para lograr nuestras metas, para vivir, necesitamos de los demás en diferentes tipos de relaciones, algunas casuales, ocasionales, otras familiares, algunas estrechas y otras a distancia, algunas que nos agradan y otras que no nos queda de otra... en fin, todo en la vida es intercambio, es interrelaciones.

Quien sabe relacionarse bien con los demás es a quien le va bien en la vida.

El maestro Bernardo Stamateas, quien es especialista en psicología, sexólogo Clínico, escritor y conferencista Internacional, en su libro "Quiero un cambio", explica que "puedes haber sido un excelente alumno en la universidad, tener másters, doctorados o ser un genio, pero si no eres un diez en tu forma de relacionarte con los otros, difícilmente tu red de conexiones será extensa y por ende tampoco lo serán tus resultados. Necesitamos aprender a llevarnos bien con la gente, saber conectar con el otro para prosperar. Hay gente que es conflictiva y gente que sabe cómo establecer relaciones exitosas".

Y bueno, claro está que esto no solo es para obtener y lograr las metas que deseamos en el ámbito laboral, sino también en nuestras relaciones familiares, con amigos, compañeros de estudio, en fin, en lo que llamamos relaciones interpersonales, ahí donde cada cabeza es un mundo.

Stamateas realiza una distinción de cuatro actitudes fundamentales que harán que tus relaciones interpersonales mejoren día a día y sean duraderas. Y son, tal cual y como el autor las menciona, las siguientes:

1. Enuncia elogios inteligentes.

¿Cuántas veces te han criticado? ¿Cómo te has sentido frente a esa situación? Ahora bien, ¿cuántas veces te han elogiado? ¿Qué has sentido ante un elogio o una palabra de ánimo?

Si elogiamos al otro, este querrá estar con nosotros, habremos empatizado con él, siempre y cuando el elogio sea inteligente y verdadero. ¿Qué quiero decir con esto? Que de nada sirve adular al otro por el mero hecho de hacerlo, para caerle bien. Un elogio inteligente es descubrir una actitud, algo bueno que el otro tiene y que nosotros somos capaces de ver y de expresar.

Cuando ponemos en palabras la virtud del otro, estamos haciendo conexiones de oro. Las personas están acostumbradas a que siempre se les señalen los defectos, pero eso, al hacerle notar a alguien sus virtudes, todo lo que es capaz de hacer, generamos empatía. Discutir, confrontar, criticar, todo ello nos aleja. Por el contrario, el elogio inteligente une y acerca.

2. Necesitamos ser optimistas inteligentes.

¿Qué quiere decir esto? La gente optimista no niega su realidad ni vive en un mundo de fantasía, la gente optimista ve su realidad, pero sabe que su futuro o su lugar de llegada no están allí, en el sitio donde se encuentran. El optimista sabe que dentro de sí hay un potencial que lo moverá de la situación en la que está hacia un lugar mucho mejor.

En estos tiempos, no hay cabida para más pesimismo, más dolor ni más tristeza. La gente necesita una palabra de aliento y de sabiduría. Las personas necesitan saber que dentro de ellas hay una fuerza que las impulsará a mejorar, si saben conectar correctamente en todas las áreas de su vida.

Si eres padre, te acordarás de cuando tu hijo te mostró su primer dibujo... Seguramente lo mirabas y no entendías qué había dibujado, pero ¿cuál fue tu actitud en ese momento? ¿Acaso dijiste: "¡No entiendo nada de nada!"? ¿O dijiste: "¡Qué hermoso lo que has dibujado!"? Las personas necesitan saber que siempre hay alguien que puede ayudarlos a sacar lo mejor de ellos, que hay alguien dispuesto a tenderles una mano.

3. Escuchemos con inteligencia.

Las personas, más que consejos, necesitan ser escuchadas, esperan que haya alguien capaz de sentarse a su lado y decirles: "Vamos, cuéntame qué te pasa". En muchas ocasiones, cuando nos reunimos con alguien para conversar y escuchar lo que le pasa, estamos esperando una mínima oportunidad para poder emitir una palabra, dar un consejo o contarle que lo que nos pasó a nosotros es mucho peor.

Sin embargo, lo más importante no es la palabra que podamos darles, sino estar atentos a lo que la persona quiere y necesita decir. Sé una persona abierta, confiable, capaz de escuchar al otro sin emitir juicios.

4. Seamos personas expresivas.

El tono de voz, los gestos, la postura corporal, tienen que ser de validación, de aprobación. La manera como nos expresamos con los otros y la forma de comunicarnos pueden infundir optimismo o desánimo, pasión o descontento.

Por último y como una quinta actitud me gustaría agregar algo también importante:

5. No digas todo lo que piensas.

Interrelacionarnos exitosamente con los demás es elegir muy bien cómo actuar y ante qué actuar, de acuerdo a lo que hacen o dicen los demás y también saber calmar la lengua, es decir, analizar muy bien lo que vamos a decir, antes de que la lengua diga todo lo que pensamos. Stamateas en o un capítulo del mismo libro comenta que "la inteligencia y el dominio de uno mismo consisten en ver con claridad y elegir qué nos conviene y qué no, cómo negociar, qué ceder y qué no. Cuando aprendamos a relacionarnos eficazmente con los otros seremos más felices tendremos menos problemas familiares, emocionales y laborales y cada relación que tengamos irá de progreso en progreso. Muchas veces el problema no está en el mundo exterior ni en los otros, sino en nuestro interior".

Así de simple.

¡Tú decides!

Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!

¡Gracias por existir, compartir y estar!

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