A palabras necias, oídos sordos

Siempre estamos expuestos a que los comentarios de los demás --si nosotros les abrimos las puertas-- nos afecten y nos cambien la energía.
This post was published on the now-closed HuffPost Contributor platform. Contributors control their own work and posted freely to our site. If you need to flag this entry as abusive, send us an email.

El otro día escuchaba un programa de radio de mi querida coach y escritora Alejandra Llamas en el que hablaban de algo totalmente cierto (acá te dejo el link porque vale la pena escucharlo).

En el espacio comentaban que en esta época de Navidad suelen haber muchos compromisos, fiestas, posadas y momentos para compartir con personas, conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, gente con quienes nos relacionamos socialmente, en el gimnasio, en fin, amigos y familiares. De pronto en estas reuniones llegan personas que no vemos tan seguido y que hasta nos hemos propuesto no ver porque su energía no es totalmente positiva; sin embargo, es un momento para dejar de lado eso, el resentimiento, ese dolor o ese alejamiento y disponernos a compartir con esas personas, pues tampoco vamos a meternos en una cueva y negarnos a compartir con los demás solo porque sabemos que podemos encontrarnos o que están confirmados dos o tres que no son santos de nuestra devoción.

No obstante, el hecho de convivir con las personas que tienen diferentes criterios a nosotros siempre implica que si no manejamos cierto grado de tolerancia paciencia y sabiduría, para darle o no poder a las palabras o conductas de los demás en nuestras vidas, puede ser que la lleguemos a pasar realmente mal.

Me hizo mucha gracia, porque además es típico de estas reuniones, que una de las participantes de dicho programa mencionaba que en la cena de Acción de Gracias la mamá empezó a criticarla, igual alguien le dijo a un amigo que si se estaba dejando crecer la panza. Y es que en estos eventos mejor prepárese porque muchos van todas las ansias de protagonismo y sacarle los ojos a los demás, no falta quien critique a alguien, quien presuma su nuevo coche o logro profesional o quien comente sobre los millones que se ha gastado en los regalos que va a dar en Nochebuena y obviamente si no tenemos una conciencia le vamos a dar importancia a esos comentarios, y ahí es donde la situación se nos va complicar porque una celebración puede pasar a formar parte de un pequeño infierno gracias a las palabras necias de un amigo, un conocido, un familiar, un pariente o alguien más.

Definitivamente siempre estamos expuestos a que los comentarios de los demás --si nosotros les abrimos las puertas-- nos afecten y nos cambien la energía del día porque siempre hay alguien que en el transcurso del día o de la semana, por determinada situación, una llamada, un correo, un mensaje, nos puede cambiar nuestro humor y depende de nosotros si le damos importancia o si nos decimos a nosotros mismos: "OK, esto es así en realidad, mira de quién viene, ponte los zapatos de esa persona y de por qué te lo está diciendo, tómatelo con calma, respira hondo, respira hasta 10 y vamos a seguir ,no le vamos a dar importancia, yo sé quién soy, yo sé hacia dónde voy, yo sé que lo que quiero y yo sé cuáles son mis objetivos". Ahora, que si lo que la persona dice nos aporta, suma, pues hacemos nuestro el comentario y empezamos a trabajar en ello pero el punto es no amargarnos, no desesperarnos ni frustrarnos y sobre todo, que nadie nos robe la energía.

Hace unos días leía una reflexión de Joel Osteen, el conocido autor best seller y recuerdo que mencionaba que hay que saber tener una sabia sordera, que si uno quiere tener la vida que uno desea y vivir de acuerdo a lo que uno quiere y sabe que Dios, el universo, la vida tiene para uno, muchas veces no podemos hacer caso a la condenación y a las voces equivocadas de otras personas que siempre están acusándonos y inyectando temor en nosotros a través de juicios.

Comentarios como "es que porque no has hecho lo que debes... nunca te vistes bien... es que tendrías que haber logrado tal cosa este año... es que se supone que debiste haber estado acá a tal hora... es que te esforzaste pero no lo lograste, de nada vale... es que cómo es posible que mi hijo logró tal situación y tú no... que diría tu mamá si estuviera viva y se diera cuenta de que le has fallado... es que lo arruinaste... por qué no haces ejercicio... lo arruinaste... es que no aprendiste...".

El punto es que a esos comentarios muchas veces les abrimos las puertas y no solo eso, sino que nos los llevamos con nosotros y pasamos dale que dale dándole vuelta a todo eso que nos dijeron. Nos concentramos en repasar una y otra vez: "por qué hiciste esto y aquello... por qué no lo lograste... tú deberías de tener tal cosa... tú nada puedes hacer bien", y entonces nos empezamos a auto sabotear porque le abrimos las puertas a esa persona, a esa situación, a ese comentario, dándole poder.

Es por ello que aprovecho esta columna para dejarte la inquietud de que cuando tengas alguna reunión y compartas con quien compartas, estés muy alerta para que no permitas que las voces de acusación entren a ti y menos que hagan eco permanente en tu cabeza horas, días o semanas después, ya que simplemente va hacer crecer una actividad negativa en ti, sobre la cual vas a caminar en círculos y no vas a resolver nada de tu vida.

Si te tienes que esforzar, si tienes que salir adelante, si te equivocaste, ten en cuenta que lo bueno es que de una lección puedes aprender y salir adelante, la idea es que no te estanques. Evita a toda costa darle lugar a los comentarios negativos y sobre todo no les des poder de arruinarte una cena, una posada, una fiesta, una celebración, donde puede haber más personas con las que puedes compartir y la puedes pasar muy bien. Simplemente cierra tus oídos y como bien dicen, "a palabras necias oídos sordos". Deja de condenarte, deja de prestarle atención a quienes se centran en la culpa y ten en cuenta que si esa persona lo que refleja es alguna situación de tu pasado, recuerda que el pasado no lo puedes cambiar, pero que si tienes una oportunidad para crear un mejor día un mejor, un mes, una mejor semana y ahora que se aproxima un mejor año tienes todo siempre para salir adelante y para ser una mejor versión de quien has sido hasta ahora.

Cada vez que tengas un pensamiento negativo dite, "reconozco que este pensamiento no es mío". No dejes que una persona te amargue tu día con comentarios negativos.

Ten en cuenta además que si esa persona te critica es porque quizás, casi un 98 por ciento, lo que señala es lo que ella misma tiene que trabajar. Y otra cosa, pregúntate que estás haciendo para generarte personas así en tu vida, alrededor, para que están presentes, cuál es la lección que debes aprender, de que son ellos maestros para ti. De pronto es hasta un buen ejercicio para poner en práctica la tolerancia y la paciencia. Respira y toma aire.

Por último, recuerda que para tener relaciones interpersonales exitosas existen tres reglas: no te tomes nada personal, no asumas y no te seas de esas personas que siempre se echan la culpa de todo (por ejemplo: es que si yo no hubiera llegado tarde no hubiera pasado tal cosa.)

Y recuerda: ¡a sonreír, agradecer y abrazar tu vida!

¡Gracias por existir, compartir y estar!

Popular in the Community

Close

What's Hot