Yo apoyo 'Go Red' por mis abuelas

Yo apoyo 'Go Red' por mis abuelas
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A cinco de años de haberme unido como vocero del movimiento "Go Red" de la Asociación Americana del Corazón, mucha gente me pregunta por qué apoyar esta causa y no otras. La respuesta muy sencilla: "...el motivo, lo llevo en mi corazón".

Crecí de la mano de dos grandes mujeres, sencillas de personalidad pero fuertes y de temple en su actuar. Fueron las cabeceras de ambas familias, paterna y materna, pero para mí llegaron a ser mucho más que eso; fueron maestras, amigas y hasta confidentes. Mi nona Alcira, la madre de mi madre, sin duda alguna fue mi primera maestra; con ella aprendí desde el abecedario hasta las reglas de tres.

Me enseñó que la clave del éxito en la vida es estudiar. "...aprende un arte o una profesión..", fueron siempre sus palabras, y eso fue lo que hice --pero hice las dos. Ella fue una mujer luchadora, brillante, trabajadora y comerciante por excelencia, siempre con un buen consejo para mantener a mi hermano y a mí motivados a seguir estudiando y lograr una carrera profesional.

La Nona padeció de una enfermedad de corazón conocida como Síndrome de Wolff-Parkinson-White, lo cual es un desorden del ritmo cardíaco que con el paso de los años generó varios episodios de angina de pecho que afortunadamente no se desencadenaron en infartos, pero lo que sí agravó con el tiempo fue su problema de hipertensión.

Ella siempre me pedía consejos y recetas saludables pero la verdad es que no le gustaba cocinar y siempre se rendía a los pies del pan, una arepa venezolana, pizza o los dulces; en los últimos años la logré convencer de comer cereal de salvado de trigo o integral, y para ella era lo máximo. Créanlo o no, este pequeño cambio ayudó mucho a su salud en general al final de su vida y recuerdo que alguna vez me dijo: ".. tú tienes ese 'algo' para decir las cosas que deberías estar en la televisión...".

Por el lado paterno, tuve a mi abuela Brizeida, una mujer sin-igual, muy seria con todos pero las más cariñosa conmigo y con quien me crié desde muy pequeño mientras mi madre terminaba su post-grado en medicina interna. Mi familia dice que fui su nieto favorito y quizás con razón porque con ella aprendí el arte de trabajar con las manos, mis primeras recetas y el hecho de cocinar como muestra de amor a los seres queridos. Juntos disfrutamos de muchas tardes de tertulia, juegos y paseos.

Mi abuela padeció de hipertensión, diabetes y tuvo un stroke o paro cerebral cuatro años antes de su partida. Su lucha contra la sal y el azúcar fue constante porque sabía de los factores de riesgo así que siempre me preguntaba sobre cómo cocinar saludablemente; le encantaba mi comida y decía: "...esto es algo que todos tienen que hacer en su casa porque es muy sano...".

Ambos comentarios los guardé en mi corazón, hasta que la vida y mi trabajo me dieron la oportunidad de mezclar mis dos pasiones: el arte de cocinar y la conducción de televisión, todo junto en mi propio programa de cocina. Es aquí donde doy rienda suelta a mi imaginación, preparando deliciosas recetas originales y muchas tradicionales, pero que con un pequeño giro las hago más saludables sin perder su sazón y mucho menos su sabor.

Sólo el 44 por ciento de las mujeres hispanas saben que las enfermedades del corazón son las de mayor riesgo para la salud. Sólo una de cada tres mujeres hispanas sabe que las enfermedades del corazón son la principal causa de su muerte.

Mi abuela y mi Nona aprendieron que cosas tan sencillas como reducir el consumo de sal, azúcar y grasas en las comidas o reducir el consumo de alimentos procesados y enlatados así como buscar sustitutos a las harinas blancas con productos integrales ayudaron a mejorar, enormemente, su calidad de vida en sus últimos años a pesar de sus condiciones médicas.

Una vez conversando con mi abuela me preguntó, "¿y cómo hace la gente de escasos recursos para cocinar o comer sano? Porque hacerlo es costoso...". Y le respondí:

"Abuela, el secreto no es dinero sino educación. Si se cocina un pollo guisado, la mayoría de las amas de casa lo hacen con la piel, esto es pura grasa. Cocinar saludable es hacerlo sin ella. Otra opción es, en vez freír debemos asar a la parrilla o a la plancha, y ahí estarían ahorrando en comprar aceite vegetal, mantequilla o margarina. Hay que olvidarse de los empanizados ya sea con harina de trigo o pan rallado. Si una madre cocina para la semana, al refrigerar sopas y salsas la grasa se solidifica y es más fácil de remover. Si se quiere disminuir la sal, podemos hacerlo agregando especies o sazonando con limón las comidas. Estas son algunas de las muchas opciones que hay para cocinar sano y como ves no hemos gastado, más bien ahorrado".

Es por mis abuelas y por las miles de mujeres hispanas que ven mi programa, quienes me motivan no solo a cocinar sino a educarlas para que lo hagan saludablemente, enseñando los pros y los contras de los ingredientes, cómo substituir y preparar las recetas por una opción más sana y enseñar sobre los factores de riesgo para la salud del corazón y otras enfermedades de una forma entretenida y divertida; porque al fin y al cabo son ellas, nuestras mujeres, quienes nos dan ese primer latido de vida, nos impulsan a salir adelante y a su vez son el corazón de nuestras familias.

Cocina sano, por ti, por tu familia, por la vida.

Chef Hamlet García es portavoz nacional voluntario para el movimiento Go Red Por Tu Corazón de la American Heart Association.

Chef Hamlet García | Instagram y Twitter: @chefhamletg

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