La crisis de los sistemas económicos mundiales

Así como el 9 de noviembre de 1989, con la caída del muro de Berlín, se oficializo la desaparición del sistema comunista mundial, (China y Cuba recién ahora lo están comprendiendo), el mes de septiembre de 2008 marco el principio de la caída del sistema capitalista mundial, como lo conocemos, pero muchos países del mundo (la Unión Europea y Estados Unidos entre otros), luchan para no reconocerlo.
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Así como el 9 de noviembre de 1989, con la caída del muro de Berlín, se oficializo la desaparición del sistema comunista mundial, (China y Cuba recién ahora lo están comprendiendo), el mes de septiembre de 2008 marco el principio de la caída del sistema capitalista mundial, como lo conocemos, pero muchos países del mundo (la Unión Europea y Estados Unidos entre otros), luchan para no reconocerlo. El problema es que quien no reconozca esta realidad desaparecerá en el intento de oponerse a ella. La gran pregunta es: ¿Qué remplazara a los sistemas económicos/financieros, (capitalistas, socialistas y comunistas) conocidos hasta ahora?

La verdad que no hay una respuesta a ello, hasta ahora se han probado varios caminos que han llevado al fracaso rotundo: El comunismo chino que va camino a la implosión, la dedocracia rusa con sus dueños del poder, la tecnocracia europea donde los intereses de los bancos están sobre el hambre de la gente, el socialismo del siglo XXI (con o sin Chávez) que produjo más pobres y dependientes del gobierno, y el capitalismo socialdemócrata que fracasó en Europa, y lleva el mismo destino en Estados Unidos, con un gigantesco aparato de gobierno, que malgasta el dinero sin crear puestos de trabajo, ni bienestar social.

Siete mil millones

Siete mil millones es el nuevo número de seres humanos que habitamos en el planeta Tierra, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), la misma que afirma que la población mundial en el 2035 subirá a ocho mil millones y en el 2050 superara la marca de nueve mil millones de habitantes. El problema no es el número de individuos sino en la edad de los mismos, la ONU determina que mientras aumenta el número de ancianos los jóvenes se mantienen o decrecen. Según estos informes las parejas en los países desarrollados generan menos hijos, uno de promedio por matrimonio, y gracias a los descubrimientos médicos las personas han aumentado su tiempo de vida, por esa razón en todos los países industrializados se considera incrementar la edad de retiro o jubilación, dado la longevidad de la población. En contraposición las parejas en los países pobres generan más hijos, (cinco de promedio), los mismos no llegan a la madurez reproductiva, por enfermedades, accidentes y asesinatos, sumado a que el tiempo de vida de los mayores no es ha crecido, por no acceder a los avances médicos de los países ricos. Por esta razón la inmigración no es solo un tema laboral sino de sobrevida, los pobres emigran a países ricos donde educar a sus hijos y al mismo tiempo lograr llegar a la vejez que sus países les niegan.

75% muy pobre
La ecuación es simple, las bajas tasas de nacimiento de niños ricos sumados al alto índice de mortandad de jóvenes pobres, ha provocado el envejecimiento de la población desde fines del siglo XX, por esta razón los gobernantes del siglo XXI tienen el desafío es cubrir las necesidades de las personas ancianas y, al mismo tiempo, las urgentes demandas laborales de los jóvenes, un efecto domino que estalló en el 2008 en los Estados Unidos y continua derribando gobiernos en África, Asia y ahora en Europa. El envejecimiento de la población es más notorio en las naciones industrializadas, entre 2010 y 2050, la mitad del incremento de la población mundial se deberá a un aumento en la cantidad de personas de más de 65 años, mientras que la de menores de 15 años se reducirá sensiblemente, se estima que la población mayor de 65 años se duplicará, pasando de 290 millones actuales, a más de 600 millones en 2050, incluso se espera que la población laboralmente activa de las regiones industrializadas permanezca prácticamente sin cambios, a pesar del aumento de inmigrantes. El problema es que la población mundial esta desigualmente repartida sobre la superficie de la Tierra. En siete países, (China, India, Brasil, Indonesia, Nigeria, Bangladesh y Pakistán, que totalizan 3.524 millones de habitantes), está concentrado el 50,34% de la población mundial, y si lo analizamos por continente, de cada 100 personas que habitan en el mundo, 61 viven en Asia, 14 en África, 11 en Europa, 8 en América Latina, 5 en América del Norte y una en Oceanía. Las disparidades también alcanzan a la expectativa de vida, que llega apenas a 36 años en Zimbabue, mientras en Japón (que ocupa el primer lugar de la lista) llega a 82. Las cifras de personas que carecen de lo básico para sobrevivir con un mínimo que garantice un nivel elemental de salud son altas, y representan el 75% de la población mundial, por ejemplo, más de 1.200 millones de seres humanos no tienen acceso al agua potable; 2.500 millones carecen de vivienda digna, existen 1.500 millones de personas mal nutridas, de los cuales 550 millones son niños menores de cinco años, (la mayoría de ellos morirá antes de su adolescencia), y otras 2.000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro; incluso en grandes ciudades más de 1.500 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud; y 2.500 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales.

Alimentos mal distribuidos
Por su parte, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) reveló que los precios en los productos de la canasta básica para una familia promedio en América Latina se encarecieron en 55 por ciento en los últimos tres años, explicando que en tres rubros, se registró el alza de precios más alta en casi 20 años, los cereales con un alza del 51 por ciento, los aceites vegetales 60 por ciento y los productos lácteos 83 por ciento, la tendencia no ha retrocedido, por el contrario, entre enero del 2008 y octubre del 2012 el precio de venta del trigo se incrementó en 150 por ciento. La realidad es que el encarecimiento de los precios de los alimentos está causando una crisis alimentaria que afecta ya a más de cuarenta países, lo que para América y Europa es una preocupación, en países más desfavorecidos, como Asia y África, se torna en auténtica desesperación. Un tema importante es el arroz, el trigo y el maíz. El arroz, que es el sustento de 2,500 millones de personas en todo el mundo y se ha encarecido un 68 por ciento en los últimos años, el trigo un 77 por ciento y el precio del maíz se ha duplicado, las causas son varias, pero debemos analizar los biocombustibles y el aumento de la demanda en los países en vías de desarrollado. El aumento incontrolado del cultivo de plantas dedicadas a la obtención de biocombustibles es la causa principal, no sólo de la falta de maíz, también del encarecimiento del trigo y el arroz, muchos países africanos en vías de desarrollo confiaron en un aumento de los ingresos gracias al boom de los biocombustibles, en Senegal, por ejemplo, se creó un Ministerio para Biocombustibles y Energías Renovables, en Congo el Gobierno desarrolla un programa para estudiar las posibilidades de plantar grandes extensiones de tierra dedicadas a los biocombustibles, en Tanzania, la mitad de la superficie cultivable ya se dedica exclusivamente a este tipo de plantas, pero incluso si en África no se plantase una sola semilla dedicada a biocombustibles, las consecuencias de la subida de precios de los alimentos a nivel mundial (por la misma razón) serían terribles para las regiones azotadas por la pobreza, en zonas críticas como Darfur y Somalia.

La crisis es social
El futuro de los siete mil millones de habitantes se debate entre países con ancianos ricos y países con jóvenes pobres, la Unión Europea y los Estados Unidos están envejeciendo, y los jóvenes son la mayoría de las listas de desocupados. Las empresas tecnológicas invaden todos los mercados conocidos, desde las telecomunicaciones hasta la medicina o el deporte, ocupando poco personal altamente calificado, y los jóvenes con estudios medios quedan encerrados entre la desesperación y el descontento. El problema es que para 2020, Asia, América Latina y el Caribe estarán donde Europa y América del Norte están hoy. África se destaca como la única región donde la población es todavía relativamente joven... aunque tiene el índice de mortalidad infantil más grande del mundo y su población adulta no supera los 50 años de vida. El problema es que mientras los "genios" que ocupan cargos de liderazgo mundial, creen que esta crisis es económica y financiera, y que la resolverán con ajustes y dadivas, nos hundimos más y más en la real crisis social que aqueja a toda la humanidad, y mientras los gobiernos se preocupan mas por la salud del sistema económico (euro-dólar-yen), no comprenden que se deteriora rápidamente la salud física y mental de la población, al no tener trabajo ni expectativas de vida, creando división y resentimiento, provocando un caos social que esta llenando las calles del mundo con manifestantes que se cansaron de las explicaciones y esperan soluciones.

Hasta la próxima.

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