Para los que no juegan al ajedrez, el enroque es la única jugada en donde se pueden mover dos fichas al mismo tiempo, cruzando uno sobre otra. Y a mi entender fue eso lo que ocurrió entre el 5 y el 13 de marzo. Dios con su poder infinito hizo un enroque Divino, se llevó un soberbio, un dictador, un ególatra y nos trajo un humilde, un pacificador, un sanador.
En vista de esto no tengo dudas que los Cardenales fueron influidos por el Espíritu Santo, en la votación del 13 de marzo pasado, y gracias a la elección de este nuevo Papa existirá un antes y un después en la Iglesia Católica Apostólica Romana. Porque hasta ahora la mala educación o mejor dicho la confusa información, no hizo creer que la doctrina cristiana se asemeja a la doctrina socialista, porque ambas pregonan que la ayuda a los pobres es el objetivo final, pero ahora gracias a las actitudes del Papa Francisco, aprendimos a no confundir humildad con pobreza, ahora sabemos que la humildad es una virtud como la soberbia es un pecado, y la doctrina cristiana, a través del nuevo Papa, exige humildad a sus creyentes, porque es desde la humildad cuando se puede vivir mejor ayudando al prójimo.
Si analizamos a países como Cuba, Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador o Nicaragua, alineados tras la bandera del Socialismo del siglo XXI, vemos que las clases bajas no son las que más ayuda reciben, por el contrario son las más castigadas, creando en los pobres una dependencia económica de un estado que con dadivas los utiliza políticamente, donde la cúpula de poder cobra altos impuestos a los ricos para beneficio propio. Esto se debe porque el Socialismo del Siglo XXI promueve la lucha de clases, para beneficio de los burócratas del poder, equiparando hacia abajo, destruyendo la clase media, atacando la clase alta y denigrando la clase pobre. En los países mencionados vemos que los gobernantes se aferran al cargo, creando democracias dictatoriales, donde desaparecen la división entre los poderes, fusionando la economía, la ley y la política en una sola persona, a la que obedecen cual súbditos, los tres poderes nacionales. El problema es que la soberbia de los gobernantes de estos países contradice la humildad que requiere la verdadera ayuda a los pobres.
La doctrina cristiana es totalmente opuesta, la diferencia reside en la libertad de elección, cuando Jesús dice "despojate de tus bienes materiales y sígueme" no está obligando, está pidiendo, y la elección del camino es de cada uno. Jesús no incito a la lucha de clases, simplemente explico que "es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico vaya al cielo", y otra vez la elección del camino entre lo material y lo espiritual depende de cada uno. La Iglesia cristiana no propone la lucha de clases, por el contrario, propone la unión de clases, donde los que pueden ayudan y protegen a los más necesitados, acercándose humildemente a los pobres. Y es en esta lucha "por los pobres" donde el Socialistas del Siglo XXI se transforman en anticlerical, buscando desprestigiar a las iglesias en conjunto, y a sus integrantes en particular. Porque el objetivo es la idolatría a las personas, como es el caso en los países mencionados. Es en este punto donde los ciudadanos son manipulados como autómatas mediante la "captura" de los medios de comunicación, desinformando o mal informando. Defenestrando mediante mentiras informativas a quienes opinan diferentes, sean políticos, economistas o religiosos.
Pero algo cambio en la última semana, el mundo comprendió que la actitud remplaza a las palabras, todas las mentiras que se habían pergeñado contra el Papa Francisco cayeron una a una, y aquellos que las crearon son apartados de la sociedad por sus pares, el nuevo Papa está demostrando con hechos que tomo con firmeza las riendas de la Iglesia, comenzando los cambios necesarios dentro y fuera del Vaticano. El Papa Francisco no podrá cambiar el pasado, pero con sus actitudes encaminará el futuro de la Iglesia y de sus fieles.
A partir del enroque de Dios, los latinoamericanos en su mayoría católicos, tendrán un nuevo espejo donde mirarse, un nuevo líder, que remplazara la soberbia por la humildad, la verborragia por la actitud, la mentira por la verdad. Los ciudadanos latinoamericanos seguirán a su nuevo líder, comprendiendo que no pueden cambiar el pasado pero si exigir un nuevo futuro, en poco tiempo, los ciudadanos latinoamericanos comenzaran a exigirle a sus gobernantes, que cumplan con las aptitudes de su nuevo líder Francisco, y los gobernantes de los países que responden al Socialismo del Siglo XXI se encontraran en una verdadera encrucijada... o seguir por el camino del monopolio del poder, que los llevara a un infierno seguro, o encolumnarse tras la humildad, la libertad y la democracia, que los acercara al cielo.
De ellos depende...