El cerebro de las personas bilingües

Quienes hablan ruso son más rápidos para distinguir tonos de azul que quienes hablan inglés, quienes hablan japonés tienden a agrupar objetos por el material en lugar de la forma, quienes hablan coreano se preocupan por el peso de los objetos más que por el material.
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illustration for article about teaching in multiple languages at the University of Copenhagen.See more at http:/www.tobiasmik.dk
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Quienes hablan ruso son más rápidos para distinguir tonos de azul que quienes hablan inglés, quienes hablan japonés tienden a agrupar objetos por el material en lugar de la forma, quienes hablan coreano se preocupan por el peso de los objetos más que por el material.

Estas afirmaciones son parte de un estudio sobre el comportamiento del cerebro y el lenguaje de cada individuo que se efectuó a finales del año 1940. En esa época los científicos cognitivos debatían si las formas del lenguaje nativo influía en la forma de ser y sentir de cada individuo.

Según el análisis, la mente se adapta a las características del idioma hablado, por ejemplo el idioma inglés tiene un conjunto de herramientas gramatical para situar acciones en el tiempo y el idioma alemán no tiene esta característica.

Quienes hablan alemán tienden a especificar los principios, medios y extremos de los acontecimientos, y quienes hablan inglés a menudo dejan de lado los criterios de valoración y se centran en la acción. Esta diferencia lingüística influye en la forma de ver el mundo de un sajón y un germano, resultando que los hablantes alemanes son más propensos a centrarse en los resultados de las acciones y los angloparlantes prestar más atención a la acción misma.

La particularidad del siglo XXI es que más de la mitad de la población mundial comprende más de un idioma, esto no quiere decir que lo hablen o escriban o lean perfectamente, pero la comprensión de idioma similares es cada vez más usual. Por ejemplo es más fácil para un hispano parlante comprender el portugués, italiano, francés, incluso el inglés, que tratar de aprender chino, coreano, árabe o hebreo.

Los nuevos estudios analizan a las personas que hablan varios idiomas, para conocer su forma de pensar y sentir, en comparación a las investigaciones del siglo pasado. Los resultados obtenidos son asombrosos, porque se ha demostrado que las personas bilingües tomaron las virtudes de las distintas culturas con un pensamiento mucho más flexible que quienes hablan una sola lengua.

Incluso quienes hablan dos o más lenguas ponen diferentes énfasis en las acciones y sus consecuencias, para que influyan en la forma de pensar que tienen sobre el mundo, lo llamativo es que pueden cambiar su visión del mundo dependiendo la lengua que hablen en ese momento.

Para confirmar esta idea, los investigadores les entregaron a un grupo de 30 personas bilingües (alemán-inglés), el mismo test en los dos idiomas, comprobando que en el 75% de los casos las respuestas eran distintas, aunque las preguntas eran iguales pero en diferentes lenguas, demostrando que la percepción inconsciente del individuo cambia al mismo tiempo que el lenguaje utilizado.

El Dr. Athanasopoulos, en la revista Psychological Science, dice "Al comprender otro idioma, el individuo tiene una visión alternativa del mundo, esto hace que pueda escuchar la música de un solo altavoz o pueda escuchar en estéreo... es lo mismo con el lenguaje"

El cerebro de los niños y jóvenes bilingües

En los primeros meses de vida no se puede distinguir entre dos lenguas, sabemos que los bebes reconocen gestos y los relacionan con las palabras, pero no comprenden en que lengua se les está hablando. A partir de los cuatro meses un niño comienza a diferenciar entre inglés, alemán o español, (depende los idiomas que se hable en su casa), y a los ocho meses, los bebés bilingües pueden notar las diferencias de idiomas, esto no ocurre con los bebes monolingüe.

Realmente aunque un bebe aprenda dos o más lenguas desde el nacimiento, siempre hay una que va a funcionar como dominante, que será aquella a la que más expuesto esté (normalmente la lengua materna hasta los 5 años y la lengua escolar a partir de los 6 años), por esa razón es muy importante, que en la casa se conserve la lengua materna, ya que la lengua social la aprenderá en la escuela.

Puede ocurrir que algunos jóvenes bilingües parezcan más lentos, ya que con más frecuencia tienen dificultad para encontrar la palabra deseada o incluso pueden poseer un menor vocabulario, aunque cuando se toma en cuenta las dos o más lenguas, el número de palabras que conocen es superior en comparación con una persona monolingüe.

En realidad esa "lentitud" a la hora de encontrar la palabra correcta es de milésimas de segundo, y es casi imperceptible mientras la persona habla, porque no se nota que su cerebro está eligiendo el idioma con el que tiene que hablar.

Los niños tienen aún más ventajas que los adultos, ya que el bilingüismo precoz modifica y mejora el desarrollo del control de la atención, esto se debe a que el área prefrontal del cerebro tiene pocos años de vida útil, finaliza su desarrollar en la adolescencia y se deteriora entre los 40 y 45 años, pero en los niños y jóvenes bilingües este desarrollo es mucho más fuerte, frenado la aparición de los síntomas de deterioro hasta los 70 o 75 años.

Se comprobó que los niños y jóvenes bilingües utilizan más áreas cerebrales, sobre todo del lado izquierdo del cerebro (relacionado al lenguaje), porque al cambiar continuamente de lenguaje, tienen entrenadas capacidades cognitivas no lingüísticas, en concreto son mejores en las funciones ejecutivas, que sirven para adaptarse a los cambios de tareas variadas, ya que utilizan otras áreas cerebrales distintas a los monolingües.

Esto hace que el cerebro de un niño o joven bilingüe tenga mayor poder de concentración, y responda velozmente a las señales de los sonidos básicos que diferencian un idioma de otro, incluso sucede que la señal del discurso que reciben active la misma palabra en el idioma que no está en uso en ese momento, tomando el control consciente del cambio lingüístico, esto permitir a un niño o joven bilingüe ponderar una palabra que recibe en el contexto del idioma que se estaba hablando.

Los estudios demuestran que existen diferencias en la densidad en el cerebro de materia blanca o "mielina" entre los bebes, niños o jóvenes bilingües y los que sólo escuchan o hablan un idioma. A mayor "mielina" mayor velocidad de procesamiento, es decir mayor rapidez mental, estos cambios son estructurales y determinan un aprendizaje externo mucho más elevado, conformando una morfología cerebral superior al medio de la población.

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