Debería comenzar explicando que no deseo la muerte de nadie, y que el asesinato de cualquier tipo es un hecho aberrante, pero ahondar en ese tema me resulta tan obvio como innecesario.
La historia de Nicolás Maduro trae a mi memoria el cuento titulado "El Muerto", del escritor argentino Jorge Luis Borges, que al finalizar dice "comprende antes de morir, que desde el principio lo han traicionado, que ha sido condenado a muerte, le han permitido el amor, el mando y el triunfo, porque lo daban por muerto, porque desde el comienzo estaba muerto"...
Borges nunca conoció a Maduro y estoy seguro que Maduro nunca leyó a Borges, pero creo que esta historia es una profecía, es un adelanto a la verdadera historia de un personaje, que ya no tiene salida de ese laberinto en el que lo dejo su "padre político".
La soberbia, ineptitud e incapacidad de Nicolás Maduro tiene de rodillas a todo el pueblo venezolano, incluso a los seguidores de Hugo Chávez, ya nadie lo quiere en el poder, incluso quienes lo rodean, y realmente si aún continua en el cargo es solo porque sus cómplices, en el robo sistémico de los fondos nacionales, no se han puesto de acuerdo en "quién" lo sucederá sin que éste cambio provoque una guerra civil, y la pérdida de poder de toda la corrupta banda gobernante.
Todo el mundo coincide que la caída de Nicolás Maduro es inminente, nadie con algo de percepción política niega que el fin ha llegado, lo único que se discute es "cuándo y cómo". Ésto lleva a una pregunta que no tiene una respuesta clara, ¿qué hacer con Nicolás Maduro luego de su caída?
Si se queda en Venezuela, (libre o encarcelado) es un peligro para sus aliados, ya que "sabe demasiado" y no es un valiente, por el contrario ha demostrado ser un cobarde, y sus "amigos" temen que comenzara a delatar a todos y poniendo al descubierto las vías de corrupción internas y externas, por las que paso la compra de poder con el dinero del petróleo venezolano, desde Argentina, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Brasil, Cuba, China hasta la OEA.
Que pida asilo político en Cuba, Irán, China o Rusia es más un problema que una solución, no es como Julián Assange y Eduard Snowden, que tienen información para intercambiar, Nicolás Maduro sin poder y sin apoyo cívico-militar es menos que "nadie".
¿Quién está trás "El Magnicidio"
Recuerdo que el genial Quino por medio de su caricatura "Mafalda" decía: "Un mosquito no puede detener un tren a gran velocidad, pero puede llenar de picaduras al motorman".
Y ese es el papel de Nicolás Maduro en el mundo actual, molestar a los líderes mundiales para llamar su atención y distraer al pueblo de su ineficiencia, pero todo tiene un límite, el mundo se encamina hacia una nueva guerra fría, donde la mediocridad y la soberbia no tienen cabida.
Muchas personas brindaran ante el Magnicidio del presidente de Venezuela, por ejemplo:
-Diosdado Cabello, Vicepresidente de Venezuela, ya que asumiría el cargo vacante directamente, justificando las persecuciones a líderes opositores e incrementando la represión.
-Fidel y Raúl Castro, ya que sumarían un nuevo mártir a la revolución socialista, estirando por varios años los aportes económicos que Cuba recibe de Venezuela, que en manos ineficientes de Maduro están disminuyendo.
-Daniel Ortega, Evo Morales y Correa que podrán salir del control cubano-venezolano sin perder los cuantiosos aportes del petróleo, y sin un dedo acusador en su contra.
-José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, del cual sus rápidas intervenciones en Paraguay y Honduras, y su nula respuesta a las suplicas del pueblo venezolano, lo dejan muy mal calificado para continuar en el cargo, a pesar que desea presentarse nuevamente a la reelección.
-Lideres rusos, chinos e iraníes, porque necesitan refrescar el aire en Venezuela para incrementar su estrategia en América Latina, planes que ahora se ven enturbiados por la crisis del país petrolero, y la mediocridad de su actual presidente.
¿Quién jalará el gatillo?
Nicolás Maduro sabe que hay un arma en su nuca pero, y a pesar que acusa al "imperio" o a sus opositores, ninguno de ellos tiene el dedo en el gatillo, ni López, Machado, Scarano, Ceballos, Arria, Burelli, Koeslingo o Capriles tiene la capacidad ni intensión de asesinarlo.
No hay duda que la bala con su nombre fue puesta en la recamara por sus "amigos", recordemos que desde Julio Cesar en adelante muchos líderes políticos fueron traicionados por su círculo íntimo, ni en eso será original. Como señaló el escritor Stephen King: "Solo los enemigos dicen la verdad, los amigos siempre mienten en algún punto".
Hasta la próxima
