Pocos días después de que el buque de carga Galapaface I encallara en las rocas de la isla San Cristóbal, Galápagos, las mareas altas fortalecidas por la luna llena giraron la nave unos 40 grados, dañando aún más su casco y causando más preocupación a las entidades involucradas en el esfuerzo de rescate, de acuerdo al Dr. Arturo Izurieta, Director del Parque Nacional Galápagos.
El Galapaface I encallado frente a San Cristóbal
Foto: Ministerio del Ambiente de Ecuador
Ese fue sólo uno de varios nuevos retos a los que se refirió el Dr. Izurieta el viernes 23 de Mayo en una entrevista telefónica con Galápagos Digital.
"Cada día que viene trae cosas nuevas", dijo el Dr. Izurieta , señalando que él está funcionando con muy pocas horas de sueño en las dos semanas desde que el barco encalló.
Dr Arturo Izurieta, Director del Parque Nacional Galápagos
Foto: Dr. Arturo Izurieta por Twitter
En el lado positivo, el Dr. Izurieta dijo que no hay evidencia de contaminación en las aguas alrededor de la nave y que se descargaron sin contratiempos 19,000 galones de combustible diesel del barco. También elogió la cooperación de los distintos organismos que participan en las complicadas tareas de salvamento. Los equipos de rescate incluyen no sólo ecuatorianos sino también expertos de otros países.
Pero todavia el operativo de rescate enfrenta muchos retos. "El barco tiene grandes, grandes agujeros ", dijo el Dr. Izurieta, y señaló que el más grande es de 3,5 metros de largo .
Esto disminuye las posibilidades de que el buque pudiera ser reparado con éxito. Según el Dr. Izurieta, por ahora el plan es parchear el casco temporalmente, reflotar el barco y remolcarlo fuera de la Reserva Marina de Galápagos donde puede ser echado a pique, a menos que aparezca alguna persona o empresa que quieran comprar el Galapaface I.
El Dr. Izurieta añadió que en las bodegas innundadas del barco hay ahora una mezcla de agua de mar, productos alimenticios en descomposición y sustancias tóxicas que forman una "sopa contaminante ", pero señaló que no se ha detectado contaminación significativa en las aguas en las inmediaciones del naufragio y que el buque se bombeará completamente una vez los agujeros estén parchados.
"Hasta ahora, todo va bien ", dijo el Dr. Izurieta, aunque señaló que los resultados de laboratorio de muestras de las aguas del océano en las proximidades de la nave aún no se han completado.
Pero hay otros retos. Los operadores de salvamento están importando toneladas de equipos y suministros desde el extranjero para parchear y reflotar el Galapaface I. Algunos artículos están todavia en la aduana en el territorio continental ecuatoriano mientras se completan los trámites de importación, a pesar de que el gobierno ha declarado un estado de emergencia. Preguntado sobre si se está haciendo algo para acelerar los trámites, el Dr. Izurieta dijo: " El Presidente de Ecuador está consciente de la situación", y agregó que el Ministerio del Medio Ambiente está haciendo todo lo posible para acelerar el proceso.
Otro dolor de cabeza para los equipos de rescate: un generador de gran potencia que van a usar para activar la grúa de la nave aún no estaba operando la tarde del viernes. El generador que es enorme tuvo que ser parcialmente desarmado, para que cupiera en el avión de la Fuerza Aerea Ecuatoriana que lo trajo desde el continente, y se armó otra vez en San Cristóbal. Esto ha causado demoras en las labores según el doctor Izurieta.
Una vez que el generador funcione y se pueda operar la grúa, se descargarán algunos de los artículos más pesados del Galapaface que todavia se encuentran en las bodegas del buque, incluyendo una carretilla elevadora.
En cuanto a si se podrá completar el rescate del Galapaface I dentro de un mes como algunos funcionarios han calculado, el Dr. Izurieta no hizo promesas.
"Nada es perfecto ," dijo, " pero hemos logrado controlar el impacto sobre el medio ambiente .
¿Hay lecciones aprendidas de este accidente? Después de que el buque tanque Jessica encalló en San Cristóbal en 2001, derramando 175.000 galones de diesel y combustible bunker, los investigadores recomendaron que se estacionen remolcadores en el archipiélago para asistir a los buques que entran y salen de las islas pobladas. Esa recomendación no fue puesta en efecto y después que el Galapaface I encalló tuvieron que traer remolcadores desde el continente, a casi 1.000 kilómetros de distancia.
"Tenemos que pensar en serio", sobre estacionar remolcadores en Galápagos, dijo el Dr. Izurieta, y señaló que cada año crece el tráfico marino en el área y hay al menos cuatro emergencias relacionadas con embarcaciones. Dijo que va a recomendar que se emplazen remolcadores en el archipiélago para poder responder rápidamente a futuras emergencias marinas.
Por otro lado mencionó el Dr. Izurieta que en otras áreas si se han adoptado procedimientos adecuados en los últimos años lo que permitió que se coloquen rápidamente barreras protectoras y absorbentes alrededor del Galapaface I lo que evitó la contaminación de las aguas.
El Dr. Izurieta tiene un doctorado en Administración Rural y Sistemas Naturales de la Universidad de Queensland, Australi , y tiene vasta experiencia internacional en investigación y dirección de asuntos ambientales. Esta es la segunda vez que sirve como Director del Parque Nacional Galápagos.
George Lewis es el co-autor de esta nota. Para más información sobre Galápagos y el Galapaface I lea nuestro blog www.galapagosdigital.com/espanol/