"Si una persona es cruel con un animal se considera crueldad, pero si son muchas personas, entonces la crueldad se acepta, y en nombre del comercio y el dinero la defenderán aquellos que son normalmente inteligentes", Ruth Harrison.
Lolita, la Orca que algunos vimos hacer piruetas en el Miami Seaquarium, no es feliz. Yo he llevado a mis hijas y la hemos visto saltar, abrir la boca, decir que "sí", que "no", y hasta recibir aplausos que parecían gustarle. Nada más lejos de los que en realidad sucede.
Ella se encuentra en un estanque, que además de que no es el océano, es tan pequeño que no tiene las medidas que se consideran legales. Es el más pequeño de Estados Unidos. Lolita vive solitariamente y tampoco tiene un shelter, o algo que la cubra del sol fuertísimo de la Florida.
Si uno mira el acuario desde el aire, el parque es decenas de veces más grande que donde habita Lolita. Eso nos da una idea de las prioridades de sus dueños.
Millones... ¡Si! Millones de activistas en el mundo claman por la libertad de los animales para el entretenimiento. Son la voz de los que no saben usar palabras, pero que sí entienden sus miradas.
Hace unos días se reunieron en la Corte de Miami para pedir la renovación de la Licencia de Miami Seaquarium. Lamentablemente la USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos), que a su vez lidera otros departamentos como el Departamento de Inspección para la salud de animales y plantas, que a su vez tiene otro departamento que se dedica al Cuidado de los animales (Animal Care), a pesar de conocer las ilegalidades, dio el visto bueno para la renovación de la licencia.
¿Mucha gente trabajando y mucha burocracia para quá? Allí tenemos otro ejemplo de prioridades. (Les recuerdo que este departamento también es el que regula lo que comemos...).
En fin... la gente de PETA pidió la revisión del caso y en unos meses se dará ha lugar. Eso es un paso pequeño, pero un avance al fin.
No quiero seguir dándoles informaciones tan técnicas, solo pedirles que no paguen un boleto para entretenerse con animales. Hay un gran negocio detrás de esto. Una orca atrapada en el mar se puede vender por un millón de dólares a un acuario, por ejemplo. Pero eso se sostiene si el público va a los shows.
Lolita tiene 45 años en cautiverio. Sus primeros cuatro años los vivió en el océano junto a su familia. Dicen que su madre está viva, y que después de hacer la rehabilitación correspondiente en el paso del estanque al océano, tal vez se puedan encontrar.
Hay espectáculos maravillosos que no incluyen animales. Demosle trabajo a artistas que elijen estar en un show y no a un pobre ser vivo destinado a una vida para la que no fue creado. Depende de nosotros. No compren tickets. No fomenten el negocio. ¡Gracias!
Gracias a Alejandro Ariel Dintino, activista en la ciudad de Miami, que junto a muchas personas los domingos se manifiestan pacíficamente en la entrada del Seaquarium para devolverle la libertad a Lolita. Más información, puedes ver aquí.
