Para repensar el futuro energético de Chile es necesario comenzar con decisiones apropiadas ahora

Con abundantes recursos de energía renovable a lo largo y ancho de la región, América Latina puede llegar a ser un líder global en la producción de energía limpia - pero sólo bajo políticas adecuadas, según un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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Con abundantes recursos de energía renovable a lo largo y ancho de la región, América Latina puede llegar a ser un líder global en la producción de energía limpia - pero sólo bajo políticas adecuadas, según un nuevo informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El informe, Repensando nuestro futuro energético, tiene implicaciones interesantes para Chile, especialmente durante el actual periodo electoral cuando los temas energéticos son objeto de gran debate. Una de las conclusiones claves del informe es que los países Latinoamericanos, entre ellos Chile, deben empezar a nivelar el campo de juego para los recursos renovables si desean aprovechar las oportunidades de crecimiento bajo en carbono que estas fuentes pueden proporcionar.

Además de tener beneficios para el ambiente, la salud pública y la seguridad energética, las energías renovables pueden ayudar a crear nuevos empleos y atraer fuentes de inversión. Los países que comiencen a implementar mecanismos para fomentar este sector tendrán una ventaja clara a medida que pase el tiempo.

El informe del BID derrumba una serie de mitos sobre las energías renovables en América Latina, es decir que no hay suficiente potencial renovable para satisfacer la creciente demanda de la región y que estas fuentes son demasiado caras y difíciles de integrar a las redes eléctricas. De hecho, contrario a estas interpretaciones erróneas, la región de América Latina y el Caribe dispone de un potencial de energía renovable que es 22 veces mayor que la demanda de electricidad esperada en 2050.

Los costos de estos abundantes recursos también están bajando rápidamente, y en algunos casos las tecnologías de energía renovable ya son competitivas con fuentes más tradicionales de energía. El informe también señala que la región podría facilitar la integración a la red de algunos de los recursos renovables más intermitentes mediante el uso de técnicas como los mecanismos de gestión de la demanda, las tecnologías de almacenamiento y una mejor planificación de la generación y procesos de despacho. Planificación de la infraestructura de transmisión para dar cabida a las plantas de energía limpia de menor escala, en lugar de grandes centrales de energía convencional también ayudaría a integrar a las energías renovables.

Chile es un gran ejemplo de muchos de los puntos planteados por los autores del informe del BID. El país está dotado de abundantes recursos de energía renovable no convencional distribuidos a lo largo del territorio nacional.

Es más, desde el 2011 en Chile las fuentes de energía geotérmica, eólica, min-hidro, biomasa y biogás son costo-competitivas con nuevas centrales eléctricas de energía convencional, tales como las plantas a carbón y las grandes represas hidroeléctricas, como el complejo de represas que HidroAysén propone en la Patagonia. Las tecnologías de energía solar también son cada vez más competitivas económicamente y atraen mayores inversiones. De los 10.328 MW que ya han sido aprobados o están en calificación, casi 4.000 MW son a base de solar. Si las abundantes fuentes de energía limpia en Chile se combinan con las centrales de energía existentes, un mayor uso de GNL y mayor eficiencia energética - sobre todo en el sector industrial - pueden fácilmente satisfacer la creciente demanda energética.

El análisis del BID también destaca algunos de los beneficios clave de las energías renovables no convencionales. Los candidatos a la presidencia en Chile deben mantener estos beneficios en mente a medida que contemplan el futuro energético del país.

A pesar de que las emisiones de carbono de Chile aún son bajas dentro del contexto global, se espera que estas crezcan. Las energías renovables pueden ayudar a que Chile se encamine hacia un desarrollo bajo en carbono, a la vez que garantizan mayor seguridad energética, reducen la vulnerabilidad a los cambios en los ciclo hidrológicos relacionados al cambio climático, y minimizan los impactos negativos a la salud pública y el medio ambiente.

Las energías renovables no convencionales también crean empleos y atraen inversiones nuevas. Los resultados preliminares de un nuevo estudio que NRDC pronto lanzará muestran que la producción de un 20 por ciento de las necesidades energéticas de Chile a base de recursos renovables durante la próxima década podría crear más empleos y contribuir más al PIB que seguir adelante como de costumbre - es decir, un plan business as usual. Nuevos datos de Bloomberg New Energy Finance también identifican a las economías emergentes, entre las cuales destacan a Chile, como mercados clave para mayores inversiones en el sector de energía renovable.

Además, el informe del BID también explica que los proyectos de energía no convencional pueden ayudar a reducir los problemas ambientales y sociales relacionados con proyectos de energía a gran escala. Citando el controvertido proyecto HidroAysén como ejemplo de un proyecto que se ha enfrentado a una oposición generalizada (sesenta y siete por ciento de los chilenos está en contra de la propuesta), el estudio señala que el desarrollo de fuentes renovables no hidroeléctricas ayudaría a evitar los graves problemas asociados con mega-represas en América Latina.

A medida que Chile se prepara para las elecciones presidenciales el próximo mes de noviembre y la energía sigue siendo el foco de un intenso debate, por lo menos una cosa está clara: el futuro energético de Chile puede basarse en alternativas limpias y bajas en emisiones de carbono, pero para que esto suceda es necesario tomar ciertas decisiones apropiadas ahora. La matriz energética del país dentro de treinta años dependerá de si se implementan políticas que establecen metas suficientemente ambiciosas para las energías renovables, facilitan la integración de las energías renovables a la red eléctrica, y establecen un camino claro para aumentar la eficiencia energética.

También dependerá de si los tomadores de decisiones en Chile escuchan las crecientes voces, en Chile y a nivel internacional, que apuntan a alternativas energéticas más limpias y más apropiadas que los combustibles fósiles contaminantes y las mega-represas destructivas.

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