¿Disciplina?

La vida me ha enseñado, un mis "pocos cuarenta años" que las desiciones que tomamos todos los días (desde algo tan simple como el desayuno), nos afectaran a lo largo del día.
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La vida me ha enseñado, un mis "pocos cuarenta años" que las desiciones que tomamos todos los días (desde algo tan simple como el desayuno), nos afectaran a lo largo del día o a lo largo de nuestra vida. Una mala decisión matutina nos puede llevar por el camino de poco tráfico o por un tráfico infernal para llegar a la escuela o al trabajo; desayunar poco nutritivo o en muchos casos nada, nos obliga a forzar a nuestro cuerpo a trabajar a marchas forzadas y, obviamente, sin rendimientos positivos; salir a la calle sin arreglarnos a media tarde nos hará sentirnos cansados y desvitalizados al ver nuestro aspecto; evitar retos que nos obliguen a probar nuestras habilidades puede ser otro ejemplo.

"Disciplina" es una palabra que mi madre solía decirme desde que era una niña y para ser honestos me caía bastante mal... En esos momentos y durante muchos años relacioné esa palabra con "obediencia" y "sumisión": hacer lo que los demás te dicen.

Nada más alejado de la realidad para un adulto. Hoy veo que lo que llamaba mi madre "disciplina" tiene otro contexto, uno en donde nada más YO soy protagonista y que consiste en enseñarme a mi misma a tener coherencia en mi manera de pensar y actuar. ¿Suena fácil, verdad?, la realidad es que en el camino nos topamos con "peligrosas" tentaciones que nos hacen tambalear nuestros valores y actitudes de vida (como la dona matutina con un café como desayuno), fascinantes "tentaciones" que nos hacen caer fácilmente en la decidía, y que por ello dejamos de hacer cosas por nosotros, dejamos de esforzarnos para trabajar por nuestros sueños o simplemente la desidia de pensar que podemos tener alguno.

Nada más frustrante para un cuerpo y mente cargado de energía que ese "YO" auto saboteador que bloquea tu cabeza, y que no te deja actuar.

¿Por qué pensar que otros pueden y lamentarme del no poder yo? Por la simple razón que muchos de nosotros necesitamos ejercitar el motor de nuestro cuerpo: "el Corazón". Corazón para levantarte y salir adelante cuando algo va mal, para soñar, para planear, para actuar, pero sobre todo para amar. Las personas exitosas, al igual que tú, tienen malos días, tienen malos amores y malas épocas, la diferencia es que ellos tienen la disciplina para levantarse y salir adelante, enfrentar al mundo, cambiar sus hábitos y volver a comenzar.

¿Éxito? Ama lo que haces y ¡hazlo con disciplina!! No hay mejor fórmula.

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