Siglo XIX, las guerras de independencia; las luchas obreras; Gavroche bailando frente a las balas. Siglo XX, las guerras anticolonialistas; la resistencia contra las dictaduras; las dos guerras mundiales en contra de las tiranías genocidas. La guerra fría, las conspiraciones, los estados policiales, las luchas clandestinas, las guerrillas, los alzamientos estudiantiles, los derechos humanos...
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Carlos Velis: "La guerra que se acerca estallará mañana lunes por la tarde

Y tú en el cine, sin saber quién es el malo..."

Los Angeles - Siglo XIX, las guerras de independencia; las luchas obreras; Gavroche bailando frente a las balas. Siglo XX, las guerras anticolonialistas; la resistencia contra las dictaduras; las dos guerras mundiales en contra de las tiranías genocidas. La guerra fría, las conspiraciones, los estados policiales, las luchas clandestinas, las guerrillas, los alzamientos estudiantiles, los derechos humanos...

Un crucigrama perfectamente claro y preciso. Sabíamos quiénes eran los buenos y quiénes los malos. Alinearnos era un imperativo para estar del lado de la Historia. Era asunto de dignidad, sueños e ilusiones. La vida nos exigía renunciación a nuestros intereses egoístas, para perseguir algo más grande, un bien universal, la eliminación de la pobreza, la ignorancia, la prodigalidad de la riqueza de los pueblos en manos de todos.

Teníamos los referentes que necesitábamos. Unos veíamos el faro del socialismo en la Unión soviética, nos tragábamos enteritos los libros de marxismo; otros, enfilábamos nuestro corazón a la China socialista y leíamos a Mao; otros, nos indignábamos con la historia del asesinato de Trotsky.

Los tres tomos sobre su vida: "El profeta armado", "El profeta desarmado" y "El profeta desterrado", se agotaban al nomás aparecer en las pocas librerías que cumplían con la demanda de los buscadores de la verdad político-social. Fueron momentos en que vibramos con las historias de heroísmo de las guerrillas latinoamericanas. Discutíamos hasta la madrugada sobre métodos y fines, mientras oíamos Radio Habana.

Así, de la noche a la mañana, ya no éramos aspirantes a artistas, sino aspirantes a conspiradores. Nos cortamos el pelo, nos pusimos calcetines y botas y nos fuimos a la montaña, a dormir bajo un plástico y a tirar bala.

Y logramos vencer. Amarramos al perro rabioso de los escuadrones de la muerte, doblegamos la prepotencia de la oligarquía, impusimos condiciones claves para el diseño de una nueva sociedad. ¿Entonces, por qué no llegamos al futuro anunciado?, ¿dónde se quedó? Y Ahora, se duda si sirvió para algo.

Pero es que el crucigrama ya no está muy claro. No hay más sociedad que sirva de referente. Y en nuestro país, la campaña de desaliento instrumentada por la derecha, con ayuda de muchos ignorantes, que porque no entienden que las condiciones han cambiado, se prestan de gratis a echar adelante dicha campaña, ha logrado calar tan hondo, que añoran la época de las dictaduras y quieren que vuelva la Guardia Nacional. Qué idiotez.

Ahora, veo con asombro hacia atrás. Y pienso que, afortunadamente, cambiaron las condiciones. Los niños de la edad de mis nietas tomaban las armas. Lo que se vivió en aquellas épocas, no lo deseo para nadie. Sin embargo, yo, como muchos seguimos levantando el puño izquierdo y soñamos con las mismas ilusiones. Pero las condiciones han cambiado. Ya no hay a quién dispararle. La vanguardia ya no está en la guerra. Son otras condiciones, pues son otras armas también. El cambio de condiciones no es justificación para renunciar a los ideales, ni mucho menos a la responsabilidad social e histórica.

Si es cierto que ya no existen los antiguos paradigmas, sí hay una palabra en el crucigrama que se ha develado con toda claridad. La verdadera dictadura que ha estado detrás de todas las tiranías y todas las crueldades, que nos ha robado nuestro triunfo es el capital financiero internacional. Y no sólo a nosotros. ¿O creemos todavía que el gorila de Pinochet era lo suficientemente inteligente para implantar la dictadura que duró tantos años, en un país de tradición civilista? ¿Por qué Mandela no pudo cambiar las condiciones sociales de Sur África? ¿Quién disparó en la plaza de Tiananmen? ¿Quién fue capaz de tumbar el "socialismo real"?

En momentos en que por todo el mundo, las masas se levantan, ya no contra las dictaduras, ni contra los ejércitos, ni pretenden derrocar a ningún gobierno, sino que enfilan sus protestas contra el poder económico, el financiero y sus instituciones todopoderosas, la OMC, el FMI, el BM, que están hundiendo la humanidad en la peor de las miserias de su historia y que pretenden reimplantar la esclavitud, nuestra gente en El Salvador, se ríe estúpidamente de todo y se va a las iglesias "cristianas".

El problema es que tantos años de neoliberalismo, como doctrina llevada al extremismo fundamentalista, ha generado una población altamente individualista y, para enfrentar al actual enemigo, es necesaria la organización civil que coordine la desobediencia ciudadana contra las medidas financieras impuestas por la globalización y sus instituciones ya mencionadas.

Para mientras, se creen que es muy digno anular el voto en las próximas elecciones. Parafraseando a Nicolás Guillén, "Eso es como ponerse un parche en el culo, cuando el dolor es de muelas".

Como la canción de Sabina, la guerra que viene, nos va a encontrar en el cine, sin saber quién es el malo.

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