Romney en una cuesta arriba para conseguir el voto Latino

A menos de tres meses de la elección presidencial, Mitt Romney, el virtual candidato republicano, sigue en problemas con los latinos. Por una amplia diferencia, 63% a 28%, los latinos dicen preferir al presidente Barack Obama para la elección de noviembre, según la más reciente encuesta de NBCNews/Wall Street Journal y Telemundo.
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Donald Trump endorses Mitt Romney for President at Trump International Hotel & Tower, Las Vegas, NV
Donald Trump endorses Mitt Romney for President at Trump International Hotel & Tower, Las Vegas, NV

mitt romney

A menos de tres meses de la elección presidencial, Mitt Romney, el virtual candidato republicano, sigue en problemas con los latinos. Por una amplia diferencia, 63% a 28%, los latinos dicen preferir al presidente Barack Obama para la elección de noviembre, según la más reciente encuesta de NBCNews/Wall Street Journal y Telemundo.

Ni siquiera la designación del congresista Paul Ryan como el candidato a Vice Presidente, la cual ha generado gran entusiasmo entre las bases conservadoras, ha modificado de manera significativa la opinión de los latinos sobre la fórmula republicana a la presidencia. Los resultados de la encuesta son en general muy parecidos a los de encuestas hechas los últimos meses.

La pregunta que de seguro estarán haciéndose los asesores de la campaña de Romney es si están a tiempo todavía para conseguir al menos el 38% del voto latino, que según sus proyecciones es lo que necesita el candidato para ganar la presidencia (hace cuatro años el republicano perdedor John McCain obtuvo el 31% del voto latino; hace ocho, George W. Bush ganó la elección con el 40% de ese mismo voto).

Por otro lado, no todo es color de rosa para Obama en lo que tiene que ver con los latinos. Aun cuando es cierto que ha mantenido por varios meses esta ventaja de entre 30 y 40 puntos porcentuales en las preferencias sobre su rival republicano, también es un hecho que persiste el llamado "deficit de entusiasmo" entre los potenciales votantes latinos.

A diferencia de hace cuatro años cuando la candidatura de Obama produjo un gran entusiasmo con los latinos, ahora este es mucho menor. Se respeta, se admira y se dice que se aprueba lo hecho por el mandatario, pero no hay ese algo especial que se dio en el 2008. Asunto no de menor importancia ya que Obama necesita de ese voto latino masivo particularmente en estados que con toda seguridad decidirán la elección presidencial como Colorado, Nevada y Florida (estados como California, New York y Texas tienen muchos latinos pero ahí ya se sabe quien ganará, los demócratas en los primeros dos y los republicanos en el tercero).

Para los asesores de Obama surge la pregunta entonces sobre ¿por qué este deficit de entusiasmo por el presidente o por la elección en general entre los latinos? Una posible explicación pudiera ser que es la cuestión económica. Los latinos han sufrido más el desempleo que el resto de la sociedad y aun cuando gustan de Obama no necesariamente lo ven como alguien que pueda cambiar la situación económica, en particular el tema del desempleo.

Un dato interesante de la encuesta en esta idea del relativo poco entusiasmo por la candidatura de Obama, es que ni siquiera el tema de la suspensión de las deportaciones para los jóvenes "soñadores" ha cambiado mucho las percepciones sobre el mandatario. La gran mayoría de latinos apoyan la medida del presidente, pero hasta ahí nomás. De nuevo, el apoyo se refleja en un sí por Obama a la pregunta de los encuestadores, pero no se extiende a una dosis de entusiasmo que garantice que ese potencial votante ira a votar, o aún más, que se involucrará en el trabajo de organización para llevar más votantes al campo Obama.

Pero volvamos a lo de Romney y los republicanos. Decíamos que no queda claro si les alcanzará el tiempo para convencer a más latinos de que voten por ellos. Parte del problema es que estos números de las encuestas que se dan entre los latinos -más o menos repetidos por varios meses- también de alguna manera se dan entre el resto de los votantes (no la amplia ventaja de Obama, sino que el hecho de que los números no cambian mucho). La encuesta entre toda la población en general da una ventaja a Obama de 48% sobre 44% de Romney, cifra que con un punto más aquí un punto menos allá, se ha mantenido por varios meses.

Como señalaba uno de los expertos que hizo la última encuesta, aun cuando estamos en Agosto, pareciera que es una encuesta de Octubre, es decir, una encuesta cuando se está a pocos días de la elección y cuando ya no queda mucho para cambiar las preferencias de los electores. Faltan, por supuesto, varios eventos y otras cosas que puedan pasar antes de noviembre y en los cuales las campañas puedan influir en la voluntad de los votantes. Con todo, es una tarea cuesta arriba.

Del lado republicano, aun cuando Romney literalmente ha cerrado la boca en lo que toca a temas que le interesan a muchos latinos como es el de inmigración (de proponer un día la 'auto deportación' a no decir más nada sobre el tema), lo hecho por su partido no le ayuda. Esta semana por ejemplo, se ha estado trabajando en lo que será la Plataforma Electoral republicana para la elección de noviembre y la cual se presentará para su aprobación en la Convención Nacional de la próxima semana en Tampa, Florida.

En el tema de inmigración la Plataforma usa un lenguaje que muchos verán como anti inmigrante y que fue formulado en gran parte por Kris Kobach, actual Secretario de Estado de Kansas y el cerebro detrás de la controversial Ley de Arizona y otras leyes contra los indocumentados. En su plataforma, los republicanos dicen estar de acuerdo en que siga la construcción del muro en la frontera con México, de acuerdo también en que se siga aplicando el sistema E-Verify antes de contratar a cualquier trabajador y se oponen a que se permita que los jóvenes indocumentados paguen colegiatura en las universidades como si fueses residentes del estado donde viven. Igualmente, la plataforma pide porque se termine con lo de las "ciudades santuarios" (ciudades que se declaran tales para proteger a los indocumentados). Y por si quedaba alguna duda, se habla de que leyes como la citada Ley SB1070 de Arizona, "sean alentadas, (y) no atacadas".

La Plataforma es un documento que muchas veces casi nadie lee y que al final se convierte más en un mamotreto de buenos deseos que de políticas o acciones concretas. Con todo, refleja en mucho las verdaderas posiciones políticas e ideológicas -o lo que la gente de ese partido realmente piensa y le llega al estómago- sobre los diversos temas y asuntos con los que lidia el país.

Y es que ese es el principal problema de Romney con los latinos. Que más allá de si él como persona es buena gente o ha cambiado sus posiciones sobre inmigración, su partido no lo ha hecho. Y de ahí viene precisamente mucha de esa distancia que los latinos muestran sobre el candidato republicano. O dicho en otras palabras, la gente no olvida fácilmente lo que ha sido la retórica republicana anti inmigrante de los últimos años.

La designación del congresista Ryan en la boleta republicana tampoco ha ayudado a Romney debido a varias razones. Una, es que Ryan era literalmente un desconocido con los latinos. El candidato a vice presidente viene de un estado donde hay pocos latinos y no había tenido mucho que ver en temas que más interesan a los hispanos (más allá de que se oponga al 'Dream Act' o ley para los soñadores, o de que en el 2005 votó por la ley HR-4437 o ley Sensenbrenner que criminalizaba el ayudar a indocumentados y que dio origen al movimiento de protestas callejeras del 2006).

Dos, que muchos latinos -aun siendo conservadores en asuntos familiares y sociales en general- se asustan ante las ideas de Ryan en temas como el Medicare (seguro médico a los mayores), Medicaid (ayuda médica a los pobres) y el tamaño y presencia del estado en la economía y sociedad.

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Tampoco ayudó a Romney el que pasara por alto al senador Marco Rubio en su selección como candidato a vice presidente. Es cierto, Rubio no es necesariamente tan conocido y/o popular más allá de la Florida, sin embargo, su nominación hubiese al menos no sólo casi garantizado que el estado fuese para Romney sino que además hubiera generado "ruido" y entusiasmo entre muchos latinos a nivel nacional. Un poco como que Romney pudiese haber tenido más motivos para acercarse y pedir el voto a los latinos.

Por cierto, no deja de sorprender que aun con los números de la encuesta de NBC/WSJ y Telemundo, lo mismo que de otras que muestran números similares en lo negativo para Romney, Rubio no ande en campaña día y noche con Romney. Rubio presentará a Romney el día que este hable en la Convención, lo cual es importante aunque no suficiente -Rubio no será el orador principal como sí lo será el latino Julián Castro en la convención demócrata-. El tiempo entonces está contra Romney. Le quedan setenta y tantos días para convencer a muchos más latinos de que voten por él. Sin ellos no gana la presidencia.

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