Al discurso de Ann Romney le faltó honestidad

En lo que fueron los discursos estelares en la primera noche de la convención Republicana, Ann Romney y Chris Christie tenían como objetivo mostrar el lado humano de Mitt Romney por un lado y la diferencia que existe entre las políticas de los republicanos y las del Presidente Obama por otro. En cierto sentido, ambos oradores consiguieron lo que buscaban.

Ann, la esposa del candidato, fue la sorpresa de la noche. De Christie, el gobernador "de un estado azul" como él mismo se describe en referencia a que es un estado donde hay más demócratas que republicanos, ya se esperaba que daría un discurso directo a la yugular de los demócratas. Por fin, ese es su estilo. Así es como ganó la gubernatura y para bien o para mal así es como gobierna.

Pero la esposa de Romney ciertamente confirmó que en sus intervenciones públicas aparece más relajada y más auténtica que el candidato. Aun cuando un poco nerviosa al inicio -quién que no sea político de profesión no lo estaría en una situación como esa- pronto tomó confianza y se le vio cómoda leyendo el telepromter (la pantalla que no ve el televidente y donde aparece escrito lo que el orador habla).

Su discurso tuvo dos grandes temas o divisiones, la primera dirigida a las mujeres, tratar de convencerlas de que se acerquen a Romney y al partido republicano. La segunda, sobre Romney. De mostrar a alguien que según ella, es un buen esposo y padre. De un hombre que es millonario pero que todo lo que tiene lo logró en base a su propio esfuerzo.

Serán por supuesto los votantes, en particular esos votantes indecisos que ahora todo el mundo anda tras ellos y que supuestamente definirán la elección, los que decidirán si lo de Ann Romney fue convincente. De si los convenció de que ese Romney que es percibido como alguien que esconde algo, que no está cómodo en público y que es un frio ejecutivo al que sólo le importa las ganancias más allá del costo humano, no es eso.

Que al contrario, que ese mismo Romney es un esposo en "un matrimonio verdadero" en el cual se han criado cinco hijos; un matrimonio que comenzó en el sótano de un apartamento en Boston, un matrimonio en fin, que ha durado 43 años y que no es un matrimonio de cuentos. Que ha sido, aseguró Ann Romney, un matrimonio tan real que hasta ha tenido que lidiar con enfermedades como cáncer y esclerosis múltiple (ella tuvo ambas).

Esto del voto femenino es complicado sino es que verdaderamente cuesta arriba para Romney. Las encuestas señalan que junto a las minorías étnicas las mujeres son el principal grupo que apoya a Obama y quienes le dan una ventaja enorme -en algunos estados de hasta 19 puntos o más- sobre su rival republicano. La tarea de Ann Romney era ver como comenzaba a quebrar ese muro de indiferencia y desconfianza que las mujeres tienen no sólo hacia Romney sino hacia las políticas de los republicanos.

Además de hablar sobre ese Romney ser humano, padre y demás de que hablábamos -la señora aseguró que el esposo es chistoso, leal y de gran corazón- Ann Romney se refirió también a las mujeres y los problemas que enfrentan en la situación económica que vive el país. Le echó la culpa por supuesto de lo que sucede a las políticas del presidente Obama y les recordó que tienen que tomar una decisión entre "el fracaso y el pensar en algo nuevo".

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Esta parte del discurso, más de política que del lado humano, se escuchó un tanto extraña. Por un lado, está el problema de que cuesta tomar en serio, o de que se está hablando con sinceridad, cuando se sabe que quien habla vive en una burbuja de privilegio. Y sin entrar al detalle y análisis, por supuesto, del por qué se está en esa situación de crisis económica (se olvidan que los republicanos gobernaron por ocho años antes de Obama).

Pero además, llama la atención de que en todas esas referencias de la señora Romney hacia las mujeres nunca se habló de estas como profesionales, como obreras, como secretarias, estudiantes o lo que sea como entes productivos. En su mundo, hablar de las mujeres es hablar de las relaciones matrimoniales, de las supuestas cualidades del esposo y de la situación económica sí, pero desde el punto de vista del hogar, sin un enlace o enclave en esa otra "vida real" llamada economía.

De cualquier manera, y más allá de las críticas, lo del martes confirmó que Ann Romney es alguien que podrá ayudarle mucho en la campaña al candidato republicano. La señora Romney tiene una facilidad ante las cámaras y ante la gente, que aunque nada extraordinario, es mucho mejor que la de Romney mismo. Aunque no pueda esconder lo de que es alguien de mucho dinero, no tiene pena para martillar una y mil veces que el esposo es antes que todo un ser humano en el cual se puede confiar. Y que además, como también lo aseguro, no le fallará al país.

Lo de Christie, el gobernador de New Jersey fue otra cosa. Lo suyo fue un ataque brutal a las políticas de los demócratas y por supuesto el recordatorio de que Romney es el líder que el país necesita. Con todo, e independiente de que haya servido para lo que los asesores de Romney querían, que era que el gobernador funcionara como un golpeador contra Obama y los demócratas -cosa que no le sale fácil al candidato republicano- lo cierto es que Christie dio la impresión de que estuvo en el pódium de la convención más por su futuro político que por el éxito de Romney.

No fue sino hasta el minuto dieciséis de su discurso que el gobernador mencionó a Romney por su nombre. Las referencias a él mismo además, fueron muchas. Y esto no debe sorprender. Es no sólo que el gobernador es un político sin amarres, que con frecuencia dice cosas que los políticos normalmente no dicen en público, sino que también él mismo es ya una figura republicana de altos vuelos. El discurso del martes fue algo así como su presentación a la nación para que se le considere como un pre candidato presidencial (no ahora por supuesto, sino en cuatro u ocho años).

Habría mucho que decir y comentar sobre los asuntos de política de que habló Christie (uno esperaría que son temas que se abordarán en la campaña electoral). Pero baste decir un par de cosas. Uno, que lo que dijo el gobernador sobre su propio estado son cosas que no pueden verse aisladas. Christie habló de cómo le ha dado duro a los sindicatos de los trabajadores públicos (el de los maestros en especial), de cómo ha cortado impuestos y en general de lo bien que ha gobernado cuando se tiene el valor de decir la verdad. Bueno, sucede que New Jersey tiene una tasa de desempleo más alta que la tasa nacional y que el crecimiento en su actividad económica en el 2011 fue de las más bajas en la nación.

Y dos, que en lo de los ataques a Obama y a los demócratas nada de esto puede tampoco verse aislado. Según Christie es necesario cambiar el rumbo del país o incluso la manera de como funciona el actual sistema político ya que no se puede continuar con la actual situación de una deuda que siempre crece, de una economía que nunca termina de levantarse y de una cultura en Washington donde nunca se llega a nada.

Quizá sean ciertas estas descripciones, el problema es que es de ingenuos decir que es únicamente culpa de los demócratas y/o de Obama esto que se vive. Como señalamos antes con lo de Ann Romney, Obama sólo ha estado en el poder por los últimos tres años y medio. Los republicanos también tienen parte de responsabilidad en como está ahora el país.

Por cierto, vale recordar que cuando Bill Clinton terminó la presidencia había hasta un superávit en la cuenta nacional. Fueron las dos guerras de Bush, el recorte de impuestos y la expansión de varios programas gubernamentales los que en gran medida produjeron el déficit que hoy se tiene. En fin, fue una primera noche de convención que no estuvo nada aburrida. Hizo falta sí, un poco de contexto por decirlo de una manera elegante. O cierta dosis de honestidad, como se diría en el lenguaje más directo y brutal del gobernador Christie.

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