La verdad indiscutible, la obra de Mike Tyson

Si una foto representara fielmente al deporte en 1990, no cabe duda que sería la del capitán del equipo de la Alemaniareunificada levantando la Copa FIFA que los acredita como los campeones del mundo. Dejando a un lado los sentimentalismos históricos, yo incluiría otra, aquella en la que Mike Tyson besa un ring en Tokio. Allí está plasmada la primer derrota de Iron Mike. Fue el triunfo de los escépticos que se hicieron millonarios al apostar por un 42/1 en Las Vegas. La fama perdida en un segundo por un sólo golpe. Es el retrato de un joven de 24 años perdido frente al mundo.
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Former heavyweight boxing champion Mike Tyson speaks a press conference at the 19th Credit Lyonnais Securities Asia (CLSA) investors Forum at a hotel in Hong Kong Wednesday, Sept. 12, 2012. Tyson was the marquee speaker at this annual forum, which traditionally features a celebrity guest. (AP Photo/Vincent Yu)
Former heavyweight boxing champion Mike Tyson speaks a press conference at the 19th Credit Lyonnais Securities Asia (CLSA) investors Forum at a hotel in Hong Kong Wednesday, Sept. 12, 2012. Tyson was the marquee speaker at this annual forum, which traditionally features a celebrity guest. (AP Photo/Vincent Yu)

mike tyson

Si una foto representara fielmente al deporte en 1990, no cabe duda que sería la del capitán del equipo de la Alemaniareunificada levantando la Copa FIFA que los acredita como los campeones del mundo. Dejando a un lado los sentimentalismos históricos, yo incluiría otra, aquella en la que Mike Tyson besa un ring en Tokio. Allí está plasmada la primer derrota de Iron Mike. Fue el triunfo de los escépticos que se hicieron millonarios al apostar por un 42/1 en Las Vegas. La fama perdida en un segundo por un sólo golpe. Es el retrato de un joven de 24 años perdido frente al mundo.

La imagen no está compuesta por un ganador, James Buster Douglas es un invitado incómodo. El cuadro lo compone un hombre que nunca pensó que podía ser derrotado. Su última victoria antes de Japón incluía el retiro del boxeo profesional de Michael Spinks. Noventa segundos eran suficientes para demostrar que provenía de la misma estirpe que dio vida a las leyendas. El boxeo de Mohamed Ali se expresaba en movimiento, el de Mike Tyson era seco, potente y demoledor.

En Tokio, Mike Tyson buscó su bucal extraviado en el piso mientras intentaba levantarse. Después de 1990 buscó recobrar su vida. Un intento de violación le privó de su libertad, y mientras purgaba su condena, la cárcel le robó su carrera. Tyson intentó retomar su vida profesional pero sus últimos minutos valiosos en el ring los desperdició en sendas mordidas sobre las orejas de Hollyfield. El hombre de Hierro pensó que de algún modo su fuerza era suficiente para recuperar su lozanía, como si la juventud y la fama fueran un lugar que uno puede visitar a voluntad.

Para muchos, Mike Tyson es un hombre acabado a sus 46 años, pero él lo ve distinto. Trescientos millones de dólares después, Mike comienza una vida real. Michael Gerard es un mortal. Cuida de su hija, espera llegar con dinero a fin de mes y vive una vida tranquila. Su nuevo rol le negaba hasta hace poco cualquier posibilidad de volver a ser famoso y millonario.

Mike ha vuelto a los escenarios y espera no tener que sufrir las angustias que lo habían torturado hasta ahora. El hombre perfecto para el boxeo ha encontrado la luz al final del túnel del exilio. Mike Tyson accedió al salón de la famaacompañado del campeón mexicano Julio Cesar Chávez y la leyenda del cine Rocky Balboa. Si la figura de Rocky pudo pertenecer al selecto grupo de boxeadores, Mike Tyson pertenece ahora al mundo de la farándula.

En los tiempos que corren, el boxeo no se desarrolla en arenas sino en teatros. Estamos ante el campeón invencible interpretado por el "Canelo" bajo la producción de Televisa. En cambio, en la casa de enfrente decidieron dar un giro dramático el sábado pasado, y así borrarle el invicto a un boxeador cuyo apellido es su mejor golpe. En Broadway, Mike Tyson saca provecho de su turbulenta vida y, bajo la dirección de Spike Lee, presenta un monólogo de superación personal. Mientras Tyson lleva el box al escenario, el deporte de los puños carece de argumentos deportivos y los suplanta en el ring con historias de ficción.

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Carlos Hernández es articulista de La Ciudad Deportiva.

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