Imran Khan, el héroe deportivo que se convirtió en Mesías político de Pakistán

Imran Khan últimamente llena las plazas públicas de Pakistán. Es el sueño del aficionado mexicano convertido en realidad. Capitán por más de diez años de la selección nacional de críquet, Khan es el político de moda y parte como favorito hacia las elecciones del próximo año. Considerado en su país como el mejor jugador de la historia, en 1992 lideró a Pakistán en la final de la Copa del Mundo ante Inglaterra. Frente a millones de televidentes y admiradores del críquet, Khan se vistió de héroe y entregó su único mundial a Pakistán.
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Pakistani men chant slogans during a demonstration, as part of widespread anger across the Muslim world about a film ridiculing Islam's Prophet Muhammad, in Lahore, Pakistan, Monday, Sept. 17, 2012. Hundreds of protesters demonstrating against an anti-Islam film torched a press club and a government building in northwest Pakistan on Monday, sparking clashes with police that left at least one person dead. (AP Photo/K.M. Chaudary)
Pakistani men chant slogans during a demonstration, as part of widespread anger across the Muslim world about a film ridiculing Islam's Prophet Muhammad, in Lahore, Pakistan, Monday, Sept. 17, 2012. Hundreds of protesters demonstrating against an anti-Islam film torched a press club and a government building in northwest Pakistan on Monday, sparking clashes with police that left at least one person dead. (AP Photo/K.M. Chaudary)

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Un jugador anota un gol portando la camiseta de la selección nacional. Así empieza siempre. Oribe Peralta marca el gol con el que México conquista la medalla de oro y la afición le coloca la banda presidencial. ¡Oribe Presidente! es el grito en el Ángel de la Independencia mientras el tequila corre por las venas. En el ideal del aficionado, los políticos debieran dar paso a los verdaderos héroes nacionales.

En el país donde la historia es la biografía de los grandes hombres, un nuevo mesías ofrece defender al pueblo y a la nación. Es el político más popular; su nombre recorre el ciberespacio pues es sumamente admirado entre la juventud urbana que utiliza las redes sociales. Sus promesas más importantes son eliminar la corrupción, la influencia de los Estados Unidos y tener un gobierno competente. Y no, no es Andrés Manuel López Obrador.

Su nombre es Imran Khan y últimamente llena las plazas públicas de Pakistán. Es el sueño del aficionado mexicano convertido en realidad. Capitán por más de diez años de la selección nacional de críquet, Khan es el político de moda y parte como favorito hacia las elecciones del próximo año. Considerado en su país como el mejor jugador de la historia, en 1992 lideró a Pakistán en la final de la Copa del Mundo ante Inglaterra. Frente a millones de televidentes y admiradores del críquet, Khan se vistió de héroe y entregó su único mundial a Pakistán.

Políticamente vive la misma bipolaridad de López Obrador. Por una parte, manda al diablo a las instituciones y renuncia a su asiento en el parlamento por considerar que no hay esperanza para Pakistán con el liderazgo de los políticos actuales, pero al mismo tiempo Khan busca que su partido obtenga la mayoría para que pueda convertirse en Primer Ministro o aspirar a la Presidencia.
Con la misma temeridad con la que Vicente Fox aseguró que en 15 minutos resolvería el conflicto de Chiapas, Imran Khan asegura que 90 días le son suficientes para terminar con el terrorismo de Pakistán. La clave, regresar a los cuarteles a las fuerzas militares y entablar negociaciones con el Talibán. ¿Desigualdad? Khan también tiene un plan que ofrece justicia social para los más pobres al tiempo que piensa aumentar los impuestos de los ricos.

En política exterior asume el papel del conciliador respecto al conflicto histórico con la India por la zona de Cachemira. Considera que la ayuda de los estadounidenses es una maldición pero no renuncia a seguir cooperando con ellos. Con todo, Imran Khan no atiza el odio de clases ni es proclive a las ideologías nacionalistas o al radicalismo islámico. Khan es un predicador, un predicador de la paz.

Enrique Krauze definió a Andrés Manuel López Obrador como el Mesías Tropical y advirtió la tentación revolucionaria y autocrática a la que se podría ver expuesto. En pocas palabras, lo comparó con Hugo Chávez. Salman Rushdie no se quedó atrás al hablar hace poco sobre Imran Khan, y en una comparación con el ex dictador libio Muammar el-Qaddafi, Rushdie aseguró que Khan es un dictador en espera.

Imrah Khan podrá seguir mostrando su poder de convocatoria en los próximos meses, pero eso no es un indicador de lavoluntad popular sino más bien de su poder para movilizar ciertos sectores de la sociedad. Algo que a nosotros, los mexicanos, nos ha quedado bastante claro.
Las historias de México y Pakistán están escritas con la tinta de crisis y rescates. Es un cuento que se reinventa pero que siempre tiene como protagonista a un reformador que asegura poder redimir al país. Nuestra mejor corredora se confundió de órgano legislativo antes de tomar protesta, Pakistán está a punto de confundir a su antiguo héroe con su mesías tropical.

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Carlos Hernández es articulista de La Ciudad Deportiva.

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