Todos quieren ser Mujica

El carisma del ex presidente no encaja con las lecturas de la vieja escuela de la política. Ahí es donde los políticos tradicionales deben manejar el entusiasmo.
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Presidente de la República Oriental del Uruguay.
Presidente de la República Oriental del Uruguay.

"Tuviste la desgracia de ser rey. Te pusieron arriba de un florero". Así, como quien le habla al amigo del colegio, José Mujica hacía ver al rey Juan Carlos las -evidentes- diferencias de origen de ambos, reunidos en su modesta casa en Montevideo.

Directo, coloquial, hilarante... cada quien tendrá su propia impresión tras ver el acierto publicado en video por Huffington Post. Los más conservadores podrían incluso considerar un desatino la soltura de lengua del ex mandatario uruguayo. Como sea, ya está. Ya se dijo. Mujica es así. Punto.

Pero no es punto final. A estas alturas cualquier expresión suya es punto seguido, aparte o suspensivo. Las formas de "Pepe" siempre traen algo al día siguiente. Son ESTILO y FACTOR y los expertos en comunicación política debieran, por lo menos, verlo con detención en tiempos donde la franqueza y la confianza escasean.

El FACTOR MUJICA es el que evidenció Tabaré Vázquez hace poco, al asumir su segundo mandato con una celebración con cara de angustia. Y se entiende. Cuando dejó el poder en 2010 era él el centro de atención, el animal político que había logrado lo imposible: derrotar a la centroderecha después de 3 décadas. Mujica era sólo un personaje que representaba casi una aventura colorista. "Voy y vuelvo, cuídame el puesto mientras", habrá dicho. Pero en cuatro años el sucesor se convirtió en un fenómeno fuera de todo pronóstico. Lo logró cultivando lo segundo:

El ESTILO MUJICA. Ese es el que se hizo notar en su encuentro con el rey Juan Carlos. Nada de protocolos ni "su majestad". Después de decirle que su sangre azul era una desgracia, a este no le quedó más que reír y recordarle que ahora el rey es su hijo. ¿Y qué más podía hacer?

El carisma del ex presidente no encaja con las lecturas de la vieja escuela de la política. Es como lo que dice mi buen amigo Juan Cristóbal Portales sobre la importancia de las externalidades: "es el cómo se vende y cómo se involucra a una ciudadanía".

Los políticos deben tener claro que los ciudadanos de hoy regalan hashtag a aquello que les gusta y dedos para abajo si algo les fastidia, como circo romano. No sería loco que, mientras escribo, apareciera un #TodosSomosPepe, como consecuencia del simpático diálogo con el ex monarca español.

Ahí es donde los políticos tradicionales deben manejar el entusiasmo. Ni por si acaso tomar el # muy a pecho. Que no todos son Mujica y la gente ya olfatea quién es quién y de dónde viene.

Si no me cree pregúntele a Don Juan Carlos, que fue por lana y salió trasquilado.

La cocina de Mujica

José 'Pepe' Mujica

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