Jueves, 20 de febrero. 2:17 p.m. El ministro del Poder Popular para las Relaciones de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, realiza una transmisión en directo desde el estado Táchira, lugar que esta semana se ha convertido en un pequeño Bagdad. La noche del miércoles 19, la Polaroid de San Cristóbal, capital de Táchira, era como habitar la mente de un psicópata obsesionado con la violencia campal: tanquetas escupiendo fuego mientras avanzaban cargando de terror esquina tras esquina; gritos, llanto, desespero... prácticamente trozos de cielo cayendo sobre esta región en el occidente venezolano, cerca de la frontera con Colombia... ahhh, una exhalación, pausa... Colombia, hogar del todo-poderoso-todo-peligroso-todo-narco-conspirador, y Némesis supremo, que se ha inventado Nicolás Maduro... ese híbrido de Guasón y Lex Luthor que, piensa el Presidente venezolano, es el maestro titiritero que maneja a su antojo los hilos perturbadores en este infausto espectáculo de sangre que se ha montado en Venezuela desde hace más días de lo que el Gobierno Nacional jamás pudo -y quiso- imaginar... Álvaro Uribe, la pesadilla ambulante, de carne y hueso, del otrora conductor de Metrobús rockero-pero-también-salsero y hoy ocupante del inmoral sillón de Miraflores, Nicolás Maduro.
El ministro Rodríguez Torres, acompañado de otras autoridades, invoca al Espíritu Santo para que detenga la violencia que se ha apoderado del alma de los tachirenses. Habló del poder de Dios, de paz, de decir NO a la muerte, de querernos, de respetarnos... acto seguido y como un borracho que olvida las extravagantes promesas de la noche anterior, anunció su plan pacifista, lleno de hermandad, que consiste en: "Se ha ordenado la movilización de un batallón de paracaidistas al estado Táchira, ese batallón reforzará las unidades que se encuentran en los ejes viales principales que convergen en esta ciudad. La carretera de La Fría, de San Antonio, Ureña hacia Barinas, estarán reforzadas por unidades del Ejército"... mmm, aunque ciertamente eso no suena necesariamente pacifista... tropas por todas partes, ¿paracaidistas?... A no ser que esos paracaidistas lleguen desde los cielos rociando agua bendita para anunciar la llegada del Espíritu Santo, semejante plan solo puede traducirse en la incubación de más represión y violencia por parte del Gobierno Nacional... Sr. Ministro, no llame a los santos... mejor traiga a Rambo y Chuck Norris, porque en ciudades como San Cristóbal, Caracas y Valencia, la hora de las creencias ha finalizado.
Sigue la transmisión, una verborrea exagerada que tiene un punto de máxima locura-insulto, cuando Rodríguez Torres emite las siguientes indignantes palabras: "la bala que mató a la Miss Turismo 2013, Génesis Carmona, salió de sus propias filas". Esto no querrá ser escuchado dentro de la funeraria Santa Rosa, de Valencia, estado Carabobo, donde los familiares y amigos de Génesis Carmona lloran la pérdida de una joven que salió, por primera vez en su vida, a marchar por la creencia de que Venezuela merece un futuro mejor y, bajo esa consigna -y no la de tumbar a ningún gobierno-, no regresó... no regresó....
Ahí, susurrar algo como que lo que alega el ministro, es la negación total de la realidad, del raciocinio: es como decir que la realidad no existe, que el Gobierno habita en una dimensión alterna donde -imagina uno- Bolívar anda con su caballo por ahí tratando de liberar a medio continente con el apoyo de la siempre roja Revolución Bolivariana.
Da pena ajena y un dolor abominable ver las imágenes. Los rostros hinchados. El rictus de abatimiento dibujado en los rostros de la familia Carmona, junto al féretro decorado con peluches de animalitos, que acompañan en el trance al otro mundo a la Miss Turismo Carabobo 2013, Génesis, la venezolana que no debió morir.
(El texto continúa debajo de las fotos)
Paralelamente, la ministra para la Comunicación e Información, Delcy Rodríguez, extraño personaje que, a pesar de su cargo, pareciera tener tanto conocimiento sobre medios y libertad de expresión, como el que tiene un mandril ciego parado en medio de una autopista de Los Angeles en hora pico... esta señora tomó aliento y soltó: "Hay un plan golpista que se está ejecutando, muy similar al ocurrido el 12 de abril de 2002, que cuenta con amplia participación de un ataque mediático desenfrenado". ¡Stop!, justo al escuchar semejante declaración es que, supongo yo, cada persona que está marchando y protestando en este país se llena de ganas, de cólera y prefiere enfrentarse a ninjas, paracaidistas kamikaze y hasta demonios como el apocalíptico Belial, antes de sucumbir en su lucha. Y es que lo que dice la Ministra tiene tanta lógica como decir que Barack Obama es rubio, con los ojos azules.... ¡Y Nazi! Lo repetiré (solo para dar constancia): los canales de TV no están transmitiendo nada lo que ocurre. No hay imágenes de las confrontaciones, de los disparos, de la violencia por parte de Gobierno Nacional. ¡No hay TV en vivo ni grabada sobre estas batallas diarias! Mientras mueren venezolanos, Venevisión transmite El Chavo y a Don Ramón se esconde de El Sr. Barriga para no pagarle la renta... solo quedan las cadenas diarias que ofrece Maduro o algún integrante de su gabinete. Y esencialmente son las propias palabras -carentes de sentido y llevadas de los cabellos como si fueran emitidas por un paciente esquizofrénico que escucha voces conflictivas durante la 24 horas- de los representantes del Gobierno, las que intentan desinformar... borrar la triste y explosiva realidad con pseudo argumentos de complots, "grosera injerencia" y excusas... excusas... excusas... Durante estos días de conflicto, Nicolás Maduro y su equipo de colaboradores han culpado a más personas, cosas, entes y organizaciones, como si fueran niños de preescolar que temen decir la verdad por la reprimenda que saben les espera de parte de sus padres... En este caso, la reprimenda llegó por parte del pueblo unido que es y será, padre y madre... es Venezuela.
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