Para Tareck El Aissami... y su señora madre

A tu madre le digo que espero que no lea jamás los insultos que le escribiste a la mía... porque sé que se defraudaría de ti y tal vez, como toda madre, podría pensar que ella tuvo algún tipo de culpa, en tu formación, para que a esta edad, le digas semejantes palabras a una mujer venezolana que NO conoces.
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(Aclaración: Las palabras explícitas del gobernador de Aragua fueron modificadas con símbolos por respeto a nuestros usuarios)

Hugo Chávez fue el cáncer que destruyó a Venezuela. Y así lo recordará la historia. No es un invento mío. No es algo que digo con orgullo sino con la pena de quien ha visto cómo su país se desintegra en menos de dos décadas, bajo un régimen que ha logrado lo imposible: ser peor que los gobernantes que le precedieron. Lee aquí el primer blog "Carta a Hugo Chávez en el infierno".

Ojalá fuera todo lo contrario. Ojalá justo en el instante en que redacto estas líneas todo se tratara de un capricho mío y de la oposición y que Venezuela fuera una potencia económica, sin crimen, sin corrupción, llena de gente exitosa con excelente calidad de vida; donde las empresas crecen por doquier y la productividad alcanza índices históricos: ojalá la realidad fuera ésa y no el laberinto descompuesto por el que atravesamos sin rumbo fijo: ahogados por la pobreza, violencia y con un Gobierno que no tiene la menor idea de cómo salir de esto.

Esa es la verdad. Pero ustedes, amigos rojos, no gastarán un solo segundo analizando esta posibilidad... hace tiempo les cerraron la capacidad de análisis, reemplazándola por un microchip de odio, como caballos que usan gríngolas y no pueden ver a los lados.

Entonces está bien... insulten, inventen excusas, conviértanse en esquizofrénicos a la fuerza y culpen a maléficas voces imperialistas que desean dar golpes de estado y se roban el papel higiénico, los pañales y los pollos de los supermercados para que los venezolanos no consigan nada en los anaqueles y deban hacer colas interminables para mendigar lo que sea que puedan adquirir ese día. Es más fácil pensar que hay una gran mano peluda detrás de todo esto, que abrir los ojos y detallar lo obvio, lo que está ahí, frente a nuestras narices: la ineptitud del Gobierno, la ineficacia de un sistema.

Chávez murió hace dos años y yo le escribí una carta que se publicó en HuffPost Voces. En parte mi deseo era plasmar lo que sé que mucha gente, obviamente, empezando por mí mismo, siente con respecto al terrible legado que dejó Chávez. La respuesta a la misma era de esperarse: los simpatizantes del cadáver me insultan. Ojo, no emiten puntos de vista claros que refuten mi escrito. Insultan. Típico del bully.

Típico de los cobardes que carecen de raciocinio; mentes básicas, pueriles... las mentes perfectas que el chavismo controla. Porque cuando uno discute con un chavista, de los que gritan y lloran a Chávez, éstos solo se limitan a repetir un discurso que les han enseñado y logrado atornillarle a las pocas neuronas que utilizan diariamente.

Y escuchamos lo usual: Cuba es maravillosa porque nos da valientes médicos que salvan a nuestro pueblo en los barrios. O: la culpa es de El Imperio, los escuálidos (vaya usted a saber qué cosa es ésa), los oligarcas (¿qué oligarquía es más notoria que es chavismo actual?) y así, a punta de un grupo determinado de frases y palabras tatuadas en la psique, es que funciona un chavista radical (o sea, los que de verdad están tan ciegos como para visualizar que algo bueno ocurre en Venezuela). Ahhh... Venezuela, escribo ese nombre -el de mi patria- y es como algo vacío. Es una palabra cuyo significado se perdió desde que se le antepuso el: "República Bolivariana". Ahí murió la idea de un país y la arena sintió el llegar de las aguas turbias que han derruido los cimientos de lo que alguna vez pudo ser... y jamás lo fue

Ahora, si bien esperaba algún tipo de crítica de parte del sector oficialista, más allá de burdas groserías, no hubo tales. Ninguno ha dicho: ¡eso es mentira, aquí todo está bien y somos felices y tenemos trabajo y dinero y vemos un futuro óptimo! Porque... ¿cómo podrían decirlo? Dicen que las verdades siempre duelen. Y creo que semejante grado de caradurismo, para negar la realidad, es difícil de lograr.

Sin embargo, el premio mayor se lo lleva -por mucho- el ciudadano gobernador del estado Aragua, Tareck El Aissami, hombre muy respetado dentro de la Revolución, quien ha ocupado cargos como diputado a la Asamblea Nacional, viceministro, ministro y fue el fundador de la Policía Nacional Bolivariana. Antes, un pequeño aviso al lector: si usted es una persona susceptible a ciertas palabras grotescas, por favor disculpe y deje la lectura hasta aquí. Caso contrario, continúe.

Tras colocar en twitter la dirección web a la que se podía acceder para la lectura de mi "Carta a Hugo Chávez en el infierno", la respuesta de Tareck El Aissami, vía mensaje directo fue textualmente la siguiente:

"Yo le voy a escribir a la P*@* de tu madre para hacerle un reconocimiento por haber cagado una basura como Tú. Me imagino que no sabes en qué BURDEL trabajaba la p*@* de madre que te cagó. Menos sospecha quién es el cabrón de tu padre. Hijo de la GRAN P*@*".

Una nada diplomática respuesta. De hecho... no sé qué tiene que ver mi madre en todo este asunto, excepto en algo crucial: recuerdo cuando Hugo Chávez intentó derrocar al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, mi madre lo vio y dijo: ese hombre es un comunista. No estuvo equivocada... las madres siempre tienen la razón, dicen.

Así que, Gobernador, no voy a echarle el cuento de quiénes son mis padres. Solo resumiré, para el sano entendimiento, que ambos son ejemplo de trabajo, honestidad y constancia y hasta el día de hoy, se levantan bien temprano a trabajar. A ellos, tu Revolución no les ha regalado nada... y tampoco quieren semejante bozal... Ellos no pertenecen a misiones, ni han pedido jamás una regalía a Gobierno alguno.

Mi madre y mi padre han conocido el éxito de la única forma que ellos, y la gente que vale la pena, conoce: trabajando fuerte, luchando con ganas sin importar los obstáculos. Y sé que tus insultos infantiles para ellos no pasan de ser el lloriqueo de quien patalea histérico porque se encuentra en el lúgubre pabellón de los que no consiguen tener la razón. Entonces insúltalos... total, la gente honesta, honorable, se encuentra habitando escalones muy altos a los que insulsas palabritas de gente rastrera, jamás podrán llegar.

Es más, alguien podría decir que eres un pobre hipócrita (yo no lo haré), considerando que alguna vez publicaste en tu cuenta de twitter, lo siguiente: "Decir MADRE es igual decir VIDA y AMOR sublime. Dios bendiga a todas las madres de VENEZUELA!! Son ustedes luz de la humanidad!!" ... bueno, imagino que no te referías a la mía (espero que a la tuya sí).

Y ahora me tomaré la libertad de dirigirme a tu progenitora. Entiendo que tanto ella como tu padre vienen de un origen tan humilde como de donde provienen los míos. Los tuyos, igual que los míos, lucharon para que sus hijos pudieran tener la educación a la que tal vez ellos no tuvieron acceso. Trabajaron, levantaron sus familias.

A tu madre le digo que espero que no lea jamás los insultos que le escribiste a la mía... porque sé que se defraudaría de ti y tal vez, como toda madre, podría pensar que ella tuvo algún tipo de culpa, en tu formación, para que a esta edad, le digas semejantes palabras a una mujer venezolana que NO conoces.

Por eso quiero aprovechar, en caso de que tu madre haya leído las palabras con las que pretendiste ofender a mis padres, para decirle: muy estimada señora, le aseguro que no es culpa suya que su hijo sea capaz de escribir toda esa ¿poesía? Que usted acaba de leer... déjelo tranquilo, que los padres no tienen la culpa de cómo, al final, resultan los hijos.

Porque yo creo que la imbecilidad, el engreimiento y la inmadurez (ojo, y que quede bien claro: no lo digo porque el buen Tareck ahora quiera jugar futbol con el Aragua Fútbol Club... siendo el Gobernador del estado) son característica de la personalidad que cada quien forma a su gusto.

Es decir, los estúpidos, los idiotas... los que no tienen cerebro sino para ser borregos que siguen ciegamente a quienes los arrean, son así porque ni su cabeza ni su corazón les da para algo más... y ninguna madre tiene la culpa de eso. Ni siquiera usted.

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