Uno sabe que el país donde vive está realmente mal... muy pero muy mal... en la decadencia y la miseria extrema, cuando problemas como la escasez y el desabastecimiento afectan la actividad sexual de sus habitantes (y miren que si algo le gusta al venezolano es fornicar).
Y, lamentablemente, eso es lo que está ocurriendo en esta triste etapa de la historia en la República Bolivariana de Venezuela; no se consiguen preservativos, ni otros métodos anticonceptivos. ¡O sea, no hay! Vaya, acuéstese con su quien le dé la gana... ¡y suerte!
Ahora esto tampoco es una tragedia épica para los miles y miles de venezolanos cuyo deporte favorito es engendrar hijos que luego no tienen cómo mantener. Porque, de todas formas, para alguien que vive en un cerro, en medio de un infierno de violencia, tener sexo usando o no un condón es tan importante como estar pendiente de leer la edición dominical de The New York Times.
Tener 14 muchachos y hacer maromas para alimentarlos tal vez es la única diversión de muchas mujeres y lo que las distrae de pegarse un tiro. Sin embargo, hay otra Venezuela que necesita cuidarse a la hora de sudar en la cama. Y ya es suficiente con tener que hacer colas interminables para mendigar por lo que sea que vendan ese día, como para rematar con el estrés que pueda generar (digo yo) la abstinencia sexual no deseada.
Sí, es un panorama extraño, difuso y grotesco. Es un país tan lejano de aquella nación opulenta que alguna vez fuimos y de la desarrollada que soñamos llegar a ser.
El Circo del Perfecto Idiota Latinoamericano
Pero mientras esto y otras cincuenta mil cosas más horribles están ocurriendo en la "Patria Bonita", el Gobierno montó el show de Obama... "el Imperio nos quiere invadir, el Imperio dice que somos una amenaza: ¡tenemos que defender nuestra soberanía, porque con Venezuela y con América Latina, no se mete nadie... ¡ni siquiera Barack Hussein Obama!"
Y las sanciones a siete pillos corruptos y presuntos violadores de los derechos humanos, se convirtieron en una bandera (roja) por la que comenzó una disparatada recolección de firmas, ¡un millón, dos, tres, cuatro, siete, diez millones!... Nunca había visto al Gobierno Revolucionario actuar de una manera tan eficaz en tan poco tiempo.
Si utilizara todos los recursos, ganas e ímpetu que desplegó para recoger las infames firmas contra "el decreto Obama", el país tendría esperanzas de mejorar. Pero eso no ocurrirá. Porque para eso se requeriría que trabajaran por amor al país y no para saciar el ego y los bolsillos de los principales boli-delincuentes.
Entonces lo del "decreto de Obama" se convirtió en ¿viral?, como un video de esos que, por ser o cómicos o absurdos o ambos, se popularizan en Youtube.com hasta que medio planeta pierde su tiempo echándole un vistazo. Eso mismo ocurrió aquí: se tomaron las sanciones a estos siete "compatriotas" (deberían ser muchos más) y, amparados en un tecnicismo, en una proforma, se desató un huracán de propaganda (Galeano debe estar feliz) que apeló al viejo cuento imperialista del gigante rico contra el humilde latino oprimido. Y surgió efecto.
Nuevamente nos convertimos en ese Perfecto Idiota Latinoamericano que unió fuerzas para luchar contra un fantasma, contra otro molino de viento. Cadenas en radio y tv para incentivar a la recolección de firmas... gente en la calle... movilizaciones... empleados públicos obligados a firmar... hasta en los Centros Médicos Integrales (CDI), el doctor cubano sacaba la planilla para que firmaras antes de darte tu caja Amoxicilina de 500 mg marca Farmacuba para combatir la infección de amígdalas que te estaba matando de dolor.
Reuniones del Alba y de no sé otra cosa más con esos países que están comprados por nuestro petróleo... la gran campaña admirable... ¿Y para qué?, o sea, mente fría, por favor: usted, amigo lector, ¿de verdad está tan loco que cree que Estados Unidos va a invadir a Venezuela?, o, peor todavía, ¿usted cree que Nicolás Maduro hará la mitad de lo que dice en insultos a su único gran socio comercial?, ¿al país que nos mantiene comprando nuestro petróleo? Porque Cuba, aparte de problemas, no nos da dinero.
Ni los rusos. Los chinos sí, pero a cambio de la mitad del país. Maduro y su Gabinete de chiflados lo sabe muy bien. Sabe que todo es un juego. Un enorme juego perverso para cazar bobos, para despistar a los Perfectos Idiotas Latinoamericanos de lo que ocurre realmente; una semana son las firmas, la próxima semana habrá otro show. Luego vendrán campañas electorales para la Asamblea Nacional... el circo seguirá, pero esta vez sin pan. ¡Porque pan, tampoco hay!
La Mesa de los Eunucos
Y para sorpresa de pocos, la oposición venezolana -esa ensalada agria llamada Mesa de la Unidad, donde lo único que los amarra es la codicia y el hambre de poder- también siguió el juego del Gobierno. Y ahí estaban, anunciando que no querían interferencia de otras naciones; que Venezuela no es una amenaza para nadie. Que Estados Unidos debería disculparse, retirar el decreto... ¿Esa es la oposición?, ¿oposición a qué? No será al Gobierno.
Pienso en la Mesa de la Unidad e imagino una pandilla de eunucos que no sabe bien qué es lo que quiere... solo sabe que, sea lo que sea, no tiene los testículos para conseguirlo. Deberían seguir el ejemplo de Lord Varys, el eunuco de la serie Game Of Thrones, ése sí sabe cómo se mueve la política: sin misericordia.
Y con respecto a que si Venezuela es una amenaza, pues mi humilde opinión es que el Gobierno venezolano es una amenaza... ¡hasta para los marcianos! Mi ejemplo sería: imagine que en la calle donde usted vive, hay una casa donde habita una familia que encierra en un sótano a la gente que no piensa como ellos, que forma parte de la mafia, que es violenta y habla mal de todos los demás vecinos... y están armados hasta los dientes. ¿Le parecería una amenaza? Para mí, sí. Y estaría obligado a exponerlos y denunciarlos ante la asociación de vecinos. De ninguna manera los apoyaría... excepto claro, que me otorguen regalitos monetarios para silenciarme.
Y desde Panamá, recibimos el apoyo de casi 30 ex presidentes que, en el marco de la Cumbre de las Américas, enérgicamente fustigan al régimen chavista por no defender los derechos humanos. Pienso: lástima que se manifiestan ahora que son desempleados y no cuando ejercían sus cargos.Porque la gran y triste verdad es que a ninguno de estos países les importa lo que ocurre en Venezuela, ¿cómo hacerlo, si ni siquiera a la mayoría de los venezolanos nos importa seriamente lo que nos pasa? Hemos dejado crecer un cáncer hasta el punto de que no hay quimio que valga.
Sólo una amputación podría salvar a la nación. Algo drástico. Y eso también lo saben los líderes chavistas... saben que el venezolano promedio es flojo y disfruta con un buen montaje, con una telenovela... ¿Le van a entregar millones de firma a Obama porque es un tirano, porque es el malo de la película? Chévere. Hagamos algo: si el Imperio es tan malo... no le vendamos más nuestro petróleo, ¿ok?
Y si no es mucho pedirle a alguno de los más de mil venezolanos que el Gobierno revolucionario se llevó a panamá para armar alboroto y hacernos ver como un país lleno de salvajes, por favor, cuando regresen, tráiganme un paquete de preservativos... a ver si fornicando me olvido de que lo que ocurre en la patria de Simón Bolívar.
