Regresó Barack Obama siendo Barack Obama. El de visión liberal y progresista, modernizador e incluyente. Es Obama, el afroamericano de las ideas y discursos que mueven masas como hace cuatro años, el que el lunes juró el cargo por segunda vez como Presidente de Estados Unidos con un toque notablemente latino y el primero en mencionar la palabra 'gay' durante un discurso de Investidura Presidencial.
Es Obama pidiendo encontrar una mejor manera de recibir a los migrantes frente al fracaso de su reforma migratoria integral, es Obama pidiendo igualdad en los derechos de las mujeres y de las personas con diferente orientación sexual, es Obama hablando de "nosotros, el pueblo" a una nación enfrascada en la inseguridad de sus propias armas, con el más reciente antecedente de la masacre en una escuela de Newtown y el revés del Congreso para aceptar su plan de armas.
Es Barack Obama en estado puro, el que busca el fin de las guerras, el que en su discurso del lunes anticipó lo progresiva y liberal que será su agenda para los próximos cuatro años, hoy que ya no le preocupa una reelección porque ya la ganó en noviembre de 2012. Ya no hay más.
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Es el Presidente que el mundo vio envejecer cuatro años y ganar canas blancas, pero el que volvió con un mensaje fuerte, liberal y progresista, de justicia, paz, modernidad, liderazgo, unidad y entendimiento, como el que lo impulsó en la Convención Nacional Demócrata en 2004 siendo Senador, allá en aquellos años en que Obama era Obama, sin presiones de conflictos internacionales o crisis financieras.
Este lunes regresó el Obama al que buena parte de los estadounidenses necesitaban escuchar de nuevo con ese discurso que, a decir verdad, casi nadie esperaba. Pero también es el mandatario que en su Segunda Investidura Presidencial no logró sacar a celebrar a las calles al mismo número de personas que hace cuatro años, aunque el PEW Center diga que el 52% de estadounidenses aprueba el trabajo que está haciendo y el 59 % tenga una opinión favorable de él.
Los retos que enfrenta vuelven a ser muchos y complejos: lograr una reforma migratoria definitiva que no deteriore el tejido social con deportaciones masivas; impulsar la economía, la creación de fuentes de empleo, la reducción del déficit y evitar otra crisis financiera como la que le dejó su antecesor George W. Bush, así como reducir los onerosos costos en los servicios de salud.
También, obtener el respaldo de las fuerzas en el Congreso para lograr el control de armas que prometió tras la masacre en Newtown, Connecticut, así como lograr un mayor control sobre el armamento que cruza hacia México y Latinoamérica de forma ilegal y que termina en las manos de los cárteles de la droga y organizaciones terroristas.
El otro reto que él mismo puso sobre la palestra pasa por el impulso a la democracia en aquellos países que hoy sufren la represion de sus propios gobernantes, como Siria, donde no parece terminar la violencia, así como frenar el cambio climático, cuyas consecuencias ya las vivió el pueblo estadounidense con la histórica tormenta de Nueva York y otros fenómenos naturales que han azotado a Estados Unidos en los años recientes.
El guiño de Barack Obama hacia los latinos, quienes votaron 7-1 a favor del actual mandatario frente a Mitt Romney, se vió reflejado durante la segunda Investidura Presidencial. Por ejemplo, la primera jueza latina de la Corte Suprema, Sonia Soto Mayor, recibió el juramento del Vicepresidente Joe Biden; el reverendo Luis León de la iglesia St. John's de Washington hizo la bendición en español a Obama o el homenaje que hizo a los migrantes el poeta hispano Richard Blanco, quien además ha declarado abiertamente su preferencia sexual.
Así como todas las personalidades de la farándula que dieron su respaldo al mandatario, tales son los casos de la actriz Eva Longoria, Marc Anthony, Mario López, Rosario Dawson y otras más.
Sin emabrgo, no bastará ese guiño para conquistar a la población hispana, el Presidente sabe que tiene una deuda mayor, que pasa por la forzosa reforma migratoria, la atención médica y educativa a los latinos que viven en Estados Unidos, entre otros factores, así como voltear a ver a Latinoamerica como una región que promete estabilidad financiera y alianzas estratégicas frente a sus otros competidores, China y Rusia.
La toma de posesión de Obama, en fotos
