Así espían Estados Unidos y sus contratistas

A esta hora del día Estados Unidos debe estar haciendo todo lo posible para que el exagente de la CIA, Edward Snowden, deje de revelar más secretos, especialmente aquellos que tienen que ver con espionaje. O tal vez ya lo hizo. Estados Unidos espía a sus aliados porque no confía en ellos, de otra forma no lo haría. Y espía a sus enemigos exactamente por la misma razón, porque desconfía de ellos, evidentemente.
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A esta hora del día Estados Unidos debe estar haciendo todo lo posible para que el exagente de la CIA, Edward Snowden, deje de revelar más secretos, especialmente aquellos que tienen que ver con espionaje. O tal vez ya lo hizo. Estados Unidos espía a sus aliados porque no confía en ellos, de otra forma no lo haría. Y espía a sus enemigos exactamente por la misma razón, porque desconfía de ellos, evidentemente.

Edward Snowden trabajó para la agencia privada Booz Allen Hamilton, una empresa estadounidense que opera como contratista para el gobierno de Estados Unidos- especialmente para la Agencia Nacional de Seguridad-, brindando servicios de inteligencia, defensa y mercados civiles, la cual confirmó en su sitio web que Snowden sí trabajó con ellos por tres meses, asignado a un equipo en Hawai.

"Booz Allen puede confirmar que Edward Snowden, de 29 años de edad, fue un empleado de nuestra firma por más de 3 meses, asignado en nuestro equipo en Hawai. Snowden, quien tenía un salario tasado en $122,000 fue terminado (su relación contractual) el 10 de junio de 2013 por violaciones a los códigos de ética y política de la firma. Reportes de prensa -señalan- que este individuo había reclamado haber filtrado información clasificada de alto impacto, y si precisa, esta acción representa una grave violación del código de conducta y de los valores fundamentales de nuestra firma. Trabajaremos muy de cerca con nuestros clientes y autoridades en la investigación de este asunto".

La relación de la empresa Booz Allen Hamilton con el gobierno estadounidense viene desde la Segunda Guerra Mundial, cuando el Secretario de la Marina de ese entonces, Frank Knox, pidió a la compañía su ayuda para preparar a la Marina de Estados Unidos para la guerra. Desde entonces, han tenido una estrecha relación.

La administración de Barack Obama va a pasar a la historia con la mancha del espionaje a medios de comunicación, a sus propios ciudadanos y a naciones amigas. Gran derrota para el Presidente cuyo estandarte ha sido el de las libertades durante ambos mandatos.

Este lunes pasado al tratar enmendar la plana, Obama dijo que Europa también espía a Estados Unidos y dejó entrever que cualquier país con servicios de inteligencia es un potencial espía. ¿Entonces en qué quedamos?

Desde la Segunda Guerra Mundial, pasando por Vietnam, la Guerra Fría, la Guerra del Golfo, la inestabilidad política y militar de países latinoamericanos, las invasiones a Irak y Afganistán, el terrorismo de Al-Qaeda y las naciones enemigas con capacidad nuclear, Estados Unidos había estado perfeccionando sus tácticas de espionaje.

Y lo había hecho bien y sin tener que dar explicaciones a nadie hasta que aparecieron fuentes de información como WikiLeaks y la deserción de militares y personal de inteligencia de Estados Unidos dispuestos a revelar información, quienes pusieron a la administración de Barack Obama contra las cuerdas y a dar palos de ciego en una materia que al parecer dominaba el gigante americano.

Esta vez, el espionaje de Estados Unidos habría llegado a 38 embajadas y a varias misiones diplomáticas, de acuerdo con los documentos del diario británico The Guardian, filtrados por Edward Snowden.

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