Cuando hablamos de béisbol latinoamericano hay que hablar en primer lugar de la pelota cubana, claro si vamos en orden cronológico, porque el beisbol en la isla fue el primero en todo, por la cercanía de la misma a los Estados Unidos y por sus muy movidos puertos a los que llegó primero el principal pasatiempo norteamericano.
El talento de los primeros cubanos en el béisbol dista de lo que los latinos han logrado en años posteriores, pero la primacía es la primacía y esa es cubana. Estamos en la época en la que los latinos dominan las estadísticas en el mejor béisbol del mundo y dominicanos, puertorriqueños y venezolanos están en la listas de los mejores año tras año.
Esto no ha pasado con los cubanos desde hace muchos años y las llegadas de dos, que si bien nacieron en Cuba, aprendieron y se hicieron en los Estados Unidos, como lo son José Canseco y Rafael Palmeiro.
En estos últimos años hemos visto llegar talentos realmente importantes, como son los casos de Kendrys Morales, que no es una estrella en las mayores por culpa de la lesión que se ocasionó el mismo en la celebración de un jonrón y el despampanante Yoenis Céspedes, que en su año de novato demostró que está listo para cosas grandes.
Ahora mis amigos, ningún cubano ha llegado a las mayores con las características de Yasiel Puig un auténtico dueño de las cinco herramientas, que en su muy corto paso por las mayores ha demostrado que es capaz de hacerlo todo en grado superlativo en la pelota de liga mayor, en 28 turnos, ya tiene conectado 4 vuelacercas, con 10 impulsadas y 464 de promedio al bate.
Es muy pronto para catalogar a Puig de estrella, ni siquiera para catalogarlo de bueno, pero ha despertado comentarios como el del "Halcón" Harrelson "nunca he visto un tiro como el que hizo ayer" en relación al tiro que hiciera Puig a la goma en junio 8. Vale decir que en su carrera como grandeliga y comentarista, Harrelson ha visto brazos como los de Roberto Clemente, Vladimir Guerrero o Jesse Barfield.
No deje de ver a este portento de prospecto y pendiente de las cosas que sólo él es capaz de hacer, hasta en el mejor béisbol del mundo.
