En 1994 el béisbol estuvo en peligro de extinción como jamás en su historia, la huelga que obligó a cancelar la serie mundial de ese año y que trajo a la pelota la arcaica figura del esquirol o jugadores suplentes, rememorando lo peor de la conformación de las luchas laborales en los Estados Unidos, con medio siglo de desfase.
La oficina del Comisionado del Béisbol comenzó a trabajar de inmediato, y le resurrección del béisbol llegó de la mano de la increíble temporada de 1998 con la batalla de jonrones entre Mark McGwire y Sammy Sosa, que algunos fanáticos de las teorías conspirativas han endilgado a los propios organismos de gobiernos de las mayores, al hacerse la vista gorda con el consumo indiscriminado de sustancias que mejoran el rendimiento llenando a la pelota de jugadores con enormes cuerpos y cabezas que acabaron con buena parte de los records de mayor prestigio y antiguedad del béisbol.
Pero sobre todo con la llegada de los "Wild Card" o Comodines en español el mismo año de 1994, con los que el interés por la temporada regular se potenció de manera notable, dando oportunidad de llegar a la postemporada a equipos que están jugando en un alto perfil hacia finales de la tremendamente larga temporada de grandes ligas.
Los comodines son como un sorbo de agua fresca en el desierto en el que convirtió el béisbol a merced de los escándalos por uso de esteroides y la búsqueda de la juventud de deportes con más acción física, que ha convertido al, mucho más joven, fútbol americano en el deporte favorito de América, robándole la corona al centenario béisbol.
La función de dar vida a la temporada y generar nuevas oportunidades del Comodín (uno por liga hasta el 2011) fue casi inmediata, en su tercer año los Marlins se titulaban campeones cosa que repetirían en 2003, convirtiéndose en el único equipo que logra dos coronas como Comodín. Aunque el más sonoro éxito de la era de los comodines lo tuvieron los Medias Rojas de Boston en 2004 cuando lograron derrotar a la "Maldición del Bambino" dejando atrás 85 años de fracasos, gracias a su clasificación como comodín en la liga americana y su posterior victoria sobre los Yankees convirtiéndose en el único equipo en la historia de las mayores en ganar una serie, al mejor de siete, tras perder los tres primeros partidos.
El legado histórico de Bud Selig, como comisionado del béisbol, estará encabezado por la implantación de los Comodines y las normas contra el uso de sustancias que mejoran el rendimiento, dos de las mejores razones para que la pelota siga ganando cada año más dinero, muy a pesar de los bajos números del juego en la apreciación popular.
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