Cuando la Confederación del Caribe soltó que Cuba volvía a la Serie del Caribe, comenzó una excitación de parte de los millones de cubanos dentro y fuera de la isla por la posibilidad de ver de nueva cuenta a su peloteros medirse uno a uno con peloteros de niveles más altos a los acostumbrados durante los últimos 50 años, en los que los antillanos no han tenido béisbol profesional.
Cuba ha tenido la posibilidad de ver a su selección en dos partidos contra los Orioles de Baltimore y posteriormente a su selección contra las mejores selecciones del mundo en el muy polémico Clásico Mundial, pero no han tenido la oportunidad de ligar a su equipo favorito en una competencia de equipos y no de seleccionados nacionales.
Claro que el caso es que tampoco van a poder enfrentar a los mejores, porque desde hace muchas lunas que los mejores no visitan una Serie del Caribe ni por asomo.
A pesar de ello había muchas ganas de ver a los cubanos lucir sus uniformes regionales en el Caribe, pero los directivos de la Confederación no investigaron, al parecer, las condiciones que impone el Winter League Agreement y su principal signatario, Major league Baseball sobre la inclusión de Cuba, un país frente al cual Estados Unidos tiene un embargo comercial desde octubre de 1960, cosa que le impide a las Grandes Ligas tener negocios directos con la liga cubana.
Mientras que Higinio Vélez decía desde la Habana en junio que Cuba iba a estar representada en la Serie del Caribe de Margarita, ahora en agosto, la vicepresidente de MLB, Kim Ng dijo "En relación con la posible adición de la liga cubana a la Confederación del Caribe, bajo las leyes de Estados Unidos, MLB tiene prohibido entrar en cualquier acuerdo que garantice la incorporación de un miembro de la liga cubana sin la debida autorización del Gobierno norteamericano".
Tras esta comunicación, MLB ordenó a la Confederación del Caribe retirar la invitación a Cuba, por escrito y con la misma difusión con la que la había invitado, dejando claro que les hizo falta consultar a su socio mayor en el acuerdo.
Sin querer meternos en política nos parece increíble que la Confederación del Caribe haya dado como un hecho lo de la inclusión de Cuba, sin haberlo informado a MLB. Y que ahora, tras las reuniones para la firma de un nuevo acuerdo del béisbol invernal, recibimos la noticia de que las mayores no pueden aceptar la inclusión de Cuba sin el debido permiso del gobierno estadounidense, una pifia que nos sigue dejando claro que la Serie del Caribe está de muerte y no sólo por las fechas en las que tiene que jugarse o el formato, sino por muchas otras causas que apuntan hacia los directivos y sus oficinas.
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