Cuando Theo Epstein cogió sus maletas y se largó de Boston camino a Chicago en el 2011, había dejado tras de sí un halo de magia entre los fanáticos de los Medias Rojas, que habían visto como su jovencísimo Gerente General, que no llegaba a los treinta años, lograba la hazaña de las hazañas, vencer la "Maldición del Bambino" que había malogrado todas las intentonas de lograr un título para Boston en casi un siglo.
Sí, en 2004, dos años después de la llegada de Epstein, los patirrojos lograron romper el maleficio y fueron campeones y lo repitieron en el 2007, en medio de un camino de 10 años de trabajo en el que los Medias Rojas llegaron a seis postemporadas en la dura división este de la liga americana.
Pero hoy tenemos a unos Medias rojas, que sin tener a Theo Epstein y sin haber adquirido a ninguna estrella en el invierno, con un equipo con tendencia general a pasar por debajo de la mesa y con un gerente que dista mucho de ser lo mediático que fue Epstein, están mandando en el este, con un equipo que atemoriza al resto de la liga, no hombre a hombre, pero sí como equipo.
El artífice de esta nueva imagen de los patirrojos es Ben Cherrington, quien está logrando el sueño dorado de cualquier dueño de cualquier negocio, obtener ganancias con poca inversión. Es que Boston tuvo que salir de mucho del peso salarial el año pasado, un peso muerto que costaba mucho sin producir partidos ganados, como fueron los casos de Carl Crawford o Josh Beckett y trajo a un grupo de peloteros, entre los que no hay ninguna estrella brillante, pero que ha logrado amalgamarse y hacer un "team".
Usted puede estar en contra de sus barbas y su aspecto desaliñado, pero tiene que reconocer que hacer un gran trabajo que los hace algo así como una "gran familia de hillbillies" Los que llegaron fueron Shane Victorino, Mike Napoli, Jonny Gomes, Stephen Drew, Koji Uehara, un grupo sin mayor brillo y que fue adobado con la llegada de Jake Peavy, para darle sabor a un rotación que tiene un poder tremendo de cara a la postemporada.
Clay Buhholtz está de regreso con tiempo para estar al 100% en octubre, Lester, Peavy, Dempster, Lackey y el venezolano Felix Doubront son armas tremendas, que le dan holgura al manager John Farrell, otro nombre que no ha estado en las marquesinas, para poder trabajar ante equipo que lucen mejores gala, como los Tigres o Texas.
Los 154 millones en salarios, ponen a los Medias Rojas lejos de ser considerados un equipo al estilo de la película "Money Ball" pero logran meterse a la postemporada con ahorros salariales de más de 22 millones respecto a la temporada pasada en la que quedaron quintos en la división.
En resumen Boston encontró una fórmula y esta le ha servido, gracias a las desgracias de los Yankees y al año infausto de los Azulejos, pero también hay que darles el mérito que merecen por haber buscado formas diferentes de enfrentar los problemas de siempre, consiguiendo buenos resultados... ¿ La Serie Mundial? eso lo veremos.
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