Cuando leo comentarios de gente que se frustra ante los escándalos de uso de esteroides en la pelota de grandes ligas, los entiendo y me convierto en uno de ellos, es que molesta ver temporadones como la línea de MVP de Ryan Braun o la media temporada de Melky Cabrera, para que se enerve la sangre de cualquiera.
Hablo de este par y no de otros, porque son, junto a Rafael Palmeiro y Manny Ramírez, lo más grandes nombres que han caído, después de la aplicación de las nuevas normas y del más estricto control antidopaje... todos con diversa suerte y por cierto, el americano, con más suerte que los latinos. Cosa que ya no extraña a nadie.
Lo que sí me extraña es que sea sólo el béisbol, el que haya sido investigado por el Congreso y sea sólo el béisbol el que parezca que ha pecado con el uso de esteroides y HGH, mientras que la NFL y la NBA lucen como perlas sacrosantas y estén libres de acusaciones.
Yo he tenido la oportunidad de ver enormes moles de hasta 400 libras correr 100 yardas en poco más de 11 segundos. ¿Prodigio físico, o más bien, prodigios químicos? Aparejado a esto vemos los inmensos hombros de los jugadores de la NBA, que hacen lucir a los Jordan o Barkleys como jovencitos debiluchos.
Sabemos que ha mejorado la preparación atlética y que la tecnología y el conocimiento, ha mejorado la alimentación, pero ¿y si hay esteroides? El caso es que hay como sospechar, pero mientras que al béisbol lo asaltaron, hasta con comisiones investigadoras del Congreso, a la NFL y NBA, ni con el pétalo de una rosa, no parece correcto.
¿Será que al básquet y al fútbol americano les falta su Canseco? Sería lamentable si algo así tiene que pasar para que las ligas decidan hacer lo que es correcto, que es hacer los intentos, como los ha hecho el béisbol de ser más limpios.
El cáncer más grande de la sociedad americana son los "cabilderos" sujetos que ponen dinero en manos de quienes tienen poder de decisión para mover sus conciencias, algo así como "corrupción controlada" pues luce como si las ligas antes mencionadas tuviesen a sus cabilderos trabajando horas extras para mantener el "status quo".
Hacer dinero es el fin último de cualquier empresa y pasa los mismo con los equipos de cualquier deporte, pero hacer dinero a cualquier costo, no es lo correcto, el béisbol está sanando de sus heridas, a pesar de los fablistanes que pretender hacer del escándalo la única noticia, pero hay que mover la vista lejos de los diamantes a otros lugares donde hace falta más claridad y rectitud.
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