Queridos padres:
Con esfuerzo y paciencia han logrado construir amor, esperanzas, sueños y un cálido hogar dentro de sus corazones. Ahora fruto de su amor nacerá un hijo precioso, un tesoro del baúl de sus almas.
Sabemos que con dedicación y entrega lo cuidarán y envolverán en el más tibio y dulce amor de padres.
Su hijo crecerá al amparo de su protección y ternura, reflejándolos a ustedes en cada acto de sus vidas.
Ese bebé tendrá características similares a las de ustedes y eso les conmoverá todo por dentro, cuando observen lo mucho que se parece a ustedes, ya que los hijos son el reflejo de los padres.
Ahora como padres iniciaran una nueva aventura llena de retos, satisfacciones y muchas alegrías. De grandes responsabilidades, preocupaciones y arduo trabajo, pero a cambio recibirán un amor insustituible que marcará para siempre sus vidas. Ya no pensarán solamente en ustedes dos, sino también en esa personita especial que llegará a sus vidas como un regalito de papá Dios.
Necesitaran desarrollar mucha paciencia, comprensión, comunicación y dedicación, pero cuando se ama, esto sencillamente se convierte en más que sacrificio, un esfuerzo.
Muchas veces aprenderán de experiencias dolorosas, pero eso es parte de la vida. En el camino de este nuevo aprendizaje y de esta nueva etapa no estarán solos. Porque cuentan con el amor de Dios y si le demandan sabiduría, él se las dará para que puedan hacer bien su papel.
Sólo resta por decir, ¡muchas felicidades! ¡Dios los bendiga y les permita disfrutar cada día de esta nueva etapa y aventura que comienzan a vivir!
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