¿Dónde estás corazón?

La historia de Daniel Lasprilla, un jovencito de apenas 21 años que sufre cardiomiopatía: una condición médica que en su caso puede hacer que el corazón sea menos capaz de bombear sangre a todo el cuerpo.
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¿Dónde estás corazón? Ayer te busqué... entre el suelo, y el cielo, mi cielo y no te encontré...

Sé que tal vez muchos reconocerán este estribillo, pertenece a una de las canciones más populares de Shakira, misma con la que su talento dio el anhelado brinco al éxito.

Ahora esta estrofa me sirve de súplica y motor de arranque para narrar una historia. La historia de Daniel Lasprilla, un jovencito de apenas 21 años que sufre cardiomiopatía: una condición médica que en su caso puede hacer que el corazón sea menos capaz de bombear sangre a todo el cuerpo. Esta deficiencia puede causarle complicaciones serias, entre ellas: insuficiencia cardíaca, ritmos cardíacos anormales y por ultimo paro cardíaco; por este motivo en estos momentos su condición crítica reclama urgente en el cuarto de CCU del Jackson Memorial Hospital de Miami la aprobación del Medicaid para que su nombre sea incluido en la lista de trasplantes urgentes de corazón.

La historia de mi sobrino ha sido un total viacrucis por lo inaceptable en la inoperancia e ineptitud de ciertos funcionarios del Medicaid; un programa de asistencia médica que fue creado para los más desfavorecidos y que en la actualidad beneficia aproximadamente a más de 58 millones de personas en Estados Unidos, pero que en el caso de Daniel se ha tornado una pesadilla pendiente.

Si, como leen: PENDING, así ha quedado su caso por cerca de un mes. Entre la pésima e inaceptable 'labor' de la trabajadora social encargada de realizar el trámite para que este fluya correctamente y la falta de interés del Departamento de Niños y Familia que desatiende sus obligaciones en el momento que más se le necesita; el tratamiento de Daniel se ha visto interrumpido y afectado. Por tal razón su condición sigue crítica y todo por falta del Medicaid.

Tengo que aclarar que entre este laberinto de incertidumbre, el cuidado y apoyo de los médicos y enfermeras del CCU del Jackson ha sido excepcional. Sin la sensibilidad y el correcto tratamiento de profesionales de la medicina como el Dr., Carlos Rueda, la Dra. González, el Dr. Eugene J. Bauerlein M.D., la Dra. Sandra Chaparro, M.D., encargada de programa de trasplantes de corazón, entre otros destacados miembros del grupo de médicos que lo atiende y la oportuna diligencia de Joe Arriola, miembro de la Junta de Recuperación Financiera del hospital, su situación no sería tan esperanzadora.

Es un caso que conmueve al más impasible y aunque deseo que nadie habite este campamento de angustias; es algo que tristemente puede sucederle a cualquiera. Es un caso que entristece y arruga el corazón la familia entera. La impotencia que se siente cuando ves el sufrimiento de un ser querido y sabes que aunque insistes, persistes y no desistes los programas del gobierno federal, en este caso el Medicaid, no trabajan con el compromiso y el profesionalismo que debieran; cuando ves que obvian e ignoran que su principal interés y funcionamiento radica en el servicio a los más necesitados; cuando se hacen de la vista gorda y archivan o traban un documento para que la gestión quede inconclusa; o cuando, queriendo o no, retrasan los procesos de aprobación no tiene nombre.

En fin, cualquier razón es inaceptable cuando se trata de la vida de un paciente que por humanidad debe ser atendido de inmediato pero por negligencia de unos cuantos tiene que sufrir dolores, congestiones, frustraciones y mucha angustia al saber que su seguro no termina de aceptar que sin su ayuda puede morir. Este blog, que hoy atañe inclemente las aurículas y ventrículos de mi corazón, clama justicia y compromiso. Atención justa y humana para pacientes de menor y mayor riesgo. Pide auxilio para que nadie tenga que recurrir a medios informativos o a contactos preferenciales, mucho menos a súplicas, que en último caso sólo pertenecen a Dios.

Un llamado para que nadie tenga que llorar y sufrir para recibir atención médica, que este programa, creado por el presidente L.B. Johnson en 1965, que recibe fondos para su desarrollo tanto del gobierno federal como de los estados opere de acuerdo a sus estatutos, los cuales resaltan que un paciente con condición emergente que tiene riesgo de morir requiere aprobación y atención inmediata.

Me pregunto si nuestro presidente, Barack Obama, hará algo para remediar esta situación y evitar que miles de ciudadanos mueran por la falta de compromiso de un programa que ha sido permisivo, y ante la vista gorda de muchos ha sido saqueado innumerables veces. Tengo mil razones más para seguir este blog, pero no quiero cansarlos. Solo quiero que la red sea eco de mi voz y que los que humildemente me leen hagan que esta historia retumbe fuerte hasta lograr que la concientización llegue a los oídos de quienes han ignorado el tratamiento de mi sobrino y de muchos pacientes más.

No quiero terminar sin dar gracias a los seres de luz que han sido guardianes diurnos y nocturnos en el cuarto de CCU (Cardiac care unit) me refiero a los médicos y enfermeras, en especial a Lidey que con juegos y bromas alegra los interminables días y noches de Daniel. Gracias al Jackson Memorial Hospital por ser el refugio sanador que permitirá que el trasplante de Daniel se realice con éxito.

Ahora la lucha y el compromiso de todos sigue de pie para conseguir la aprobación del Medicaid y que el nombre de Daniel Lasprilla figure en la lista de trasplantes urgentes y entonces clamar en coro junto a Daniel, como dice Shakira, ¿Dónde estás corazón? ven regresa por mí que la vida se me vuelve en ocho si no estás aquí... y quiero pensar que no tardarás porque en el planeta no existe más nadie a quien pueda yo amar.

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