Hablar hoy de tecnología es interesante y necesario tras los continuos avances en materia de computación, maquinaria, comunicaciones, etc. A su vez, las diferentes áreas del conocimiento se han servido de estos logros de la ciencia, desarrollada en gran medida por descubrimientos matemáticos registrados en los Vedas, como el sistema decimal y el uso del cero, entre otros.
En una era determinada por Internet, la telefonía celular, la industria nuclear, las redes eléctricas y demás, surge la preocupación por la adecuada utilización de la tecnología, especialmente cuando son notorios los estragos que ha dejado a su paso el "progreso". Sobre este tema se han escrito volúmenes enteros que describen en detalle la contaminación de los ríos, por ejemplo, por parte de las grandes industrias, cuya maquinaria y desarrollo están destruyendo el planeta de forma acelerada.
Pero si nuestro entorno es afectado por el mal uso de la tecnología, nuestro interior también lo es. Sólo basta citar dos casos: Internet y las comunicaciones. No cabe duda de que los mensajes irresponsables y ligeros de la web y la televisión contaminan la mente de muchos, incentivan la codicia y la lujuria en la humanidad...
Ante este panorama algunas personas interesadas en cultivar su espiritualidad han optado por retirarse a las montañas y al campo, para asumir un estilo de vida al margen del enloquecido mundo sofisticado. Esta posición es válida en tanto respuesta al condicionamiento a lo artificial.
Sin embargo, grandes maestros espirituales de India como Bhaktisiddhanta Sarasuati Thakur (fundador de la escuela iniciática Gaudiya Math) han enseñado que los avances humanos se deben utilizar para servir a Dios. En su época, este vaishnava adquirió dos barcos a vapor, en los que navegaba por el río Ganges para llevar el mensaje del bhakti yoga. Las bendiciones de la sabiduría védica viajaban con él, así como navegaron por el Atlántico en el Jaladuta, la embarcación que trajo a occidente al más excelso embajador de los Vedas: A.C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada.
Si bien el cultivo de la devoción por el Señor apela a la profunda meditación, la actitud humilde y el deseo de servir a la humanidad, esto no implica ignorar los avances tecnológicos, ya que a través de ellos se puede difundir el conocimiento de lo sagrado. El desarrollo de la imprenta, por ejemplo, ha permitido dar a conocer ampliamente la literatura védica y por ende difundir los mensajes del Señor Supremo.
Asimismo, los enormes progresos de la industria cinematográfica, la fotografía, la tecnología digital y las posibilidades de Internet se han aprovechado para acercar al público al hondo legado de la antigüedad. Esto con el ánimo de contribuir a la formación de las personas a través del dharsan, es decir, el conocimiento impartido por Krishna que revela, por ejemplo, la sabiduría del yoga inbound y la urgencia del vegetarianismo para la preservación y el cuidado de la naturaleza.
La tecnología debe utilizarse para el bien común y el crecimiento espiritual de las personas. Por ello qué mejor que promover, con la ayuda de todos los medios posibles, la lectura del Bhagavatam, el libro más detallado acerca del dharma, la esencia de la ética universal.
El Bhagavatam es una fuente profunda de conocimiento acerca del ser, la vida y la trascendencia. Podemos dedicarnos a difundirlo y, asimismo, estudiarlo en compañía de devotos amorosos y consagrados a Dios. El Bhagavatam contribuirá en nuestra educación de tal manera que adquiriremos los criterios y la pureza necesarios para usar la tecnología acertadamente.
La tecnología debe aspirar al bien común con plena conciencia del servicio a Dios. No debe ser utilizada por personas sin escrúpulos, que ansían aumentar su poder en el mundo. Por eso es importante pedir al Señor que nos dé inteligencia para aprovechar la tecnología de la mejor manera, pues su uso debe estar precedido por el proceso de educación de la conciencia y debe servir a una causa superior.