<em>'Ils n'ont rien appris ... ni rien oublié'</em>

Pasó lo que tenía, lamentablemente, que pasar. Lo mencionamos hace tiempo. En la edición de enero de este año del Periódico "Cambalache" (norte de California), pronosticábamos que Enrique Peña Nieto era el seguro Presidente, a no ser que los que verdaderamente mandan en dicha nación se les cayera la careta y una luz divina los hiciera cambiar radicalmente para volverlos santos o, por lo menos, angelitos.
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Demonstrators march demanding the release of fellow demonstrators arrested on Saturday during a protest against newly inaugurated President Enrique Pena Nieto in Mexico City, Monday, Dec. 3, 2012. As several hundred protesters threw fire bombs at police and smashed plate glass windows, Pena Nieto took the oath of office as Mexico's new president Saturday vowing to restore peace and security and take on the vested interests that have hindered economic prosperity. The sign reads in Spanish "No to the imposed president, the future of the country is at risk." (AP Photo/Alexandre Meneghini)
Demonstrators march demanding the release of fellow demonstrators arrested on Saturday during a protest against newly inaugurated President Enrique Pena Nieto in Mexico City, Monday, Dec. 3, 2012. As several hundred protesters threw fire bombs at police and smashed plate glass windows, Pena Nieto took the oath of office as Mexico's new president Saturday vowing to restore peace and security and take on the vested interests that have hindered economic prosperity. The sign reads in Spanish "No to the imposed president, the future of the country is at risk." (AP Photo/Alexandre Meneghini)

protestas contra pena nieto

Pasó lo que tenía, lamentablemente, que pasar. Lo mencionamos hace tiempo. En la edición de enero de este año del Periódico "Cambalache" (norte de California), pronosticábamos que Enrique Peña Nieto era el seguro Presidente, a no ser que los que verdaderamente mandan en dicha nación se les cayera la careta y una luz divina los hiciera cambiar radicalmente para volverlos santos o, por lo menos, angelitos.

Definitivamente, México es un país de masoquistas. Pero como a mal de muchos, consuelo de tontos y orgullo de necios, hay que ser honestos en decir que no es el único ... la mayoría de naciones latinoamericanas sufren de mismo mal. Los mexicanos prefirieron corrupción conocida que la posibilidad de un nuevo y honesto gobierno.

Lo sucedido en México es patético. Con la consabida elección y asunción del mando, se consolida el fraude y corrupción, mediante este ilustre hijo del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Se esfumó definitivamente la esperanza (utópica por cierto) de la impugnación legal y que se vuelva a realizar la elección, plagada de mañas, intervencionismo del poder financiero y el cohecho sin límite.

Nada prosperó. El IFE, controlado por los poderes fácticos, el gobierno de turno y menoscabado por la falta de coraje de sus integrantes para enfrentar sufragios limpios, no dio un solo paso para revertir la decisión. Tampoco lo permitieron los grandes medios de comunicación, potentados empresarios y hasta las mafias de todos los sectores, quienes no querían ver amenazados sus intereses ante lo que podría ser un mando político que los trate de barrer de la escena nacional.

Es lamentable lo que pasa con el país azteca. Tal parece que sus ciudadanos han caído en un profundo adormecimiento y sopor, en un proceso de olvido común y general de todas las tropelías que les causaron por decenas de años y en un "qué me importa" respecto del futuro de su propia nación. Con el resultado conocido y que -con toda seguridad lo indicamos- se confirmó oficialmente que los mexicanos manifestaron claramente por volver a su vida anterior a la del gobierno de Vicente Fox.

La frase que da pie al título de esta nota (edición 26 del Periódico "Cambalache") corresponde a Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord, más conocido como Talleyrand, un importante sacerdote y político en la Francia de finales del siglo XVIII e inicios del XIX. Fue ministro de Relaciones Exteriores durante la Revolución Francesa y se refirió así de los nobles borbones, integrantes de la antigua y conservadora aristocracia feudal que regresaron, sin vergüenza alguna y muy orondos, a la política y sociedad, como si no hubiese pasado nada, tras la caída de Napoleón Bonaparte implantando de nuevo una breve restauración monárquica.

Lo mismo ha pasado con los mexicanos que han votado con un increíble masoquismo (una característica muy humana que ni los animales sin raciocinio lo tienen), por los mismos 71 años de gobiernos corruptos y autoritarios del PRI que los tuvieron del cuello a pan y cebolla, calificada como "la dictadura perfecta" por el escritor peruano, Mario Vargas Llosa, quien también mencionó la frase de "México: País de masoquistas".

Es el afán por mantener y perseguir situaciones en las que resultarán dañadas, humilladas, castigadas e incluso torturadas o destruidas. Es el símil perfecto que cavará la tumba permanente de un pueblo que no termina de aprender y que de seguir como hasta ahora, prefiriendo lo viejo podrido conocido por la esperanza de lo nuevo por conocer, culminará hundida en el fango que le han sembrado sus líderes políticos y económicos.

El escritor y filósofo mexicano, Leonardo da Jandra dijo alguna vez, en este sentido, que "los ciudadanos que dan su voto al poder corruptor son pobres almas atribuladas que anhelan el maltrato".

Nada nuevo bajo el sol. Se hizo oficial. Los terribles y nefastos miedos ya hacen presa fácil a la gran mayoría de mexicanos y ciudadanos preocupados del mundo. Claro está, a otra porción nada despreciable de gente, les viene como anillo al dedo por el aprovechamiento que harán.

De básica cultura, de una increíble falta de liderazgo y sin un ápice de calidad de estadista, el producto de mercadotecnia y publicidad llamado Enrique Peña Nieto, es la máxima autoridad de una tierra que, ahora sí, ni los Mayas la salvarán del incremento en la desgracia de la corrupción y violencia generalizada. Tal fue el nivel de cohecho y coacción a los buenos ciudadanos reportados por agencias de observación internas y eternas, que constituye una elección absolutamente repugnante. Si bien es cierto que no hubo problemas mayores en los centros de votación, no hay que dejar de pasar que a millones de personas se les amenazó y derechamente compró.

Hay más de alguien que pueda decir que "todo pueblo tiene el gobierno que se merece", un dicho que algunos lo creen anónimo y otros se debaten en la autoría entre el filósofo y político Nicolás Maquiavelo y el italiano, José de Maistre. Nosotros nos inclinamos por la modificación que hizo de este dicho el pensador francés del siglo 20, André Malraux, el cual dijo que "no es que los pueblos tengan los gobiernos que se merecen, sino que la gente tiene los gobernantes que se le parecen".
Ahora y por seis años no hay más remedio que esperar que se siga concretando la denominada "Filosofía Televisa": "México es un país de una clase modesta, muy jodida... que no va a salir de jodida", expresada por Emilio "El Tigre" Azcárraga Milmo.

La mayoría de la población, abrumada por la sumisión ante la violenta autoridad, inconsciencia frente a los históricos y nunca solucionados problemas, aletargamiento por horas y horas de consumo de telenovelas y basura comunicacional, pobreza sin límites (sobre todo de los indígenas), incultura propiciada por el analfabetismo, olvido del gobierno central, federal y municipal, guerra entre el Ejército y los narcotraficantes y otras taras más, optó por lo más fácil: el intercambio de un voto por un kilo de arroz o de elotes o frejoles.

En la otrora cuna de maravillosas culturas y tierra de insignes revolucionarios que soñaron con una patria más justa social y económicamente, ya no cabe lástima ni llorar sobre la leche derramada: su propia gente ha elegido vivir de nuevo, a pan y cebolla, bajo la pisada del PR.

¿Por otros 70 años más? ¡Quién sabe! Quizás hasta la llegada de un nuevo líder, algo más moderado, en la izquierda mexicana, que le pueda hacer el peso a la corrupción política apelando a lo más recóndito de la ciudadanía la implantación de un gobierno sano.

Difícil ... casi imposible ... pero ...

Mientras el PRI en el poder, muchos mexicanos, en una postura absurda y complaciente, se entregan a la placidez y pregonan el lema de "más vale malo por conocido que bueno por conocer. Se volverá a las andadas por 6 años. México no podrá avanzar, seguirá estancado.

Enrique Peña Nieto será presidente gracias a una nación en donde el ciudadano prefiere a Espinoza Paz por encima de Octavio Paz.

¡Nada aprendieron ... nada olvidaron ...!
'Ils n'ont rien appris ... ni rien oublié'

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