Tras un receso involuntario debido a una fuerte agenda de trabajo que me impidió tomar mi tableta electrónica para compartir con ustedes, no quiero pasar por alto el revuelo causado recientemente por una foto publicada por la bloguera Stella Boonshoft en su sitio The Body Love.
La imagen, que según la protagonista tiene el propósito de ensalzar a la mujer rellenita, fue posteada con comentarios que entiendo encierran en esta joven mucha rebeldía y odio, sentimientos que en mi opinión debería resolver antes de intentar motivar a otros.
"Esta fotografía puede ser considerada obscena por no tener una imagen delgada. Todos sabemos que sólo las personas delgadas pueden mostrar sus estómagos y celebrarlos. Bueno, yo no voy a estar para eso. Este es mi cuerpo. No el tuyo. MIO. Resultado de las decisiones que tomo, no es tu f****ing problema", advirtió Stella en su nota que además incluía despectivas dedicatorias a personas que alguna vez la hirieron o la acosaron por el hecho de ser una niña y adolescente de talla grande.
Pero a pesar de que más de un cuarto de millón de personas en sus redes sociales han aplaudido la valentía de Boonshoft, quien aparece en la fotografía en ropa interior exponiendo con "orgullo" sus estrías en el abdomen, entiendo que esta chica tiene que trabajar aún más en su propia autoestima, y su estilo de lucha ante los problemas de imagen corporal.
Se preguntarán por qué, si su osadía ha sido tan aplaudida y tantos han celebrado la anatomía de esta joven universitaria. Pues la respuesta es que el bulling no podemos combatirlo con violencia, sino demostrándole a estos acosadores que al ser humano se respeta y se valora por lo que somos, no por lo que ven, porque lo que no agrada a algunos es admirado por otros.
La lucha debe tener como primordial propósito el aceptarnos y amarnos a nosotros mismos. De esa manera vamos a ser aceptados por todos porque el respeto propio como al que tenemos el derecho de recibir de los demás no es cuestión de anatomía sino de cualidades y estilo de vida.
Tenemos que ser sabios y aprender a resaltar nuestras virtudes para opacar nuestras debilidades. Como experta en belleza creo que debemos emular los métodos del buen vestir o del maquillaje correctivo a la hora de cultivar y exponer nuestra actitud. Adaptemos a nuestras vidas las bases principales de la estética que son representadas por la antiquísima técnica de luces y sombras, arte que fue creada para iluminar o resaltar los ángulos que más nos favorecen, y a la misma vez que ocultar esos detalles que deseamos pasen desapercibidos cincelando de esta forma una imagen ópticamente balanceada.
Aprendamos a integrar el efecto de luces y sombras a nuestra estima. Mientras trabajamos en esos ángulos con los que no estamos satisfechos y queremos ocultar, resaltemos nuestras virtudes. Les aseguro que vivirán mucho más felices, combatirán sabiamente a los insulsos y darán cátedra de autoestima a los que patrocinan el bulling, que como he dicho anteriormente, son personas que generalmente no han sabido sacar sus propios esqueletos del closet.
El acto de protesta de Stella debería ser motivo de reflexión. Aunque entre líneas ella demuestra que está intentando sanar sus grandes heridas, les pregunto, ¿esa es la manera que debemos sentirnos? ¿Rencor es lo que queremos proyectar a los demás? ¿Cuánta ayuda puede aportarnos el insultar a otros? Enseñémosle al mundo que nuestro cuerpo es cuestión de individualidad y que es irrelevante a la hora de satisfacer a la sociedad porque los seres humanos somos más que un cuerpo. ¡Somos mente y espíritu! Y aunque no apoyamos totalmente la manera de lucha de Stella, quiero dejarlos con unas palabras de la misma protagonista de esta historia
"¡Celebra tu cuerpo porque es tuyo y de nadie más!"... Y seguimos gritando a viva voz "la belleza no tiene talla".
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