Cuando nuestras vivencias nos han diplomado en ciertos temas, la sociedad se niega a acreditarnos nuestras hipótesis porque o no están empapados del argumento en cuestión o porque estiman que nuestras conjeturas son mecanismos de defensa conllevando a que ellos entrar en una negación social. Pero una interesante encuesta realizada por la Universidad de Westminster en Londres, que causó revuelo en las redes sociales y en los medios internacionales, avala nuestra creencia de que los hombres prefieren a las mujeres gorditas.
Lo que por años hemos vivido en carne propia, ahora una investigación que estudió a 80 hombres de peso normal, sometidos a situaciones estresantes y a los que se les presentaron imágenes de mujeres con fisiologías desde obesas hasta esqueléticas, reveló que este grupo de varones se inclinó por féminas con una masa corporal más abundante o gruesas.
"Las preferencias por parejas gordas parecen ser mayores en comparación con lugares donde hay abundancia de alimentos y un ambiente más relajado", señaló uno de los peritos que además concluyó que "cuando los hombres pasan por circunstancias socio-económicas difíciles, estrés o problemas personales, buscan en la mujer una imagen madura". Según estos científicos, los hombres en su inconsciente piensan que la mujer "rolliza" es más competente a la hora de manejar situaciones de crisis debido a que, para ellos, este tipo de mujer tiene mayor control e independencia ante momentos difíciles explicando así el porqué en algunas culturas con escasos recursos se valora los cuerpos más grandes.
Es por eso que en estos tiempos de crisis cuando el estrés ha llegado a su nivel más alto hemos visto un incremento de parejas -consideradas socialmente disparejas- en las que la mujer es más robusta que el hombre. Ojo, pero esto no se circunscribe a parejas maduras, sorprendentemente se ve el incremento en parejas muy jóvenes. ¡Algo bueno tuvo que habernos dejado esta recesión! Dejar atrás una presión social recuperando la autoestima colectiva, especialmente de mujeres con mayor peso que en este momento se encuentran en ventaja ante el ojo masculino. Entonces, ¿por qué preocuparnos por esos kilos de más?
Sin embargo, ante estas tendencias positivas no quise cantar victoria rápidamente y engrandecer mi ego. Como buena mujer de libra que busca el balance en todo, hice un análisis personal basado en otras investigaciones públicas que curiosamente arrojaron interesantes resultados. "Las gorditas son más fieles y calientitas". "Las prefiero de buen corazón, lo exterior no es tan importante". "Ser flaca no asegura nada". Estos son algunos testimonios con los que me encontré en las redes sociales y que fueron divulgados por hombres reales que expusieron abiertamente su gusto por una pareja rellenita.
No solamente hombres comunes han expresado a viva voz su preferencia esas libritas extras. Celebridades como el famoso actor Pierce Brosnan, mejor conocido como el Agente 007, ha preferido compartir su vida con una mujer que dista mucho de los estándares hollywoodense que lo rodean. El guapo James Bond se casó con la periodista y escritora Keely Shaye Smith, a quien conoció en una visita a México en 1994. En más de una ocasión el actor -considerado un símbolo sexual por muchos- ha expresado su amor por la redondez de su esposa, catalogada por la prensa como una mujer obesa. "Ni buscando entre un millón encontraría una mujer tan perfecta como la mía", expresó Pierce.
Brosnan no es un caso aislado en cuanto a gustos por la belleza femenina. Los doctores Sai Gaddam y Ogi Ogas, autores del libro "Mil millones de pensamientos torcidos", aseguran que en la presente época virtual, las mujeres con algunos kilitos de más son las más solicitadas en el Internet. Gaddam y Ogas examinaron mil millones de búsquedas determinando que los hombres las prefieren rellenitas y sin nada de cirugías. Al hombre le gusta más la mujer natural y "que tengan de donde agarrarse". El estudio también señala que el varón detesta el maquillaje y que el 81% de los consultados prefirieron una cara bonita antes que una figura escultural. "Un poco de barriguita no me asusta, por al contrario, me gusta", manifestó uno de los encuestados. Igualmente, el 63% de estos admitió ser fanático de la voluptuosidad aunque encuentre algo de celulitis o estrías.
Si razonamos, la concepción equivocada viene de las mismas mujeres que por competir con ellas mismas ignoran la realidad del gusto masculino y su admiración por las curvas llevándolas a luchar de una manera desmedida a desaparecer ese atractivo volumen corporal con el que tanto fantasean los hombres. A través de los siglos, se conoce que los hombres han idealizado a la mujer voluminosa, con personalidad, actitud y carácter. Una mujer que le brinde fortaleza porque, aunque muchos nos llaman el sexo débil, en realidad somos la columna vertebral de toda relación.
Pero esto va más allá. En lo personal creo que el problema estético de la mujer está en el descuido más que en el cuerpo, ya que muchas mujeres con sobrepeso presentan características antiestéticas a las que recurren a la hora de esconder su gordura. La mayoría comienza a taparse detrás de vestimentas poco atractivas ocasionando y asumiendo una personalidad negativa de sí mismas proyectando una desproporción visual y creando un falso concepto de fealdad, imagen que la mayoría le atribuye al peso, siendo en realidad un resultado del mal gusto, algo que el hombre no perdona. Si es cierto que a ellos les disgusta el maquillaje exagerado y la extravagancia, la realidad es que a los hombres no les atrae una mujer dejada o de apariencia desaliñada. Ellos se enorgullecen de tener a su lado a una mujer seductora, moderna, admirada y sobre todo que le demuestre inteligencia y seguridad.
Por eso, las mujeres grandes tenemos que crear conciencia en lo que es nuestra apariencia, la moda y estilo. Tenemos que conocer nuestro cuerpo y vestir de manera adecuada para resaltar nuestra sensualidad enterrando así ese estigma de falta de atractivo que muchos nos atribuyen.
Arreglarnos de acuerdo a nuestro cuerpo y peso va a destacar nuestras curvas de manera sexy, elegante y sofisticada exaltando esa coquetería femenina que a ellos les fascina.
Vamos a tomar ventaja y aprovechar que los hombres están ahí y al acecho. Aprendamos a escuchar los halagos masculinos y crear conciencia que se mueren por nuestra grandeza. ¡La redondez es bella, está en nosotras mismas resaltarla!
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