Capriles y El Gringo: Los tumba gobiernos

Fue muy triste para mi darme cuenta que hay venezolanos que no entienden lo que es la ironía. Pero también fue muy triste para mi darme cuenta de que mucha gente quiere a Capriles preso, pero si el hombre no ha cometido ningún crimen, ¿por qué va a ir preso?
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Hace pocos días escribía en el periódico El Universal de Venezuela que el líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, tendría que ir preso. Yo le exigía al gobierno nacional cárcel para Capriles pues no es posible que ande por allí suelto un tipo que hace llamados a la paz, que dice que él sigue lo que dictamina la Constitución, que se deslinda de la violencia. No, por favor, alguien así lo que merece es cárcel.

Lo extraño con eso es que mucha gente no entendió la ironía de mi comentario y pensaron que realmente yo quiero que a Capriles se lo lleven preso (es mi opinión que si a Capriles lo encarcelan de alguna manera lo están transformando en una especie de Nelson Mandela y eso si que no le conviene al gobierno de Nicolás Maduro). Fue muy triste para mi darme cuenta que hay venezolanos que no entienden lo que es la ironía. Pero también fue muy triste para mi darme cuenta de que mucha gente quiere a Capriles preso, pero si el hombre no ha cometido ningún crimen, ¿por qué va a ir preso?

Quizás yo estoy equivocado y realmente Capriles si cometió un delito que se tiene que pagar con cárcel. Quizás cuando anuncio que no participaría en la auditoria ampliada que el Consejo Nacional Electoral realizará de las pasadas elecciones presidenciales del 14 de abril, por considerarla chimba y chucuta, se estaba ganando una cadena perpetua. Puede ser que yo no entienda de leyes y el que una persona esté luchando porque se cumplan sus derechos, es más grave que un asesinato, una violación o un robo. Puede ser que yo estoy mal y el gobierno está bien.

Aunque a mí me parece un poco descabellado que los ministros venezolanos, en especial la Ministra para los Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, estén tan ofuscados y tan pendientes de Capriles cuando este país sufre de una crisis carcelaria muy fuerte. ¿No es mejor que la ministra de este renglón se encargue de resolver eso antes de pedir que aprehendan al líder de la oposición venezolana?

En mi comentario publicado en El Universal también destacaba lo siguiente: "Menos mal que el gobierno sabe lo que hace para proteger a la mitad mayoritaria (y asumo que también a la mitad minoritaria de este país), un pacifista que lucha por sus derechos no puede estar libre. Un tipo cuyas declaraciones las transmite un sólo canal de televisión y una sola emisora de radio, tiene que estar preso. Más claro no puede cantar un gallo". Capriles no cuenta con la atención de los medios locales, un solo canal de televisión y una sola emisora de radio son los medios que se atreven a poner sus declaraciones en vivo, y con todo y eso, el gobierno nacional es capaz de cortarlo transmitiendo cadenas. Capriles es el enemigo número uno de la "revolución" que ahora conduce Nicolás Maduro, el miedo es verdaderamente libre y es por miedo que el gobierno lo quiere preso.

Por lo pronto, continúa una tensa calma en Venezuela. La sensación que da este país es que estamos sentados sobre un barril de pólvora y en cualquier momento alguien prende una mecha y esto explota. Pero está suficientemente claro que a quien le conviene la violencia es al gobierno.

Atrapen al Gringo

En el mismo orden de ideas de buscar conspiradores donde no los hay, el gobierno de Venezuela detuvo, y mantiene en la cárcel, al cineasta norteamericano, Timothy Hallett Tracy, a quien acusa de ser un agente desestabilizador enviado por la CIA a generar una guerra civil en Venezuela. Esa es otra estrategia de la revolución bolivariana y a Chávez siempre le funcionó muy bien; el meterse con los Estados Unidos hace que los seguidores radicales del proyecto se radicalicen aún más.

El pobre Tracy, quien es descrito en un trabajo publicado en el New York Times, como un cineasta un poco crédulo y bastante ingenuo, se encontraba en Venezuela realizando un documental a favor de el gobierno. Yo no soy muy conocedor de teorías de conspiración, pero pienso que a un régimen no lo va a tambalear una sola persona, menos un gringo que está haciendo una película y cuyas únicas armas son una cámara y un micrófono.

Definitivamente, Venezuela es el país donde lo imposible se hace posible. Aquí el gobierno nacional pide cárcel para un líder político que aglutina la simpatía de más de 7 millones de venezolanos, sólo porque busca que se cumplan sus derechos. También es el país donde un cineasta norteamericano es acusado de ser un agente de la CIA y es detenido sólo por filmar una película. No existen palabras para describir lo que aquí se vive.

El slogan del Aeropuerto Internacional de Maiquetía debería ser: "Venezuela, donde todos pueden ser conspiradores, incluido tú".

Nota: Al momento de enviar este texto en el parlamento venezolano les negaban el derecho de palabra a los diputados de oposición y loe agredían. Recuerdo que vi un documental sobre los Nazis. Los Nazis callaron toda voz disidente en el parlamento alemán. Al ver lo que pasa en mi país sentí un escalofrío y un sudor frió recorrió mi espalda.

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