Violencia de género al descubierto en El Salvador y España

En la sociedad salvadoreña se siguen importando y produciendo programas de televisión y radio donde se denigra a la mujer, y los hechos de violencia contra ellas si son cometidos por hombres influyentes pasan a ser una estadística más sin que ellos reciban un castigo.
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pamplona

Una mujer es rociada con vino mientras se muestra en bikini durante el "Chupinazo", la apertura oficial de las fiestas de San Fermín en Pamplona, España, el 6 de julio de 2010 (AP Photo/Victor R. Caivano).

Las denuncias de las organizaciones feministas españolas por los manoseos a algunas de las mujeres que asistieron a las fiestas de San Fermín, en Pamplona, España; y los abusos contra una de las participantes del programa Campamento de Verano de un canal televisivo español muestran la influencia que cada vez más tienen estas instituciones en la formación de opinión pública hispanoamericana.

Burger King retiró su publicidad del programa que se produce y transmite en España debido a las denuncias sobre abusos en contra una de las concursantes, a la que se le obligó que se vistiera con un bikini, y se sometiera a un baño de chocolate ante las cámaras de televisión y sus compañeros.

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La acción de la compañía estadounidense fue una respuesta a las críticas y las denuncias hechas por las organizaciones sociales. Entre ellas la entidad Hazte Oír quienes solicitaron a los patrocinadores como Minute Maid, Amena, Burger King, McDonalds, ING Direct, Orange y Mutua Madrileña que ya no siguieran anunciándose.

Las autoridades de Pamplona ante los fuertes señalamientos también buscan una vía legal que permita tener una ordenanza que impida que las mujeres sufran acoso sexual en particular durante las festividades.

Sin embargo, este interés por velar por los derechos de la mujer en Europa muestra una realidad diferente a la latinoamericana, en particular a la de mi país: El Salvador.

Aunque hay un marco jurídico establecido como la "Ley especial integral para una vida libre de violencia para las mujeres" que sanciona las expresiones de violencia contra la mujer y los delitos relacionados con la difusión de temas ofensivos, odio o menosprecio de ellas; o la "Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación Contra las Mujeres" y otros artículos más establecidos en la legislación salvadoreña donde se menciona la protección a la mujer.

En la sociedad salvadoreña se siguen importando y produciendo programas de televisión y radio donde se denigra a la mujer, y los hechos de violencia contra ellas si son cometidos por hombres influyentes pasan a ser una estadística más sin que ellos reciban un castigo.

Ejemplo de ello son las agresiones hechas a mujeres por dos diputados de la Asamblea Legislativa de El Salvador.

El primer caso es el del diputado Mauricio Samayoa, acusado de violencia domestica contra su esposa que aún sigue sin recibir ninguna sanción. Incluso llego hace un mes al parlamento para exigir que sea restituido de su cargo porque su delito no es grave, pero ante las críticas de la opinión pública su petición aún se estudia.

Otro ejemplo es el parlamentario Francisco Merino, que borracho disparó contra una mujer policía. El funcionario nunca fue destituido de su cargo, y sigue en el parlamento aprobando leyes en El Salvador.

A esto se suma el acoso sexual al que son sometidas las aficionadas que visitan los graderíos de sol general, una zona llamada "El Vietnam" del estadio Cuscatlán. Pareciera que es un lugar que aunque no tenga un rótulo que lo diga está reservado solo para los machos.

Las mujeres que entran allí se ven expuestas a que las manoseen, la situación es vista como normal incluso por la Policía Nacional Civil de El Salvador, las vendedoras de golosinas y bebidas, así como las espectadoras lidian con ese problema.

Las organizaciones feministas de El Salvador deberían exigir con mayor fuerza que se castigue cualquier hecho de violencia de género.

Con respecto al caso de las mujeres manoseadas durante las festividades de San Fermín, se armó un debate entre los diversos sectores de la sociedad española, acerca de que si eran las mujeres con sus torsos semidesnudos quienes provocaban a los hombres.

La organización social grupo Cenicienta inició una campaña con el lema "No es Normal: es violencia de Género" donde se incluyó la creación de un video. El mensaje principal era porque a un hombre semidesnudo nadie lo toca pero a una mujer todos la tocan, y enseñar no es sinónimo de tocar.

El gobierno de Pamplona también creo la campaña "No sigue siendo no" para educar y concientizar sobre el acoso sexual.

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