Cuando uno le pregunta a alguien dónde es que quiere estar, hacia dónde se quiere dirigir, comúnmente la respuesta es, en el mejor de los casos, ambigua. Es decir, pareciera ser que no tenemos claro qué es lo que queremos hacer, hacia dónde deseamos caminar. Esta confusión revela que comúnmente estamos perdidos.
Si lo que queremos es avanzar, es preciso saber hacia dónde queremos dirigirnos. Saber cuáles son nuestros intereses, pasiones y deseos es fundamental, y no habremos de saberlo sin pasar por un proceso profundo de meditación y reflexión personal. Se precisa también de una fuerte dosis de honestidad porque sólo quien es honesto en la intimidad de sus pensamientos puede llegar a conocer la verdad que habita en su interior.
Si no sabemos qué es lo que queremos, corremos el riesgo de difuminar nuestras energías, haciendo algo aquí y allá, renunciando constantemente a nuestros proyectos, consiguiendo poco y sufriendo mucho. Dice un dicho que escuché alguna vez, quien no sabe hacia dónde se dirige corre el riesgo -muy alto, diría yo- de llegar a donde no desea. Es verdad, es fundamental, si queremos conseguir nuestras metas, saber cuáles son esas metasy cuál es el camino que conduce hasta ellas.
Así que, amigos lectores, creo que la parte más importante de todo proyecto personal es el autoconocimiento que nos permita distinguir nuestras pasiones de nuestros simples caprichos; es una etapa difícil, es verdad, pero siempre te aseguro que valdrá la pena cada segundo de esfuerzo dedicados a buscar la claridad interior.
En este proceso, no me cabe la menor duda que es fundamental contar con el acompañamiento de alguien. No tengas miedo de compartir tus intereses e ideas con alguien prudente; la opinión de los demás sobre nosotros mismos puede ser en muchos casos iluminadora. No desatiendas el privilegio de quienes nos ven desde una perspectiva diferente: algunas claves de nuestra propia existencia se encuentran en la mirada ajena.
Les deseo un feliz día
-alx