El cáncer infantil

El pasado viernes 15 de febrero se celebró el Día Internacional del Cáncer Infantil. Se trata de una fecha que nos recuerda la constante lucha que hemos sostenido durante muchos, muchos años para conseguir en algún momento erradicar este mal que, si bien es cierto no es propio de los niños, es verdad que en ellos consigue un mayor dramatismo.
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El pasado viernes 15 de febrero se celebró el Día Internacional del Cáncer Infantil. Se trata de una fecha que nos recuerda la constante lucha que hemos sostenido durante muchos, muchos años para conseguir en algún momento erradicar este mal que, si bien es cierto no es propio de los niños, es verdad que en ellos consigue un mayor dramatismo. Este día fue instituido en el año 2001 en Luxemburgo; como ocurre con otras tantas conmemoraciones oficiales, se busca primordialmente buscar conciencia, llamar la atención sobre un problema muy gordo. Pensemos que 18 de cada 100,000 niños lo padecen y que cada caso encarna una enorme cantidad de dolor para los propios niños y también para sus familias. Todos estamos llamados a conocer, a informarnos y en la medida de lo posible a ayudar a quienes sufren de manera directa o indirecta por esta enfermedad.

En la universidad donde trabajo (Penn State University) tienen una bella tradición que inició en los años setenta. Le llaman "THON" y es una actividad que reúne a muchos estudiantes durante semanas en torno a una idea común: reunir dinero para donarlo a instituciones médicas que ofrezcan tratamiento a niños enfermos de cáncer. Finalizan sus colectas con un gran maratón de baile que dura dos días y que se caracteriza por la solidaridad, la pasión y la alegría natural de los jóvenes. Hoy comienza ese fin de semana señalado en los calendarios y esperado con ansia por muchos. Esto demuestra que ahí donde existe una buena causa y un liderazgo adecuado, los jóvenes sabrán poner su granito de arena para ayudar a los que más lo necesitan. Ahora que es tan común denostar y criticar a la juventud, aduciendo que no tienen mayor interés que satisfacer sus apetitos consumistas, actividades como ésta de la que les hablo nos ayudan a mantener vivas nuestras esperanzas de un futuro más solidario, más humano.

El cáncer es un flagelo que nos ha acompañado desde hace muchos años (la primera referencia data del año 300 A. C.), pero que pronto, quizás mucho más pronto de lo que pensamos, pasará a formar parte de la lista de enfermedades que han sido derrotadas por los esfuerzos de la humanidad. Mientras eso sucede, nos corresponde a todos el actuar de acuerdo a nuestras posibilidades, todo con el fin de hacer de este mundo nuestro un lugar con menos dolor. No es otra cosa lo que quiero.

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